Redacción •  Internacional •  11/10/2021

Condena unánime al asalto de la sede del sindicto CGIL por la extrema derecha en Roma

  • Varios miles de ultraderechistas presentes en la movilización negacionista y anti vacunas se desviaron de la marcha el pasado sábado para asaltar la sede de la principal central sindical del país.
  • La policía ha detenido a 12 líderes de las manifestaciones como autores intelectuales del asalto, entre ellos los líderes del partido de extrema derecha Forza Nuova.
Condena unánime al asalto de la sede del sindicto CGIL por la extrema derecha en Roma

El asalto a la sede de la CGIL por miles de manifestantes ultraderechistas ha provocado una reacción internacional de condena contra los asaltantes y solidaridad con el movimiento sindical italiano. El asalto fue realizado durante una violenta movilización de los negacionistas del COVID-19 y los anti vacunas, instada por los partidos de extrema derecha que, a imitación de Estados Unidos, han encontrado en estos movimientos un caldo de cultivo perfecto para su crecimiento.

«El ataque a la sede del CGIL en Roma es un acto de escuadrismo fascista, un ataque a la democracia que todo el mundo del trabajo debe rechazar», apuntaba el secretario general de la central sindical, Maurizio Landini tras el ataque.

«Los que han dado cobertura ideológica, filosófica, moral y política a esta locura del No Green Pass de buena fe, sepa que después de hoy la presunción de buena fe no existe», apuntaba el periodista Tommaso Labate, señalando directamente al movimiento negacionista.

Tras saberse públicamente que dos de los detenidos son los líderes del partido ultraderechista Forza Nuova Roberto Fiore y Giuliano Castellino, el Partito Democratico ha solicitado la ilegalización de este partido político, amparándose en la prohibición expresa de reconstruir el Partito Nazionale Fascista recogida en la Constitución de 1948.

Similitudes con el Asalto al Capitolio

Los medios de comunicación y el debate político en Italia fijan su atención en las similitudes de los acontecimientos vividos este fin de semana con precedentes históricos. Los actos violentos perpetrados por fascistas han despertado de inmediato el recuerdo de La Marcha Sobre Roma, el golpe de estado perpetrado por los escuadristas de Mussolini que llevaron al fascismo al poder en 1922, tal y como han recordado Landini.

Sin embargo, la combinación de reivindicaciones delirantes, negacionismo, conspiranoia y el caos generado, han evocado también al esperpéntico Asalto del Capitolio perpetrado por los grupos de extrema derecha estadounidense en apoyo a Trump el pasado mes de enero. Un hecho que no está escapando a las autoridades que investigan la responsabilidad de los hechos. Según apunta el diario La Repubblica, los grupos de Telegram en los que se convocó la movilización y perpetró el ataque, apuntaban directamente a los hechos vividos en Washington y a un objetivo aún de mayor calado que la sede del sindicato: el gubernamental Palacio Chigi.

Salvini y Meloni condenan de forma ambigua

Por su parte, la extrema derecha institucional, personalizada por la Lega de Matteo Salvini y el partido Fratelli d’Italia de Giorgia Meloni, han intentado salir al paso depositando la responsabilidad sobre la ministra del interior, Luciana Lamorgese.

A pesar de que ninguna de las fuerzas políticas fue convocante de la movilización, a nadie en Italia se le escapa que su arco político y su ambigüedad en cuestiones de gestión de la pandemia, le hacen compartir espacio con los autores, tanto físicos como intelectuales, del asalto al sindicato.


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