El sindicato STEM, escéptico ante las medidas anunciadas por Madrid para el curso escolar

STEM se ha mostrado escéptico ante las medidas que anunció ayer el gobierno de la Comunidad de Madrid para garantizar una vuelta segura a las aulas. Según el sindicato, «se ha necesitado el anuncio de una huelga educativa para que el Gobierno Regional diese algún tipo de señal de actividad vital», una muestra de que «la lucha siempre sirve».

Aunque el sindicato reconoce que «el anuncio de una vuelta escalonada a las clases y el consiguiente cambio de calendario  puede motivar una modificación del preaviso de la huelga -ya que el acuerdo anunciado ante la asamblea de profesorado era iniciar las luchas coincidiendo con el inicio de la actividad lectiva- esta de momento sigue en pie.

STEM considera que «las medidas concretas que se presentan plantean numerosas incógnitas». Por ejemplo, el sindicato se pregunta sobre la anuncicada contratación de 11.000 profesionales «sin especificar cuándo, cuáles, ni dónde, ni siquiera han precisado si se trata de profesionales a repartir exclusivamente entre los centros públicos».

Para la organización sindical, no se puede «presentar como mejora aquello que ni siquiera llega a revertir los recortes de 2010«. Respecto a las ratios de 20 alumnos por aula que propone el gobierno regional, STEM considera que queda lejos de «la recomendación de 15 alumnos por grupo». Al sindicato, por otro lado, le preocupa que las contrataciones de las que habla el Gobierno estén incluyendo «las adjudicaciones anuales de plazas al personal interino o el previsible cupo para sustituciones de bajas, máxime en el supuesto de repunte de la pandemia».

STEM también echa en falta información acerca del incremento del personal de limpieza, así como «un compromiso de parar las supresiones de grupos que se preveían para este inicio de curso». En cuanto a las construcciones, continúa, «no es algo que se pueda improvisar de una semana para otra».

Para el sindicato, «las políticas ultraliberales» han «socavado» la eficiencia del sistema durante muchos años, por lo que ahora «no es tiempo de parches», sino de «exigir políticas que garanticen estos servicios básicos».