Redacción •  Internacional •  21/06/2017

Jornada internacional sobre el desarrollo del gas natural en Europa y España

· Mañana jueves 22 de junio arranca a las 16:30 una jornada internacional que pretende abordar una aproximación crítica a la implantación del gas en la Unión Europea.

· La jornada está organizada por el Grupo Parlamentario Europeo GUE/NGL, Podemos Europa, Ecologistas en Acción y ODG.

· Participarán, entre otras personas invitadas, Javier García Breva (asesor en políticas energéticas), Xabier Benito (Podemos), Robert Howarth (Universidad de Cornell), Samuel Martín-Sosa (Ecologistas en Acción), Rosa Martínez (Equo), José Luis Velasco Garasa (Observatorio Crítico de la Energía), Alfons Pérez (ODG) y Juan Romero (Salvemos Doñana).

Jornada internacional sobre el desarrollo del gas natural en Europa y España
Abordar el impulso del gas natural significa desenmascarar su impacto climático y ambiental, entender el papel de los lobbies, las dependencias a ambos lados de la relación gasística y los intereses geopolíticos, económicos y financieros. También significa analizar qué hay tras la retórica oficial que utiliza de manera interesada palabras como seguridad, dependencia y diversificación para allanar el terreno al desarrollo del gas natural, sus infraestructuras, sus mercados y su lógica extractiva.
 
En el análisis de la escala europea se observa cómo, a pesar de la bajada del consumo de gas y la baja utilización de las infraestructuras existentes, se siguen proyectando grandes infraestructuras gasísticas para diversificar los suministradores y reducir la dependencia. Este impulso lleva el nombre de la Unión de la Energía, la estrategia europea que finalmente concentra todos sus esfuerzos e intereses en promover el gas para la seguridad energética, una seguridad que genera inseguridades porque la deja en manos de un combustible fósil finito, contaminante e importado.
 
También cabe destacar que el despliegue de la Unión de la Energía viene respaldado por dinero y garantías públicas a través de bancos públicos europeos y fondos especialmente preparados para ello. Los instrumentos que se utilizan para atraer a los mercados de capitales en la financiación de las infraestructuras confiere más poder a la esfera financiera que acaba por influir en la decisión de qué infraestructuras son necesarias, imponiéndose en consecuencia, las grandes infraestructuras con grandes inversiones y grandes corporaciones promotoras. En la misma línea, la transición hacia un mercado global del gas donde las relaciones de compra-venta sean a través de un modelo spot son el primer paso imprescindible hacia la creación de un mercado secundario donde el gas se financiariza.
 
En el caso del Estado español, se percibe una clara caída del consumo de gas pese a mantenerse como segunda fuente primaria de energía. El sistema gasista español necesario para el suministro de gas sufre de un sobredimensionamiento que acaba repercutiendo en las facturas de las personas usuarias. Casos como los del almacén Castor, la regasificadora del Musel o el gasoducto MidCat muestran como la planificación gasista fue, en el mejor de los casos, errónea. Quizás la única buena noticia sea que la burbuja del fracking reventó por el contexto de bajo precio de los hidrocarburos y por la fuerte contestación social, y el Estado español ya no parece territorio de explotación de hidrocarburos, aunque conviene mantener la vigilancia ante posibles proyectos. Ahora bien, la consolidación de un mercado del gas en Europa es una constante amenaza para la explotación doméstica.
 
En definitiva, la promoción del gas a gran escala tiene «poco de gas» y mucho de otras cosas. La geopolítica condiciona qué relaciones internacionales son más idóneas y cuáles no. Lo económico y financiero se entrelaza con lo geopolítico para acabar determinando donde y de qué manera se proyectan las infraestructuras y las consiguientes relaciones comerciales. Todo bajo una lógica extractiva que utiliza el gas como vehículo para aumentar su capacidad de control y acumulación. Los límites biofísicos, el pico del gas y el cambio climático, el sustento de regímenes autoritarios, la transferencia de deudas a la ciudadanía y un largo etcétera, quedan subordinados a esa lógica. 
 
Por ello, es necesario construir redes de personas y organizaciones que puedan seguir profundizando en el análisis crítico del impulso del gas, que tengan capacidad de sensibilización e incidencia política, que puedan denunciar la situación en las instituciones promotoras y que creen relatos alternativos al oficial, apuntando a una transformación energética con un cambio radical de las dinámicas de poder del sector de la energía.

Programa de la jornada e inscripciones


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