Arnaldo Pérez Guerra •  Opinión •  01/07/2016

Mauricio Rodríguez, presidente de ViVe TV: «A Venezuela le aplican la receta chilena»

Mauricio Rodríguez, presidente de ViVe TV: «A Venezuela le aplican la receta chilena»

Mauricio Rodríguez Gelfenstein (49), periodista venezolano, hijo de madre chilena, siendo niño vivió en nuestro país. En Venezuela Bolivariana ha sido ministro de Comunicación e Información y viceministro de Cultura para el Desarrollo Humano, de Gestión Comunicacional y de Comunicación Internacional del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores, que lideró desde su creación, con el fin de promover en el mundo los logros de la Revolución Bolivariana. Actualmente es presidente de ViVe TV, canal público de carácter cultural y educativo.

“ViVe TV está en el aire desde 2003. Es complicado dirigir un canal de TV. Yo soy periodista pero más del mundo de la comunicación estratégica, pero me tocó esta tarea y he tenido que aprender metodologías distintas. ViVe TV no se caracteriza por aplicar conceptos tradicionales: es una especie de canal comunitario, pero público y con alcance nacional. Tratando de buscar lo pequeño, logramos un poquito de eso. Tampoco es fácil. Televisión de América Latina (TAL), una organización de canales públicos, acaba de seleccionar para un concurso uno de nuestros programas. El Canal del Poder Popular es nuestro eslogan. Tenemos muchos programas en la calle, la gente opinan sin una mediación dominante del periodista. En ViVe TV trabajan casi mil personas”.

-¿Hay libertad de expresión en Venezuela?

“Dicen que el gobierno la acalla, pero el 60% de las radios FM son privadas, y el 80% de las AM. Medios públicos de televisión son VTV, ViVe y Televisora Venezolana Social. Canales privados con señal abierta son siete, y luego hay una infinidad de canales privados por cable. Se da la paradoja que nos acusan de que no hay libertad de expresión y un canal español -Antena 3-, todos los días habla de Venezuela. Telefónica está en manos del Estado y el satélite Simón Bolívar, entre otros servicios que presta, está la televisión satelital, y es precisamente uno de los canales de la oferta. Hemos favorecido la presencia de canales públicos latinoamericanos y también de entretenimiento, de películas y privados. En Venezuela hay la mayor libertad de expresión del continente. Los opositores tienen más espacio mediático y los medios privados son críticos: muchos apoyan abiertamente la caída del gobierno”.

PROGRAMACIÓN DE VIVE TV

-¿Cuál es la programación de ViVe TV?

“Estábamos muy metidos en la programación local. Llegó un punto en que prácticamente todo el día pasábamos artesanías y musical regional. Debatimos que el canal debía ser generalista, con espacios de entretenimiento. Hoy tenemos cine a las nueve de la noche. No estamos en eso del antinorteamericanismo, pero tratamos de destacar un cine diferente. Por ejemplo, hicimos un ciclo con películas de Europa del Este, pero no de propaganda o de guerra, sino de humor, de amor, que nunca llegan a estas partes del mundo. Pasamos una película de la RDA sobre la vida de Víctor Jara. El actor era rubio y, por cierto, hablaba alemán. Curiosamente es un actor norteamericano que se fue a vivir a la RDA a fines de los 70. Transmitimos muchos documentales de América Latina, al menos dos al día. Iniciamos un ciclo de cine-documental LGBTI y estamos incorporando a un periodista que se está transformando en mujer, dándole espacio para que pueda conducir un programa de opinión. Fuimos los primeros en incorporar el lenguaje de señas y hemos estado trabajando mucho con documentales temáticos. Actualmente, pasamos una serie iraní sobre la vida de José, el padre de Jesús, pero visto desde el mundo musulmán. Con RT, de Rusia, colaboramos para divulgar un programa de tecnología, que hemos incorporado en la franja dirigida a los jóvenes. Con HispanTV, de Irán, acordamos intercambiar contenidos. También transmitimos materiales cubanos, pero no tenemos un acuerdo formal. Con RASD, de la República Saharaui, tenemos un acuerdo de información. A eso se agrega que tenemos un segundo canal, 123TV, el único infantil hecho en Venezuela. Sale desde el mismo master y es un canal como los que llaman playlist. Con CCTV, de China, estamos a la espera de contenidos infantiles. No es fácil utilizar cualquiera, porque hay que pagar derechos. También difundimos un ciclo de películas de Siria censuradas por sectores anti Bashar Al Assad en festivales internacionales, que narran el drama sin siquiera manifestar alguna posición política. Se trata de cineastas que están en contra de los motivos que generaron el terrorismo mercenario que ha destruido parte de Siria”.

COMO EN CHILE DE LOS 70

-Hay una campaña mediática internacional y una guerra económica en Venezuela parecida a lo que se vivió en Chile en los 70. ¿Es así?

“Viene ocurriendo desde que apareció el comandante Hugo Chávez, solo que hay momentos en los cuáles se intensifica de acuerdo a condiciones objetivas y subjetivas. La enfermedad del comandante y su posterior fallecimiento alteró la cotidianidad de Venezuela. Pero además eso va acompañado de la creencia de algunos sectores extranjeros y venezolanos de que su desaparición física significaba la oportunidad para lanzar una arremetida. Sostenían que faltaba la organización social y política necesarias, que sin Chávez no podríamos continuar, etc. Información reciente señala la posibilidad de que Chávez haya sido asesinado. Eva Golinger escribió sobre eso, y recientemente se han publicado informaciones sobre una posible arma nanotecnológica. Son hipótesis y prefiero no aventurarme. Pero en todo caso, a Yasser Arafat y a otros políticos los asesinaron envenenándolos y está confirmado. Si en la familia de Chávez no había casos de cáncer, ¿cómo es que le dio uno tan agresivo?

Se acelera la guerra económica y hay una situación objetiva: la caída del precio del petróleo, que tiene un impacto muy duro en la economía venezolana. Detrás de la agresión, como en el caso en Chile, está el imperialismo. No es una opinión, no es cosa de comunistas que opinan sobre la base de manuales, son hechos constatados. Medios venezolanos dieron a conocer un documento del Comando Sur: la Operación Venezuela Freedom-2, donde muestran el manual de la ITT en Chile. Viví en Chile durante la Unidad Popular. Es parte de mi propia historia y de la comprensión de los fenómenos políticos en América Latina.

La campaña mediática y política contra Venezuela se va afinando. Hay una cartelización de los medios. EFE produce la mayor cantidad de contenidos que se divulgan en América Latina. Estamos siendo integrados a través de Miami, que se constituyó en la capital de la industria cultural del imperialismo en lengua castellana. Si analizas cómo se distribuye el espectro radioeléctrico en Chile te darás cuenta que está en manos extranjeras, y en particular del grupo Prisa, de España. Lo mismo ocurre en Colombia, Perú, México y Centroamérica. Pero los propietarios no son familias sino el sistema financiero.

A la Sociedad Interamericana de Prensa también la hemos sufrido en Venezuela. Ya ejecutaban sus acciones contra el presidente Allende. Ahora se coordinaron cuando hubo la campaña de terrorismo de calle, de guarimbas, en el 2014, con aquél señor que ahora levantan como si fuera Mandela. Se reunió la SIP y el Grupo de Diarios de América, y se pusieron de acuerdo para publicar una página semanal contra el gobierno venezolano. En Chile, El Mercurio; en Argentina, Clarín y La Nación; El Comercio, en Perú asumen ese rol. Un cartel con un discurso que confunde a quien es confundible. Asumen la careta de la libertad y la democracia y son capaces de mentir y mantener campañas de propaganda.

En su reciente visita a Chile de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en su temario estaba la libertad de expresión y el tema jurídico. Pareciera que tiene mucho que ver con el debate en torno a la querella de la presidenta Bachelet contra revista Qué Pasa, que es el tema de si se puede desde el mundo de la política y lo público tener derecho al honor. Hay ONGs que lo plantean como si eso fuese negativo. Una de ellas es el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS). Dice ser una organización de la sociedad civil para apoyar el desarrollo y la democracia. Pero si vemos quiénes son los financistas, están la embajada estadounidense, la NED y el Departamento de Estado. ¿Independencia? Tampoco podemos estar chupándonos el dedo. Recordemos el libro Who Paid the Piper? The CIA and the Cultural Cold War, de Saunders, que señala cómo la CIA les pagaba a intelectuales en Europa occidental críticos de los países socialistas. Algunos eran financiados y no necesariamente lo sabían. Es perverso, porque les interesa una pluralidad aparente y, algunos sin querer, contribuyen ingenuamente.

Simplificando: se puede hablar de una guerra económica en Venezuela. Hay una situación real, una guerra económica en todos los flancos. Venezuela no tiene acceso al crédito, lo mismo que pasó a Chile. No se nos ha hecho un bloqueo financiero formalmente como el que le hicieron a Salvador Allende. Me imagino que no nos pueden cerrar del todo porque somos un país petrolero. Hay desabastecimiento provocado y controlado. Un empresario vasco mostró por las redes sociales supermercados para gente de dinero donde había de todo. Denunció después amenazas de muerte. Chile conoce muy bien este problema, por lo menos los que tienen memoria. Desabastecimiento provocado, planificado, incluso con el doble propósito de causar daño político y obtener ganancias exorbitantes. Hace poco una empresa prefirió botar tres millones de huevos que colocarlos en el mercado. Constantemente aparecen situaciones como esa. Se hace contrabando de extracción y los cálculos más conservadores afirman que el 40% de los alimentos se sacan como contrabando a Colombia”.

-¿Hay un “fin de ciclo” como dicen algunos intelectuales?

“Se habla del retroceso de las izquierdas, llamándolo ‘fin de ciclo’. Pero no es el primero en América Latina. Gobiernos progresistas, populares o democratizadores, como queramos llamarlos, nacionalistas sin duda, los hubo a finales del 60 y comienzos del 70. Independientemente de lo que pueda pasar en los próximos años, pareciera que sería muy efímero el avance de la derecha, y se revertirá. En Argentina, inmediatamente ha habido una reacción enorme contra Mauricio Macri. En Brasil, la destitución parlamentaria o golpe blanco contra Dilma Rousseff pareciera haber despertado un monstruo que estaba dormido, que puede terminar impulsando un gobierno que tenga unas posiciones avanzadas, menos ingenuas. Este reflujo, en poco tiempo será revertido quizás con mayores capacidades orgánicas. Lo de Argentina y Brasil no ha terminado. Incluso en Paraguay y Honduras hay ansias de cambio. En otros países con crisis institucionales, como Chile, con bajo nivel de participación electoral, debieran generarse algunas reflexiones. En Perú, la disputa fue entre neoliberales. Hay un detalle poco conocido: la relación entre el español Felipe González, el peruano Kuczynski y el venezolano Gustavo Cisneros. En los 80, cuando se privatizó Galerías Preciados en España, González era presidente del gobierno. Un grupo de empresas fue salvado por el Estado y, finalmente, las compró Cisneros, el hombre más rico de Venezuela. Se denunció un negociado de ganancias multimillonarias, y el banquero de todo eso fue Kuczynski”.

-Venezuela vive el doble rasero de los medios…

“Maduro le ganó a la derecha por poco más del 1%: doscientos y tantos mil votos, y ¡el escándalo que se armó! La derecha no reconoció el resultado y generó una violencia que provocó cuarenta y tres muertos. Organismos internacionales y ONGs se ‘pronunciaron’ contra el ganador. En Perú, pasados cuatro o cinco días, no se conocían los resultados. En Venezuela se conoció el mismo día y, sin embargo, se dijo que ‘el gobierno estaba controlando el resultado’. Pase lo que pase hablarán de ‘fraude’. Solo queda seguir luchando para avanzar. En Venezuela la derecha sigue controlando el poder económico. Desmontar ese andamiaje es muy difícil. Pero hay una gran diferencia respecto del golpe contra Chávez de 2002. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) es más democrática aún de lo que lo era ese año, en que un grupo de oficiales se prestó para el golpe. Catorce años después, cualquier intentona golpista o un cambio constitucional fraudulento, es completamente irreal en Venezuela”.


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