Rómulo Pardo Silva •  Opinión •  01/03/2023

Profesionales del empresariado ven que el capitalismo es insustentable pero buscan cómo salvarlo

La mayoría de los analistas influyentes que se pronuncian sobre la crisis del sistema son economistas integrados en él.

Sus observaciones sirven para abrir la necesaria discusión objetiva de una nueva civilización.  

Jeremy Rifkin, empresario asesor de la Casa Blanca:

Nuestra propia sobrevivencia está en juego, la llamada era del progreso nos ha situado al borde de la extinción masiva que sería evitable si se cambia el modelo. La producción capitalista se basa en la centralización, la verticalidad y el principio de eficiencia; en la naturaleza esos conceptos no existen. 

Cita y elogia la valentía de Macron: “La era de la abundancia ha terminado, empieza la era de la sobriedad”. Prensa Alternativa

Thomas Schulz, Susanne Beyer, Simon Book, Der Spiegel:

¿Podemos seguir con este orden económico? La globalización se nos ha ido de las manos, casi todas las ganancias de prosperidad acaban en manos del diez por ciento más rico de la población. El consumo demencial de recursos está arruinando el planeta. La industria financiera se entrega a nuevos excesos. Hasta hace poco, se habría propuesto una solución a todos estos problemas: El mercado lo resolverá. Pero, ¿quién se lo cree seriamente hoy en día todavía?

Están surgiendo ideas concretas de reforma: menos crecimiento, más objetivos estatales.

Ha llegado el momento de evolucionar todo el modelo, el capitalismo. «Probablemente incluso radicalmente».

Ahora parece más una promesa que una amenaza.

Ray Dalio, fundador del mayor fondo de cobertura del mundo, dice que el capitalismo necesita una reforma urgente y fundamental. De lo contrario, perecerá, y merecidamente.

El Financial Times, portavoz internacional de los mercados financieros, anunció que había llegado la hora de que el neoliberalismo se retirara de la escena mundial: ahora el Estado debe tomar el relevo.

The Economist considerado la biblia neoliberal ya ve «el regreso del socialismo» porque ofrece una crítica acertada de todo lo que ha ido mal en las sociedades occidentales.

Mariana Mazzucato, economista que trata constantemente con jefes de estado y de gobierno como Biden o Scholz: el mercado por sí solo no tiene ninguna oportunidad en la lucha contra los retos del siglo XXI, especialmente el cambio climático. A las empresas les falta voluntad, incentivos y una visión de conjunto. «El Estado debe marcar el rumbo y fijar objetivos ambiciosos». Debe nombrar los objetivos de la sociedad y concentrar todas las fuerzas en ellos.

Tim Jackson, economista, escribió el libro «Prosperidad sin crecimiento»: El capitalismo supone que los seres humanos no tienen más remedio que desear constantemente más: más dinero, más posesiones. En realidad, son tonterías.

Robert Solow, galardonado con el mal llamado Premio Nobel de economía: «Básicamente, nada depende del tamaño absoluto de una economía». «Así que si la mayoría de una población decide reducir su huella ecológica consumiendo menos bienes materiales y apostando más por el ocio y los servicios, desde un punto de vista económico no hay absolutamente nada que le impida actuar en consecuencia». El Ciudadano

El artículo menciona el límite natural del capitalismo pero esquiva la consecuencia de que es infranqueable.   

En marzo de 1972 se publicó Los límites del crecimiento, el primer estudio exhaustivo sobre las consecuencias de la incesante expansión humana. Su conclusión fue clara: los recursos del planeta no permitirían un crecimiento constante de la economía y la población más allá del año 2100. Los cálculos se confirmaron una y otra vez.

Para no tocar el poder real empresarial hay autores que terminan creando una solución de continuidad al capitalismo.

Por fin existe una posibilidad real de desarrollar un capitalismo más suave. Más sostenible. Ya existen ideas para un orden más justo, más ecológico y que siga siendo de libre mercado. Las propuestas de ese capitalismo más suave proceden de campos ideológicos muy diversos, pero se pueden discernir líneas comunes: menos mercado, más estado controlador y menos crecimiento por las buenas o por las malas. Schulz…

Mazzucato colabora para la reestructuración amigable con el clima de la economía y la industria. No tiene en mente ni una economía socialista planificada ni una política industrial alcahueta en la que los funcionarios del ministerio gestionan las empresas.

El primer ministro japonés Fumio Kishida promueve una «actualización del capitalismo hacia una versión más sostenible».

Kohei Sato y Eva von Redecker sí van más lejos y el artículo los menciona.

Kohei Saito, filósofo, escribió un libro sobre un nuevo ecosocialismo interpretando la crisis climática como una «manifestación de la producción capitalista» totalmente en el sentido de Marx. El colapso del planeta sólo puede detenerse mediante un sistema postcapitalista en el que no haya más crecimiento, la producción social se ralentice y la riqueza se redistribuya de forma selectiva.

Eva von Redecker filósofa feminista con preferencia por Marx, quiere sacudir una certeza: que el capitalismo en su forma actual sigue siendo sostenible. Para ella, está indisolublemente ligado a una cierta forma de propiedad, con la que viene aparejado el derecho a abusar. Todo debe cambiar al mismo tiempo: las relaciones de propiedad, el orden de género y el «agotamiento de la naturaleza». Imagina un «socialismo para el siglo XXI», basado en Marx.

El hecho simple es que el planeta no tiene recursos para un crecimiento económico continuo.

Solo cabe utilizarlos de forma que sirvan a las especies al menos un millón de años. El gobierno de hecho de los capitalistas no lo hará.

La nueva civilización es tarea de los pueblos.

romulo.pardo@gmail.com

@malpublicados


Opinión /