Redacción •  Internacional •  04/10/2021

Greenpeace reclama a los líderes mundiales reunidos en Madrid acciones valientes para la protección de los océanos

  • Activistas de la organización reciben con pancartas móviles a los asistentes en el acto de celebración del Protocolo de Madrid organizado por el Miteco
  • 30 años después de la protección de la Antártida menos de un 3% de los océanos están protegidos y menos de 1% adecuadamente protegidos
  • El Protocolo Antártico sobre la protección del medio ambiente supuso un hito diplomático sin precedentes con la moratoria de la explotación minera y petrolífera del continente.
Greenpeace reclama a los líderes mundiales reunidos en Madrid acciones valientes para la protección de los océanos

Madrid, 4 de octubre de 2021.– Activistas de Greenpeace han circulado en bicicleta con remolques-pancarta, acompañando a los coches oficiales de los representantes políticos a su llegada al Museo Arqueológico Nacional, donde se citan hoy para conmemorar la firma del Protocolo de Madrid el 4 de octubre de 1991, hito histórico en la protección de la Antártida. En las pancartas, los representantes políticos podían leer en castellano y en inglés: “Dejad las excusas y salvad los océanos ya” “¡Necesitamos nuestros océanos y nuestros océanos os necesitan, actuad ya!” junto a imágenes de la Antártida y su biodiversidad.

Entre los asistentes al encuentro se encuentran el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera y ministros internacionales junto a científicos y expertos polares.

Greenpeace insta a los gobiernos asistentes a este evento a proteger totalmente al menos el 30% del océano para 2030, y comprometerse a destinar recursos diplomáticos, al más alto nivel, para finalizar las negociaciones para un Tratado Global de los Océanos sólido en la próxima conferencia de la ONU, prevista en marzo de 2022.

La campaña para la protección de la Antártida demostró que es posible lograr acuerdos ambiciosos. Los gobiernos supieron escuchar y hacer realidad lo que pocos años antes parecía inalcanzableEspero que las y los líderes de hoy estén a la altura, que escuchen a la ciudadanía y a la ciencia, y tengan la audacia de poner la protección de los océanos por delante de la explotación de los recursos naturales”, declara Mª Luisa Toribio, responsable de la campaña global para la protección de la Antártida de Greenpeace España cuando se firmó el Protocolo de Madrid en 1991.

“La pandemia COVID ha retrasado la última ronda de negociaciones del Tratado Global de los Océanos que supondría la protección de la alta mar. Un proceso que se inició en 2002 y que dada la emergencia ambiental en la que estamos inmersos no puede retrasarse más”, ha declarado Pilar Marcos, responsable de Océanos de Greenpeace España. “Ha llegado el momento de poner las palabras en práctica y que la UE encabece las negociaciones en Naciones Unidas para garantizar un Tratado sólido que regule las actividades en alta mar y que prime la protección en el 70% de nuestro planeta, que es ‘tierra de nadie’”, concluye.

Para Greenpeace, el Tratado Global de los Océanos debe:

  • Instaurar un mecanismo global para el establecimiento de una red de santuarios oceánicos bien gestionados en los océanos globales, permitiendo así a la comunidad internacional cumplir el objetivo “30×30” de acuerdo con las recomendaciones científicas y los crecientes compromisos políticos.
  • Disponer, como Constitución de los Océanos similar a los Acuerdos del Clima, mecanismos efectivos de toma de decisiones que impidan que algunos países bloqueen o retrasen decisiones, como ha pasado con la creación de Áreas Marinas Protegidas en el Ártico o la Antártida.
  • Regular actividades como la pesca o la extracción de minerales, para gestionar las múltiples presiones a la que se enfrentan las aguas internacionales.

España, en su papel dentro de la UE, debe seguir liderando la protección íntegra de las aguas internacionales, exigiendo la regulación total de las actividades más perjudiciales, como la pesca industrial de alta mar o la minería submarina.


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