Mónica G. Salomone / Agencia SINC •  Ciencia •  07/03/2022

La guerra en Ucrania pone en riesgo décadas de colaboración científica entre Europa y Rusia

Los vínculos científicos entre Europa y Rusia se han estrechado en los últimos años, hasta el punto de que Rusia es uno de los países más activos en el programa de ciencia europeo. Además, colabora con la Agencia Espacial Europea y en grandes instalaciones como el CERN o ITER que ahora se replantean la colaboración o, como ya ha anunciado la Comisión, la congelan.

La guerra en Ucrania pone en riesgo décadas de colaboración científica entre Europa y Rusia

La Unión Europea “no participará en más proyectos de cooperación con entidades rusas” y suspenderá “cualquier pago a las entidades rusas en el marco de los contratos existentes”, anunció el jueves 3 de marzo la comisaria europea de investigación Mariya Gabriel. “He decidido suspender los preparativos del acuerdo de subvención para cuatro proyectos del programa Horizonte Europa en los que participan cinco organizaciones de investigación rusas. La firma de cualquier nuevo contrato quedará en suspenso hasta nuevo aviso”.

La Comisión ha añadido en una nota que «están siendo revisados todos los proyectos en curso en los que participan organizaciones de investigación rusas, tanto en el marco de Horizonte Europa como de Horizonte 2020, el anterior programa de la UE para la investigación y la innovación».

Por el contrario, reforzará la alianza entre la UE y Ucrania: “Estamos firmemente comprometidos a garantizar una participación continua y exitosa de Ucrania y de las entidades ucranianas en los programas de investigación y formación Horizonte Europa y Euratom”, ha declarado Gabriel.

Ucrania firmó su acuerdo de asociación a estos programas en octubre de 2021, y entrarán en vigor cuando el país notifique a la Comisión que ha finalizado su proceso de ratificación. “Entre tanto, hemos tomado medidas administrativas para garantizar que los beneficiarios ucranianos puedan recibir financiación de los programas de I+D de la UE”, ha añadido la comisaria.

La suspensión anunciada por Gabriel afecta a proyectos científicos de la UE con entidades rusas, pero más allá de estos proyectos, aún queda por determinar qué sucederá con las redes de colaboración ya existentes entre instituciones científicas de Rusia y de países europeos. Para decidirlo, representantes de los ministerios de ciencia de la UE se reunieron el viernes en Bruselas y seguirán hablándolo la semana próxima en Marsella, como anunció la ministra de Ciencia e Innovación de España Diana Morant.

Un ataque a los valores de la cooperación científica

La declaración de la comisaria europea define la invasión de Rusia a Ucrania como “un ataque a los valores elementales de la libertad, la democracia y la autodeterminación, en los que se basan la expresión cultural, la libertad académica y científica y la cooperación científica”.

Estos mismos valores se han invocado durante décadas para entablar cuantiosos e importantes proyectos de colaboración científica entre Europa y Rusia. Desde el final de la guerra fría, simbolizado en 1975 con un famoso apretón de manos en el espacio entre los astronautas estadounidenses y rusos a bordo de las naves espaciales Apolo (EE UU) y Soyuz (Rusia), los lazos de cooperación en ciencia e innovación con Rusia se han fortalecido progresivamente.

En diciembre pasado la Comisión informaba de los exitosos resultados de la participación de Rusia en el Programa Marco europeo para Investigación e Innovación, Horizonte 2020, para el periodo 2014-2021, destacando que “Rusia se mantiene entre los países más activos” en este programa, y anunciando que esta “buena dinámica de cooperación es una excelente base para seguir cooperando con éxito” en el próximo Horizonte Europa para 2021-2027.

El histórico apretón de manos en el espacio entre Leonov (izquierda) y Stafford simbolizó la cooperación en ciencia e innovación entre Rusia y Occidente. / NASA

Rusia en el programa de investigación de la UE

Dentro de Horizonte 2020, “la UE y la Federación Rusa han apoyado proyectos científicos de colaboración en una amplia gama de áreas temáticas (…) como el cambio climático, las enfermedades infecciosas, el desarrollo de infraestructuras de investigación y un transporte aéreo más ecológico y seguro”.

Esta cooperación “se basa en el interés mutuo, la cofinanciación y el apoyo a los contactos interpersonales entre científicos, innovadores y comunidades académicas en general”, afirmaba esta nota, que contabilizaba en 93 las acciones de investigación cofinanciadas por la UE y Rusia en las que universidades e institutos de la Academia Rusa de Ciencias y empresas de toda Rusia han colaborado con sus homólogos europeos.

“Las entidades rusas han recibido 14 millones de euros de la UE por su participación en los proyectos de investigación e innovación de Horizonte 2020, y más de 47 millones de euros de programas nacionales rusos y otras fuentes”, se informaba.

Además, 36 organizaciones rusas han participado en acciones Marie Skłodowska-Curie, con 544 investigadores rusos en estados miembros de la UE y países asociados al programa Horizonte 2020. Rusia, por su parte, acoge a 100 investigadores de la UE y de los países en Horizonte 2020. Además, 62 ciudadanos rusos han recibido una de las prestigiosas becas del Consejo Europeo de Investigación.

Misiones espaciales y grandes instalaciones como el CERN

Además de la participación en el programa marco de investigación europeo, Rusia colabora muy estrechamente con la Agencia Espacial Europea (ESA) en muchas misiones. Los lanzamientos de componentes y astronautas europeos a la Estación Espacial Internacional se han llevado a cabo en los últimos años con naves Soyuz rusas, lanzadas desde el puerto espacial europeo en Kourou, en la Guyana francesa. Rusia ha ordenado la retirada de su personal en esta base de lanzamientos.

Réplica del rover ExoMars de la ESA y Roscosmos, conocido como Amalia, conduciendo a través de un terreno accidentado. Su lanzamiento, previsto en 2022 para buscar vida en Marte, es ahora improbable. / ESA

Réplica del rover ExoMars de la ESA y Roscosmos, conocido como Amalia, conduciendo a través de un terreno accidentado. Su lanzamiento, previsto en 2022 para buscar vida en Marte, es ahora improbable. / ESA

Rusia forma parte además de ambiciosos proyectos científicos multinacionales de grandes instalaciones: el reactor de fusión nuclear ITER, actualmente en construcción en Cadarache (Francia); el CERN, cerca de Ginebra (SUIZA), de investigación en física de partículas; el sincrotrón europeo ESRF, en Grenoble (Francia); el láser europeo de rayos X XFEL, en Schenefeld (Alemania); y la instalación para la investigación en antiprotones e iones FAIR, en construcción en Darmstadt (Alemania). España participa directamente en todas excepto en FAIR.

La participación de Rusia en estas grandes instalaciones es variable. Algunas de ellas ya se han pronunciado sobre si mantener o no su colaboración. El CERN, donde Rusia tiene el estatus de “Estado Observador con derechos especiales” responde a SINC que “los Estados miembros del CERN están discutiendo la situación. El Consejo del CERN celebrará una sesión extraordinaria en breve”.

ITER, un “proyecto de paz” nacido en la Guerra Fría

En ITER Rusia cubre el 9,1 % de los costes de construcción, como los demás miembros del proyecto que no pertenecen a la UE (China, India, Japón, Corea y Estados Unidos).

Su portavoz, Laban Coblentz, responde a SINC que “no hay ningún proceso en el documento rector del ITER para expulsar a un miembro”, y recuerda que “ITER se puso en marcha como hijo de la Guerra Fría: una colaboración de países no alineados ideológicamente que compartían un objetivo común para un futuro mejor. A lo largo de la historia del ITER, las diferencias políticas entre sus miembros nunca han afectado al espíritu de colaboración. ITER es un proyecto de paz”.

Sin embargo “los acontecimientos de los últimos días no tienen precedentes”, añade Coblentz, así que es “no sabemos cuál será el efecto (…). Nuestra esperanza es que todos los miembros del ITER sigan comprometidos con la colaboración en el sueño común de la energía de fusión como fuente de energía segura, respetuosa con el medio ambiente y prácticamente ilimitada para nuestro futuro común”.

La ESA, el sincrotrón europeo y el láser

Otras instituciones ya han emitido comunicados. El 28 de febrero la ESA anunció que estaba “evaluando las consecuencias” en los programas con la agencia espacial estatal rusa Roscosmos, manteniéndose en línea las decisiones de los Estados Miembros de la ESA y “en estrecha coordinación con los socios industriales e internacionales (en particular con la NASA en lo que respecta a la Estación Espacial Internacional)”.

Sobre la salida de personal ruso del puerto espacial europeo, “tomamos nota”, dice la ESA, y “evaluaremos para cada carga útil institucional europea el servicio de lanzamiento adecuado”. Adelantan que es “muy improbable” el lanzamiento previsto en 2022 de la misión ExoMars a Marte, en colaboración con Rusia.

El sincrotrón europeo ESRF solo dice por ahora que “informará al personal a su debido tiempo de cualquier medida que deba adoptarse como consecuencia de esta guerra”, y reafirma “su firme compromiso de promover la excelencia científica más allá de todas las fronteras nacionales, dentro de un contexto de cooperación pacífica que prohíbe toda forma de violencia”.

El láser XFEL ya ha decidido que “no iniciaremos nuevos acuerdos con instituciones rusas y suspenderemos los existentes, respetando las obligaciones legales obligatorias del XFEL europeo”. Y añaden: “Estamos profundamente convencidos de que la cooperación científica puede promover la paz y de que la investigación puede prosperar mejor en una sociedad internacional democrática mediante una colaboración basada en nuestros valores europeos”.

Vista del túnel de 3,4 km del acelerador XFEL. / Heiner Müller-Elsner/European XFEL.

Científicos rusos “horrorizados”

La instalación para la investigación en antiprotones e iones FAIR se hace eco en su web de la declaración hecha el 25 de febrero por la Alianza de Organizaciones Científicas alemanas, que “recomienda congelar con efecto inmediato la cooperación científica con las instituciones estatales y las empresas comerciales de Rusia hasta nuevo aviso”, a la vez que “lamenta profundamente las consecuencias de estas medidas para la ciencia”.

Recuerda que “solo con la ayuda de una estrecha cooperación científica internacional podrán superarse las crisis a las que se enfrenta la humanidad, como el cambio climático, la extinción de especies o las enfermedades infecciosas. Por lo tanto, nuestra solidaridad también se dirige a nuestros antiguos socios de cooperación rusos, científicos que están horrorizados por la invasión rusa de Ucrania”.

Observatorios de Canarias

En España, Rusia es miembro del Comité Científico Internacional de los observatorios del Instituto de Astrofísica de Canarias, como “países con relación bilateral con el IAC o que forma parte de los consorcios internacionales que han instalado sus instrumentos” en los observatorios de Canarias.

El IAC opera el telescopio robótico MASTER, de la Universidad de Moscú, en el Observatorio del Teide. Pero, según explica a SINC este centro de investigación, las operaciones cesan a partir del 5 de marzo: “Se ha enviado una carta al profesor responsable informándole de que, debido a las circunstancias legales en nuestro país, que exigen la renovación del acuerdo con la Universidad de Moscú, y dada la invasión de Ucrania por parte de Rusia, en este momento no podemos proceder a las negociaciones necesarias para la renovación”. El IAC confía “en que pronto podamos recuperar la colaboración científica entre nuestras instituciones”.

El IAC participa también en la misión EUCLID de la Agencia Espacial Europea, que debía lanzarse este año con un cohete Protón ruso. “Evidentemente, no se va a usar”, asegura el centro, que por tanto prevé retrasos mientras se buscan alternativas.

Fuente: SINC

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