Barrio Canino •  Cultura •  17/03/2022

A las batucadas: poniendo ritmo al conflicto social

Esta semana rendimos tributo a los cánticos de las manifestaciones y al soniquete de la revuelta que nos acompaña en las movilizaciones sociales y por eso os traemos este monográfico sobre canciones, lemas y ritmos que ponen sonido al conflicto social. ¡A las batucadas!

A las batucadas: poniendo ritmo al conflicto social

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Cuando la cacerola es el instrumento y la partitura es la pancarta, los cánticos se convierten en canciones. Y permanecen en la memoria rememorando la lucha de la que nacieron. ¿Quién cantó aquello primero? Como decía nuestro amado Chicho Sanchez Ferlosio poco importa la autoría cuando una obra se hace verdaderamente popular.

En noviembre de 2010, el rapero Hamada Ben Amor, bajo el seudónimo de El General, publicó el tema «Rais Lebled» (Señor Presidente). En esta canción se recoge el sentimiento pre-revolucionario que se había instalado en buena parte de la población tunecina por aquellos meses y El General se dirige directamente al dictador tunecino Ben Ali instándole a abandonar el poder. La chispa prende. Estamos ante el surgimiento de la denominada primavera árabe. Algunas semanas más tarde la revuelta se extiende también por Egipto y allí, en plena Plaza Tahrir, es la guitarra de Ramy Essam la que convierte los lemas de las manifestaciones en canciones y la gente se levanta cantando «Irhal» (Vete), una invitación nada velada a que Hosni Mubarak abandonase el poder. Poco importó la detención del músico unos días más tarde cuando decenas de miles gritaban «Irhal, irhal, irhal…».

Algo parecido, pero con distinto final, ocurrió 40 años antes en Chile. Tras la protesta conservadora de la marcha de las cacerolas la reacción contra el gobierno de Salvador Allende triunfó en 1973. Poco antes de la caída del gobierno Sergio Ortega Quilapayún componían «El pueblo unido jamás será vencido» a partir de una variación del sexteto de Brahms. Había nacido un himno de las protestas que después escucharíamos traducido al tagalo en las protestas contra el colonialismo en Filipinas. También se tradujo al persa y se entonó en 1979 en Irán durante las protestas contra el Sha y también lo escuchamos en la revolución naranja de Ucrania en 2004, en la plaza Sintagma de Atenas y, volvemos a la primavera árabe, también en la Plaza Tahrir de El Cairo en 2011.

Sin irnos tan lejos, por aquí también hemos oído himnos de lucha, ¿quién no ha cantado aquello de «Perros guardianes del orden y la ley, asesinos sueldo abuso del poder» en alguna manifestación? Siempre hemos tenido dudas de si Vómito tomaron estas líneas prestadas de alguna consigna, pero parece que fue al revés. La letra tuvo tanto éxito que ha pasado ya al acervo popular de cualquier manifestación antifa que se precie.

Y también sin salir del estado español, resuena en nuestras cabezas «En el Pozo Maria Luisa», interpretada en cada lucha minera, como la tercera Marcha Negra que llegó a Madrid en julio de 2012, y también en recuerdo a los mineros fallecidos y como muestra de apoyo a sus familias en el accidente más grave ocurrido en la minería en las últimas décadas en el estado español, cobrándose la vida de 6 mineros en el pozo Emilio del Valle en Pola de Gordón, León en 2013.

Paramos por un momento también en el Café Chinitas, un teatrillo o café cantante que inició su andadura a mediados del siglo XIX, en Málaga entre 1857 y cerrado definitivamente en 1937, por la autoridades municipales malagueñas en plena Guerra Civil. Allí se ponía letra a «Jornaleros Andaluces», canción que también escuchamos en su versión más feminista durante las huelgas del 8M en las plazas de Gijón.

Y ya que hablamos de feminismos contamos en este programa también con la colaboración de Diane Fucsia y sus paisajes sonoros de las distintas huelgas generales del 8M estos últimos años en Zaragoza, de antes de la pandemia y durante. De allí nos llega el lema manifestante que más nos ha cautivado en mucho tiempo: «mi copa menstrual en la boca de Abascal». Insuperable.

Seguimos viajando y nos encontramos en Glasgow en 1919 en plena batalla de George Square. Durante la huelga general los manifestantes entonan «The Red flag», que a la postre acabaría siendo adaptada como himno del Partido Laborista. En 1962, Leon Rosselson, un cantante y compositor folk, se encargó de poner los puntos sobre las íes con su ocurrencia de parodiar «The Red Flag», a la que rebautizó como «Himno de batalla del nuevo Partido Socialista», ridiculizando la pretensión laborista de seguir pasando por socialistas.

En la última etapa de nuestro deambular por la música como vehículo de transmisión de la memoria histórica nos encontramos con el mismísimo Ennio Morricone poniendo sonido 50 años más tarde a la memoria de los anarquistas ejecutados Sacco y Vanzetti.

En el horizonte hay negras tormentas agitando los aires así que hoy gritamos con fuerza:

¡¡A las batucadas!! Es hora de poner ritmo al conflicto social.

¡Qué suene!


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