Inmaculada Sarmiento •  Opinión •  08/02/2017

Envases y embalajes en nuestras vidas

Si usas una bolsa de tela ahorrarás aproximadamente 6 bolsas de plástico por semana, 24 bolsas al mes, 288 bolsas al año.

Un envase de plástico tarda 2 segundos en fabricarse, 30 minutos en usar y más de 450 años en Biodegradarse.

¿Cómo he reducido el volumen de mis envases y embalajes en mi basura? Pues cambiando de hábitos. En mi caso fue un cambio en la alimentación la que hizo que mi basura sea mayoritariamente de origen orgánico.

Cuando voy a la compra tengo cuidado en elegir que mis frutas, verduras, cereales y legumbres sean a granel. Procuro evitar bandejas de corcho blanco y envoltorios de plástico, me he confeccionado unas bolsas de tela para llenarlas con mi compra.

Todo esto os puede parecer poca cosa pero creo que pequeñas acciones diarias llevadas a cabo por muchas personas son un pilar fundamental para dar un respiro al planeta.

Dejar de consumir alimentos precocinados y envueltos es la única manera de que dejen de fabricarlos o si se fabrican que los envoltorios sean más amables con el medio ambiente.

Como siempre podemos elegir y podemos echar a nuestra cesta de la compra productos que contengan menos envases y embalajes o si los contienen que sean papel, cartón o vidrio que son menos dañinos.

Una regla de oro para las personas que quieren dejar un planeta mejor para las generaciones futuras es Reducir, Reutilizar, Reciclar, seguro que los envases y embalajes de otros productos tienen utilidad en otras áreas del hogar.

El consumo de alimentos producidos lo más cerca posible de tu localidad ahorra embalajes y transporte.

¿Qué representa el plástico en nuestras vidas?

El Bisfenol A (BPA) es considerado el químico de mayor peligrosidad inventado por el ser humano. Lo encontramos presente en filtros de dispensadores de agua, latas de comida, ropa, tickets térmicos, Cds, juguetes, billetes, etc.

Pero, ¿qué es el BPA? Es una molécula química derivada del petróleo que entra en la composición de los polímeros  y que es utilizada para la fabricación del plástico. Cuando un plástico es rígido o duro seguramente contiene BPA.

El agua es indispensable para la vida y a veces la bebemos de botellas de plástico o dispensadores. El BPA se localiza en los plásticos donde aparece un triángulo con el número 7  pero puede no aparece y también quiere decir que contiene el polímero.

El 30 de noviembre de 2011 la UE prohibió la venta, comercialización y producción de biberones de plástico en todo el territorio de la UE aplicando el principio de precaución.

Los biberones de plástico policarbonatos están construidos por un monómero que se llama Bisfenol A, que es dextrogénico desde el año 1936 y no hay derecho a que los niños tomen BPA cada vez que sus padres les calientan la comida en estos biberones.

¿Por qué aguantar hasta el 2011 si se conocía su toxicidad? La primera evidencia de esa toxicidad se publicó en el año 1986.

¿Quién se beneficia de esa lentitud de reacción? Esta prohibición de incorporar este veneno a los recipientes y demás artículos no es mundial así que los plásticos prohibidos aquí envenenan a otras personas fuera de las fronteras de la UE.

Según los estudios realizados con 3500 mujeres embarazadas realizado por el Dr. Olea, el 91% de estas mujeres en el tercer trimestre orinan BPA y lo hacen el 96 % de los niños después del parto.

Las autoridades competentes responden que los valores son pequeños pero la cuestión  no es esa lo ridículamente clamoroso es que nadie nos ha informado de la existencia de ese polímero en los biberones de las criaturas,

Es curioso que en los hospitales exista el mayor riesgo de ese Bisfenol A porque el plástico que se utilizan en estas instituciones son los de mayor calidad.

El papel reciclado, la gran apuesta de nuestras conciencias, resulta que contienen las tintas de impresión y al reciclar ese papel y transformarlo en producto nuevo esas tintas llevan a que el nuevo material obtenido contenga BPA.

Todo esto está publicado y más que se publicará con el tiempo pero nadie hace nada, no importamos como personas solo como consumidoras.

Inmaculada Sarmiento. EQUO Córdoba


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