Redacción •  Euskal Herria •  04/03/2021

Clamor por un sistema público de cuidados en la tercera jornada de huelga convocada por ELA en Hego Euskal Herria

A pesar de unos servicios mínimos totalmente abusivos que han imposibilitado el derecho de huelga a la mayoría de las trabajadoras de los sectores llamados al paro de hoy- servicios mínimos que han sido recurridos por ELA ante los tribunales– miles de trabajadoras y ciudadanos y ciudadanas, en general, han participado en las manifestaciones y actos de protesta convocados. Con la de hoy, son tres las jornadas de huelga realizadas en los sectores de cuidados profesionalizados en todo Hego Euskal Herria para exigir a las instituciones un sistema de cuidados público, digno, universal y gratuito.

Clamor por un sistema público de cuidados en la tercera jornada de huelga convocada por ELA en Hego Euskal Herria

Desde primera hora de la mañana se han realizado diferentes acto de protesta, que han tenido su colofón al mediodía con multitudinarias manifestaciones en las cuatro capitales de Hego Euskal Herria. En la movilización realizada en Iruña-Pamplona, además, se ha exigido al gobierno foral que de los pasos necesarios para la consecución del primer Convenio de Residencias de Navarra.

En estas manifestaciones y actos de protesta han participado, también, asociaciones de familiares como Babestu Bizkaia, Babestu Araba, Gipuzkoako Senideak, plataformas de pensionistas, colectivos feministas, Itaia, Irauli Zaintza, Malen etxea, etc.

En las distintas intervenciones realizadas antes de las manifestaciones, se ha interpelado tanto a las tres Diputaciones Forales como a los Ayuntamientos y los Gobierno de Gasteiz e Iruña para exigirles que, de manera inmediata, cambien el actual modelo de cuidados basado en el negocio y no en las personas. Un modelo que defienden con uñas y dientes, a pesar de saber que no garantiza unas condiciones de vida dignas ni a las trabajadoras ni a las y los usuarios (cientos de muertos y miles de trabajadoras contagiadas durante esta pandemia). Un modelo donde la gran mentira de la colaboración público–privada esconde:

  • Plantillas absolutamente insuficientes, con unos ratios inhumanos que traen consigo cargas de trabajo inasumibles que no garantizan tiempos de atención suficientes. Se viola, así mismo, el derecho de las personas a ser cuidadas.

  • Calendarios inhumanos, agendas saturadas o una disponibilidad total.

  • Unos salarios que no garantizan llegar a fin de mes, realidad que sostiene la brecha salarial.

  • La falta de inversión en medios materiales y de medidas de protección, que pone en grave riesgo tanto la salud de las trabajadoras como la de las personas usuarias/os.

  • Atención deficiente, deshumanizada, que se sostiene, en exclusiva, en el esfuerzo extraordinario de las trabajadoras.

  • Una privatización galopante en beneficio de las empresas, que buscan por encima de todo y de todos el aumento de los mismos. A menor plantilla, más beneficios, aunque eso suponga empeorar las condiciones o reducir el tiempo de atención a las personas dependientes.

Por ello, se ha exigido que, de manera inmediata, se apueste por un modelo de cuidados público; un modelo donde las trabajadoras no vayan con miedo a trabajar. Un sistema blindado frente a intereses capitalistas o partidistas:

  • Donde todo el personal sea público, garantizando la subrogación y la fijeza a todas las trabajadoras, que han vivido la lacra de la subcontratación y la temporalidad.

  • Donde con plantillas y ratio suficientes se garantice un cuidado cercano y afectuoso. Para que las personas que requieren de los cuidados sean atendidas de manera digna e integral en los distintos ciclos de la vida. Un modelo de cuidados basado en la cercanía, el trato de calidad y el respeto a la autonomía de las personas.

  • Con unas condiciones laborales dignas, que permita a las trabajadoras llegar a fin de mes y que reconozcan el valor social y productivo de los cuidados.

  • Con medidas reales para eliminar la brecha de género.

  • Con medidas efectivas para garantizar la salud laboral, en especial la prevención de los riesgos psicosociales.

  • Y un sistema con un plan de reparación emocional para las trabajadoras que palíe, al menos en parte, las graves secuelas que está dejando la pandemia.


ELA /