Giorgio Trucchi / Rel-UITA •  Movimiento Sindical •  Internacional •  03/09/2019

En Honduras no para la violencia antisindical

En su último informe, la Red contra la Violencia Antisindical señaló al menos 47 casos de violencia antisindical que involucran a una o más víctimas.

En Honduras no para la violencia antisindical

Honduras es el tercer país de América Latina con la mayor cantidad de agresiones a sindicalistas. En el marco del Foro “Impactos del golpe de Estado en los derechos humanos, con énfasis en la violación de los derechos laborales y de la comunidad LGBTI», Jorge Hernández, de la Red contra la Violencia Antisindical, conversó con La Rel acerca de esta difícil situación.

La Red contra la Violencia Antisindical surgió en el 2015 precisamente por el alto grado de violencia e impunidad contra el sector sindical en el país. A partir de esta fecha, la Red ha venido documentando, acompañando y denunciando muchos casos de violencia antisindical.

En su último informe, la Red señaló al menos 47 casos de violencia antisindical que involucran a una o más víctimas. Las principales agresiones tienen que ver con despidos antisindicales, amenazas de muerte, procesos de criminalización, secuestros y asesinatos.

Hernández señaló el asesinato de Héctor Martínez Motiño, presidente de la seccional seis del Sitraunah[1] en el Centro Universitario Regional del Litoral Pacífico (CURLP), y el secuestro y desaparición de Donatilo Jiménez, presidente de la seccional tres del Sitraunah en el Centro Universitario Regional del Litoral Atlántico (CURLA).
 

También la agresión contra los hermanos Moisés y Misael Sánchez de la subseccional del Sindicato de Trabajadores de la Agroindustria y Similares (STAS) en las meloneras propiedades de Fyffes/Sumitomo.
 

La criminalización de la labor sindical

Asimismo, el miembro de la Red contra la Violencia Antisindical dijo estar muy preocupado por la criminalización de sindicalistas por parte del sistema de justicia hondureño.

En este sentido mencionó el caso de José Armando Flores, presidente del Sindicato de Trabajadores del Sistema Sanitario del Oriente (SITRASAO), quien fue amenazado de muerte y luego procesado por injurias y calumnias.
 

Golpe de estado y violación de derechos humanos

A partir del golpe de Estado la violencia contra sindicalistas se profundizó.
Son 19 los docentes asesinados entre 2009 y 2010, mientras que entre 2015 y 2018 hemos registrado 109 casos de violencia antisindical, entre ellos 7 asesinatos y una desaparición forzada.

El sector donde más se reportan casos de violencia antisindical es el sector agrícola (77 por ciento), seguido por el sector público y la maquila (23 por ciento)”, dijo Jorge Hernández a La Rel.

Esta situación ha llevado a Honduras a ser el tercer país de América Latina con la mayor cantidad de casos de violencia antisindical.

“Honduras se sitúa inmediatamente después de Colombia y Guatemala, y este lamentable record fue ratificado por la OIT en la 108° Conferencia Internacional del Trabajo. La situación es difícil y como Red estamos tratando de incidir tanto a nivel nacional como internacional”, explicó Hernández.

 

Articulación de capacidades

A través de la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH), la Red contra la Violencia Antisindical ha tenido representantes en las últimas dos Conferencias de la OIT.

“Todos unidos hemos logrado que Honduras fuera nuevamente incluida en la lista corta de los países que no respetan convenios y libertades laborales”, apuntó el defensor de derechos humanos.

En el caso de Honduras la violación es al Convenio 87 relativo a libertad sindical y protección al derecho sindical. A raíz de eso, la OIT ha mandado al Estado de Honduras a crear una comisión de violencia antisindical para investigar cada uno de los casos señalados.

“Estamos en el proceso de creación de esta comisión. Las centrales sindicales ya nombraron a sus representantes y esperamos que las otras partes hagan lo mismo. Es necesario y urgente investigar todos estos casos para acabar con la impunidad”, concluyó Hernández.

 

Artículo publicado originalmente en Rel-UITA


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