Redacción •  Cultura •  15/02/2022

«Homenaje a Billy el Niño», un relato de las torturas policiales que premiaron y silenciaron los poderes democráticos

  • 21 de febrero, 16h, Teatro del Barrio (Zurita, 20).
«Homenaje a Billy el Niño», un relato de las torturas policiales que premiaron y silenciaron los poderes democráticos

El pasado lunes, 17 de enero, Rodolfo Martín Villa ofreció públicamente un relato adulterado de los últimos años de la dictadura de Francisco Franco y la Transición, calificando de «errores» las muertes causadas por la policía en aquella época. Ese mismo día y no muy lejos de allí, en el madrileño Teatro del Barrio, continuaban los ensayos de Homenaje a Billy El Niño. Es la nueva producción que impulsa este teatro y exhibe las huellas de nuestro pasado, la violencia con la que también se construyó la Democracia: ofrece el testimonio de las torturas que causó, en los años 70, el jefe de policía Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, condecorado por la Dictadura e incluso por los gobiernos de la Democracia. Ruth Sánchez y Jessica Belda firman el texto; ambas ya coescribieron juntas otra de las obras producción del Teatro del Barrio, La SecciónMujeres en el Fascismo español, así como Españolas, Franco ha muerto. Dirige Homenaje a Billy el Niño Eva Redondo (es autora, directora y actriz; capitanea Nuevenovenos junto con Daniel Ramírez, y ha dirigido La VacaLe es fácil flotar  y Cuidado con el perro). Lo protagonizan Antonio Gómez (El Caso, El Gran Marciano, White Lines), Jesús Barranco (Quitamiedos, El Mercader de Venecia, El Rey Lear) Jessica Belda. Se estrenará el próximo 23 de febrero y entrará en el repertorio del teatro.

“El título lleva la palabra homenaje porque a Billy El Niño, como a otras tantas personas vinculadas a la represión de la Dictadura, se las homenajeó ininterrumpidamente durante la Transición y muchos años después. Hace referencia no solo a sus medallas sino también al silencio cómplice de los que nunca protestaron por ellas”, expresa Ruth Sánchez. “El texto es Teatro Documento, y para construirlo nos hemos basado en testimonios reales y en la querella que se ha presentado contra las torturas de la Dictadura en Argentina”, añade Jessica Belda. “Yo doy las gracias a todos los que pusieron su cuerpo para conseguir más derechos en esto que llamamos, de forma autocomplaciente, democracia. En especial, a Chato Galante, con cuya colaboración se inició este libro”

Antonio González Pacheco murió en mayo de 2020 en un hospital de Madrid. Tenía 73 años y estaba infectado de coronavirus. Había formado parte de la Brigada Político Social (grupo policial de represión) de los últimos años de la dictadura (1939-1975), y tenía el mando en los calabozos de la Puerta del Sol de Madrid, donde aplicaba, durante los interrogatorios, técnicas de castigo humillantes y de intensísimo dolor. Por ejemplo, el uso de puños americanos, patadas, puñetazos, porras y movimientos copiados de las artes marciales. También colgaba a las personas detenidas de una barra, por las rodillas. Recibió, por todo ello, felicitaciones públicas y premios en metálico. Y ya en los años de democracia, Billy el Niño estuvo vinculado al Caso Villarejo, a través de su empresa de seguridad.

Cuando murió, pesaban sobre él varias denuncias por crímenes y torturas. Pero nunca fue investigado judicialmente, porque los jueces se amparaban, para evitarlo, en la Ley de Amnistía de 1977. Además, la Audiencia Nacional se opuso a su extradición a Argentina, donde lo reclamaron en la querella abierta por crímenes cometidos durante la Guerra Española (1936-1939) y la Dictadura Franquista; la Audiencia argumentó que habían prescripto los delitos por los que se lo requería, y no podían calificarse «de lesa humanidad» porque no formaban parte de un «ataque sistemático y organizado a un grupo de población». El Parlamento español sí había acordado, en febrero de 2020, iniciar los trámites para publicar el expediente de concesión de medallas a González Pacheco, y el Gobierno se había comprometido a retirarle las medallas que le habían sido otorgadas, y que incrementaban en un 50% su pensión. Pero el trámite quedó pendiente. Billy El Niño murió con todas sus condecoraciones y privilegios intactos.


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