Redacción •  Memoria Histórica •  19/05/2022

«Una Extremadura digna» insta a la retirada de la Cruz de los Caídos de Cáceres y a colocar en su lugar una estatua de Viriato

La retirada de este símbolo franquista, en cumplimiento con la Ley de Memoria de 2007, lleva pendiente desde 2004, cuando en un pleno del ayuntamiento de Cáceres aprobó por unanimidad una propuesta de Izquierda Unida en la que se pedía una remodelación urbanística de la zona de la Plaza de América, con la eliminación de la cruz y su sustitución por otro monumento a favor de la paz.

«Una Extremadura digna» insta a la retirada de la Cruz de los Caídos de Cáceres y a colocar en su lugar una estatua de Viriato

Comunicado

Desde Una Extremadura digna instamos al ayuntamiento de Cáceres que cumpla la ley de memoria histórica con la retirada de la Cruz de los caídos ubicada en la plaza de América de la ciudad de Cáceres.
Por  ello, pedimos que dicha retirada sea  escrupulosamente cuidadosa, trasladando la Cruz al cementerio municipal de Cáceres donde ubicarla y hacer un parque dedicado contra las guerras, a favor de la paz, a la concordia y recuerdo de todas las víctimas de la guerra civil.
En el lugar que ocuparía hasta ese momento la cruz de los caídos, poner una fuente con una solemne estatua de Viriato montado a caballo. Personaje histórico de la Lusitania de la época Romana siglo II A.C(muerto en 139 a. C.)que ocupaba gran parte de la actualmente Extremadura y que en la capital Cacereña no hay ningún momento dedicado a él, y si otros personajes históricos relacionados con Extremadura, momentos conocidos de Hernán Cortés, Rey Alfonso IX, etcétera… mientras que otras ciudades de la península ibérica, como son Zamora y Viseu (Portugal) si le rinden homenaje con monumentos (estatua) a Viriato.

Historia de la cruz (fuente)

Estando Cáceres bajo el yugo del fascismo tras triunfar el golpe de Estado, los cargos políticos fueron repartidos entre los adeptos al nuevo régimen. La alcaldía de la ciudad recayó sobre el falangista Narciso Maderal Vaquero, el cual decidió quitar un monolito anterior para levantar una cruz de piedra en memoria del ‘movimiento nacional salvador de España’. Las directrices del gobierno municipal franquista estaban encaminadas a magnificar el Nuevo Estado a partir de celebraciones públicas y los monumentos arquitectónicos de inspiración totalitaria.

Según los fascistas, la Cruz de los Caídos sintetizaba los valores del régimen: la cruzada victoriosa de la religión y el franquismo contra la desviación comunista. “Vamos a inaugurar -comentó el alcalde de aquel momento- esta cruz que, siendo símbolo de la redención del género humano, lo es a la vez de la redención de España”. La obra se terminó en mayo de 1938. El proyecto fue del arquitecto municipal Ángel Pérez, el mismo que hizo el monumento al trabajo, la torre de la Plaza de Antonio Canales.

Días antes de la inauguración llegó Pilar Primo de Rivera, jefa nacional de la Sección Femenina, que fue nombrada por el ayuntamiento ‘Huésped de Honor de Cáceres’. Llegó el 8 de mayo y permaneció en la ciudad cuatro días. «Ante ella desfilaron 15.000 camaradas y 300 banderas. A su paso se soltaron más de mil palomas», según recogió la prensa reaccionaria de la época. Un acto de propaganda del régimen que intentaba ocultar el hambre y la represión que se vivía en toda Extremadura.

El acto inaugural se celebró el 10 de mayo a las ocho y media de la tarde, contó con la presencia de toda la jerarquía franquista de la región, entre ellos el sanguinario Capitán Luna, líder de la Falange de Extremadura desde su fundación, que actuó como militar al servicio de burgueses, ricachones y terratenientes durante la II República y tuvo un destacado papel en la represión tras la guerra.

Según la crónica del periódico Extremadura, la inauguración consistió en la presencia de Pilar Primo de Rivera, la bendición de la cruz por el obispo y el rezo de un responso, de rodillas y en voz alta, por todas las personas que allí se encontraban, muchas obligadas por el miedo a un régimen sanguinario que había desatado una ola represiva que no tenía límites.

La cruz está construida con sillares de mármol, con una altura de 12,50 metros y una sección de 0,80 metros. Los brazos miden tres metros y cuatro y medio el zócalo. Tenía las siguientes inscripciones que fueron retiradas con la llegada de la democracia. Por un lado se podía leer 18 de julio de 1936. ¡Arriba España! Saludo a Franco. En otro frontal estaba la inscripción A los hijos de esta ciudad que dieron su vida por España una, grande y libre. Tenía también escudos del régimen franquista con las águilas superpuestas.

Hay que aplicar los principios de verdad, justicia y reparación y por lo tanto retirar la Cruz de los Caídos de Cáceres para resarcir a las víctimas de la represión franquista y que el resto de generaciones no tengan que seguir viendo un vestigio del fascismo construido sobre los cacereños y las cacereñas que fueron leales a la República.


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