José Antonio Naz Valverde •  Opinión •  04/07/2016

26J, la marca España

El domingo 26 J el pueblo español rompió todas las encuestas, destrozó todos los análisis de sociólogos y politólogos. Contra todo pronóstico concedió más votos y más diputados al partido del gobierno responsable de los recortes sociales , las reformas laborales contra los derechos de la clase trabajadora y los recortes de las pensiones. La tercera parte de participantes en las elecciones revalidaron al Partido con cientos de cargos públicos y orgánicos imputados, procesado e incluso en prisión, a pesar de conocer nuevos casos durante la propia campaña. Dieron más apoyo al partido acusado de «organizar un sistema de financiación ilegal». Es cierto que sólo ha participado el 51%. La otra mitad del censo ni siquiera se ha visto motivada para acercarse a las urnas, seguramente por no ver motivos para cambiar la situación, por seguir el apriorismo de que «todos son iguales»  tengan cientos de acciones y hechos comprobados o no hayan tenido ninguna ocasión ni casos conocidos. Incluso un millón de votantes que en Diciembre votaron indignados a las «fuerzas del cambio», y que clamaban por doquier que deberían unirse, por razones desconocidas ( no percibidas por ningún estudio estadístico ni sociológico) han decidido no votar en este momento tan decisivo para transformar dicha indignación en cambio.

Al parecer la razón principal que ha llevado a cientos de miles de personas en paro (muchas de ellas sin cobertura social), a millones de pensionistas y de trabajadores precarios, y cientos de poblaciones rurales y de  barrios marginales a votar al PP es el «miedo a que los nuevos le quiten …» sus pensiones, el poco dinero que tengan en el banco o incluso su casa. O que persigan a los católicos, quemen las iglesias… o peor aún, » nos conviertan en venezolanos».

Lo peor es que ese tipo de argumentario de tan alto nivel intelectual ha sido sugerido y utilizado machaconamente por los dos partidos tradicionales y el nuevo conservador contra «los radicales extremistas de Unidos Podemos». Después de 40 años de supuesta «democracia» se han utilizado y reproducido los mantras del franquismo contra el comunismo- masónico. Y lo preocupante es que parece que sigue funcionando, consiguiendo que una buena parte de la «buena gente» llegue a ver el rabo y los cuernos a los jóvenes profesores, expertos en economía o investigadores, o incluso a reconocidos jueces y militares que aparecen como líderes o candidatos de ese nuevo partido- movimiento.

¿Seguiremos «repitiendo la historia» de la España que se cierra y reacciona airadamente ante cualquier apertura, sea el Renacimiento, la Reforma, la Ilustración, o la República? ¿ La de «Santiago y cierra España?»¿ La del orgullo patrio de ser «español, español, español» relacionado con la banderita en la muñeca, la fiesta nacional (y cualquier otra) y el fútbol ?

Esto supondría darle la razón al historiador canadiense que decía que para que la sociedad de un país que ha tenido una dictadura vuelva a recuperar su naturalidad ciudadana tienen que pasar 4 años por cada año de dictadura. Me niego a creer que el pueblo español necesite tanto tiempo para recuperar su propia personalidad.

 Miembro de Prometeo y del Frente Cívico.

 


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