Armando Álvarez Lugo •  Opinión •  02/09/2016

Neoextractivismo, plan de la patria y arco minero: Contradicciones de la Revolución Bolivariana

“El capitalismo está acabando con la vida y la especie humana”
Hugo Chávez Frías
“O muere el capitalismo o muere la Madre
Tierra”, Evo Morales
  “Si en esta conferencia (Cumbre de París) fracasamos y no logramos
acuerdos vinculantes para proteger este único planeta que tenemos, podría
empezar el entierro de nuestra civilización” Rafael Correa

“Cambiar el sistema para ponerlo en servicio de los seres humanos, al
servicio del pueblo, al servicio de la  sobrevivencia en el planeta, en la
Pachamama”
Nicolas Maduro

Desde mediados del siglo pasado, se ha suscitado un intenso debate sobre las
características del proceso de desarrollo de nuestras sociedades y la
configuración de los estados nacionales en el marco de la expansión del
neocolonialismo. Las elites políticas e intelectuales reproductoras de la
visión eurocentrica impulsan un imaginario donde las tesis desarrollistas, y
neodesarrollistas, en el presente, han marcado el devenir de los programas y
estrategias de las políticas públicas cuya finalidad es avanzar en la
consolidación de un modelo de desarrollo a imagen y semejanza de las
sociedades del norte (EE.UU y Europa) ejes del sistema mundo moderno global
del capitalismo. A la par, sectores progresistas y revolucionarios promueven
las ideas de ruptura con la lógica y el orden capitalista, y la necesidad de
construir una sociedad alternativa al capitalismo, a partir de la
reconceptualización y redefinición de la noción de desarrollo. Discusión
situada en el ámbito de lo económico y de lo sociopolítico, sin éxitos
aún en el plano de lo concreto.
El inicio del siglo XXI  avizoró una esperanza. La insurgencia de los
gobiernos progresistas del continente, a partir de las experiencias de
Brasil, Bolivia, Argentina, Venezuela y Ecuador, presentaban en el plano
ideopolítico un cuestionamiento al orden establecido, y un discurso
antineoliberal  que contaba con amplio apoyo popular. En el plano económico,
impulsaron estrategias distributivista orientadas a disminuir las
desigualdades entre los distintos sectores sociales, y en lo externo,
impulsaron políticas integracionistas orientadas a romper la hegemonía del
orden económico internacional dominante. En la actualidad, la discusión
sobre los modelos de desarrollo sigue vigente, por cuanto, el eje nuclear de
la misma, sigue sin obtener respuesta, y es lo atinente al modelo de
desarrollo que  estamos construyendo. Si el mismo insurge contra la lógica
de acumulación capitalista, o por el contrario, se apoya en la misma
dinámica extractivista-rentista que estimuló la dependencia, el atraso y la
pobreza. En definitiva, el modelo primario exportador, como instrumento de
articulación y entrega de recursos de nuestras economías al sistema global
del capitalismo.
Neoextractivismo y la lógica depredadora.
El desarrollo del capitalismo en América latina está basado en la practica
extractivista caracterizada como lo señala Gudynas (2012) por la
explotación de grandes volúmenes de recursos naturales de origen agrícola
y minero que se exportan como mercancías implicando la transferencias de
importantes recursos que ingresan al circuito global del capitalismo. La
expoliación de nuestros recursos naturales ha sido una constante. La lógica
depredadora que sustenta el desarrollo del capitalismo ha sido la causante
del deterioro de las condiciones socioambientales en el planeta. El daño
ocasionado al medio ambiente como consecuencia del modelo de desarrollo es
incalculable. En este sentido, el ascenso de los gobiernos progresistas  a
inicios del siglo XXI, no significó una ruptura con el esquema
extractivista, derivando en un modelo de desarrollo denominado
neoextractivismo  que si bien presenta diferencias o matices con el
extractivismo clásico, en cuanto a que impulsaron un nuevo marco normativo
que intenta desde el estado controlar las distintas fases del proceso
extractivista incluyendo una serie de impuestos y tributos que incrementan
los ingresos fiscales de los estados, no es menos cierto, que en términos
estructurales no implicó cambios significativos en cuanto al impulso de
nuevas formas de organización de la producción y el trabajo, ni una ruptura
con la lógica productiva depredadora -expoliadora –neocolonial, sobre el
cual se asienta el modelo neoextractivista..
Plan de la patria y Arco Minero
Se presentan una serie de contradicciones de carácter teórico, ideológico,
filosófico, económico y político entre los programas y políticas
públicas propuestas y la orientación progresistas, revolucionaria de los
gobiernos de América del sur. En particular en el caso de Venezuela, al
analizar el Plan de la Patria 2013-2019 se observa el énfasis en la
consolidación del papel de Venezuela como potencia energética mundial,
basado en la explotación de los recursos petroleros, gas y la minería. Se
propone algunas acciones que citaré a continuación…” A) incrementar el
nivel de prospecciones geológicas para aumentar la certificación de
reservas de minerales a nivel nacional. B). Explorar nuevos yacimientos
minerales en el Escudo de Guayana, Sistema Montañoso del Caribe, Cordillera
de los Andes y Sierra de Perijá, con la prospección geológica y la
utilización de nuevas tecnologías de bajo impacto ambiental .C) Duplicar
las reservas minerales de bauxita, hierro, coltán (niobio y tantalita),
níquel, roca fosfórica, feldespato y carbón, con la certificación de los
yacimientos ubicados en el Escudo de Guayana, Cordillera de los Andes,
Sistema Montañoso del Caribe y la Sierra de Perijá. D). Duplicar las
reservas minerales de oro y diamante con la certificación de los yacimientos
ubicados en el Escudo de Guayana, para su utilización como bienes transables
para el fortalecimiento de las reservas internacionales. E) Desmontar el
sistema neocolonial de dominación imperial”.  Estas líneas de acción no
implican una ruptura con el modelo neoextractivista-rentista y con la lógica
industrialista de alto impacto ambiental. Hasta el presente la explotación
de yacimientos minerales como el oro, diamante y coltan, entre otros,
implican un deterioro irreversible al ambiente, no se dispone de tecnología
de bajo impacto como lo señala el plan de la patria. Por el contrario, las
corporaciones transnacionales dedicadas a estas actividades tienen un amplio
prontuario de ecocidios en el planeta como la  Gold Reserve, para mencionar
solo una de las 150  empresas invitadas a participar en la explotación de la
zona de desarrollo estratégico que abarca 111.843 km cuadrados, el llamado
Arco minero. Por otra parte, el quinto de los grandes objetivos históricos
del Plan de la Patria plantea “Contribuir con  la preservación de la vida
en el planeta y la salvación de la especie humana,  y la necesidad de
construir un modelo económico productivo ecosocialista, basado en una
relación armónica entre el hombre y la naturaleza, que garantice el uso y
aprovechamiento racional y óptimo de los recursos naturales, respetando los
procesos y ciclos de la naturaleza”. Al analizar los acuerdos firmados con
las empresas transnacionales, se infiere que el propósito e intereses de
esas corporaciones son radicalmente distintos a lo propuesto en este quinto
objetivo del plan de la patria. Extensas zonas de bosques y selvas están en
peligro, al igual que la población indígena  que habita la región. El arco
minero se extiende  a la cuenca del Orinoco, Caura, Caroní, la sierra de
Imataca, norte del estado Bolívar y una parte del estado Amazonas y Delta
Amacuro. Región estratégica para la conservación de la biodiversidad. Se
refuerza la dependencia tecnológica y financiera colocándose en peligro la
soberanía y la independencia nacional. Contribuyendo al deterioro de la
calidad de vida de la población del planeta  y poniendo en peligro la
especie humana, objetivos contrarios a lo propuesto en el plan de la patria.
En este sentido, desde diversos sectores sociales, movimientos, indígenas,
organizaciones políticas y revolucionarias han alertado sobre la
inconveniencia y lo contradictorio del Desarrollo del Arco Minero, en tanto
que reproduce el modelo extractivista-rentista, favoreciendo a los grupos
transnacionales y al gran capital. Es imperativo que se propicie un espacio
para la discusión sobre un tema central para el proceso revolucionario, como
es el de definir y conceptualizar el modelo de desarrollo que queremos
transitar y el tipo de sociedad que queremos construir, a los fines de
superar las contradicciones que se presentan entra la teoría y la praxis,
para avanzar hacia un modelo que supere el neoextractivismo y el
neodesarrollismo, presente en el accionar de los gobiernos progresistas y
revolucionarios de América latina. La gravedad del problema obliga a no
perder tiempo. Profundicemos el debate y la discusión para superar las
contradicciones de  la revolución bolivariana con relación a este tema
vital para definir el desarrollo del proceso histórico de construcción de
una sociedad alternativa a la sociedad capitalista.

Referencias Bibliográficas
Gudynas E (2012)  Nueva Sociedad No 237, enero-febrero de 2012,  www.nuso.org
(2009) «Diez tesis urgentes sobre el nuevo extractivismo. Contextos y
demandas bajo el progresismo sudamericano actual» en aavv: Extractivismo,
política y sociedad, caap / claes, Quito, Plan de la patria 2013-2019.
Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.Caracas.2013


Opinión /