Redacción •  Actualidad •  29/09/2016

El CETA dejaría un mal sabor en la seguridad alimentaria

Mientras el debate sobre el CETA, el tratado entre la Unión Europea y Canadá, arrasa en Europa, un nuevo informe advierte de que el acuerdo puede rebajar los estándares de seguridad alimentaria.

El CETA dejaría un mal sabor en la seguridad alimentaria

Seguridad Alimentaria, Agricultura y Cooperación Reguladora en el Acuerdo Económico y Comercial Global entre la UE y Canadá es un informe desarrollado por Council of Canadians junto con numerosas organizaciones Europeas, entre las que se encuentran ATTAC España y Amigos de la Tierra. En el mismo, se exponen las diferencias normativas entre Canadá y la Unión Europea que pueden poner en peligro la seguridad de los alimentos y los estándares de producción europeos.

Las pequeñas economías agrarias europeas, que llevan años luchando contra la caída de precios, ahora se encontrarían con nuevos obstáculos, y tendrían que competir en condiciones de desigualdad con las importaciones canadienses. “Esto puede ser otro golpe para los granjeros europeos que competirían con una agroindustria sin controles de bienestar animal y con estándares mínimos de seguridad” ha señalado, presidenta de Council of Canadians. “Canadá no es la naturaleza virgen que los europeos imaginan con pequeñas granjas salpicando el paisaje. Con el NAFTA, Canadá está inmerso en una agricultura de producción a gran escala, con la mitad de su producción procedente de tan solo el cinco por ciento de las explotaciones”.

En el informe se detallan las aéreas donde las normativas canadienses son mucho más débiles que las de la UE, incluyendo los alimentos genéticamente modificados, pesticidas, tintes alimenticios, pollo clorado u hormonas, entre otros. Canadá es el tercer productor mundial de organismos genéticamente modificados (OMG), y recientemente aprobó la venta de salmón genéticamente modificado. Por otro lado, el país norteamericano tampoco reconoce el principio de precaución europeo. “No sólo estamos hablando de una competencia desleal con nuestros agricultores y ganaderos, sino de sentar las bases del modelo agroalimentario que queremos tener en el futuro: preservar el modelo mayoritario de pequeñas y medianas explotaciones en Europa, en el que se prima la calidad, la seguridad alimentaria, la preservación del medio ambiente y el bienestar animal” dice Andoni García de la Comisión Ejecutiva de COAG. “Se fomenta un modelo productivo intensivo e industrial, base de la comida procesada y de una dieta poco saludable. No podemos echar por tierra la rica y variada tradición gastronómica europea por el interés de un puñado de multinacionales agroexportadoras”.

“En todo el mundo la gente quiere más alimentos locales, sostenibles y saludables, para nuestra economía, nuestro medio ambiente y nuestro bienestar. El CETA nos lleva en dirección opuesta- hacia las granjas industriales, con producciones insostenibles y con cuestionables normas de seguridad”, ha declarado Blanca Ruibal, portavoz de Amigos de la Tierra. “La alimentación es una parte esencial de nuestra comunidades y de nuestros valores. Los europeos deben conocer como sus normas pueden ser degradadas antes de que tomen una decisión sobre el CETA.”

“El CETA supone una amenaza similar al TTIP, pero además es el submarino de la economía norteamericana en Europa, ya que no tenemos que olvidar que gracias al NAFTA las empresas estadunidenses que tengan sucursales en Canadá van a tener las mismas oportunidades de operar a través del CETA”, ha indicado Cuca Hernández vicecoordinadora de ATTAC Madrid y activista de la campaña contra los tratados. Añade “Estamos en un momento de gran peligro para nuestro futuro, ya que un gobierno en funciones que ningunea al parlamento puede ratificar un tratado que hipoteque por mucho años de nuestra economía y nuestra salud”.

El CETA puede entrar en vigor una vez que sea ratificado por el Parlamento Europeo, por eso las organizaciones que forman parte de la campaña en contra de los tratados TTIP, CETA y TISA ponen este año el foco en él como peligro más inmediato, y llaman a la movilización para la semana del 8 al 15 de octubre que finalizará con una gran manifestación de Atocha a Cibeles el día 15 a la seis de la tarde.


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