Redacción •  Actualidad •  20/08/2020

El PCE carga contra la UE por no reconocer los resultados electorales en Bielorrusia

  • El PCE «pide» al Gobierno español -del que forma parte- «que adopte una decisión propia, desvinculada de cualquier medida injerencista adoptada por Bruselas o Washington» y llama a los «trabajadores, a los ciudadanos y a las organizaciones democráticas a expresar su rechazo» a lo que califica de «aventura intervencionista contra Bielorrusia».
  • Algunas de las afirmaciones sobre Bielorrusia que el PCE tacha de manipulaciones han sido secundadas por estructuras en las que los propios comunistas españoles están integrados, como el Partido de la Izquierda Europea y el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica.

 

 

El PCE carga contra la UE por no reconocer los resultados electorales en Bielorrusia

El PCE ha arremetido contra la UE tras conocerse, por medio del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que esta no reconocía el resultado de las elecciones celebradas en Bielorrusia el pasado día 9, ganadas por el presidente Lukashenko con el 80% de los votos, según datos oficiales. «Con el lenguaje de la hipocresía y la doblez, Charles Michel habló de ‘redoblar los esfuerzos para encontrar una solución pacífica’ en Bielorrusia, sabiendo perfectamente que, en una insolente injerencia, algunos países miembros de la Unión impulsan las protestas en el país, con la pretensión de crear un nuevo Maidán, una situación de caos que derribe al gobierno de Lukashenko«, asegura el PCE en un comunicado oficial.

Según el partido que dirige Enrique Santiago, «Bruselas y la Comisión son perfectamente conscientes de que varios países miembros (Polonia, Lituania, Chequia) trabajan para crear un nuevo foco de crisis en las fronteras rusas, para lo que cuentan con el apoyo de otros países europeos y con la vigilancia y el sostén político y diplomático de Estados Unidos». La estrategia hacia Bielorrusia, que el PCE considera de «acoso», ha ido acompañado «del estímulo a las protestas violentas y de la difusión de informaciones falsas».

En este sentido, el PCE habla de «supuestas huelgas, montajes ante fábricas para simular protestas masivas de los trabajadores o una hipotética protesta de la gran mayoría de la población». El objetivo, asegura, es dar «sostén a la oposición derechista; una oposición que cuenta con un programa neoliberal que pretende impulsar privatizaciones, acabar con las empresas públicas, retirar a Bielorrusia del Estado de la Unión que le une a Rusia, abandonar la Unión Euroasiática y la Unión Aduanera, apostar por el suministro de gas licuado de Estados Unidos abandonado el gas ruso; aplicar un agresivo plan de “descomunistización” similar a los aprobados por los gobiernos de extrema derecha de Polonia y Ucrania».

Paradójicamente, algunas de las voces que hablan de «violencia contra la población», «brutalidad policial» o que exigen «elecciones libres» provienen del Partido de la Izquierda Europea y del Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica, dos estructuras en las que está integrado el propio PCE. En el Estado español, uno de sus socios estratégicos, Podemos, se ha sumado a las críticas al gobierno bielorruso.

El PCE también reprocha a la UE que esa misma «brutalidad policial» que dice ver en Bielorrusia no la haya percibido en otros lugares, y pone como ejemplos las protestas de los llamados «chalecos amarillos» en Francia -que causaron once muertos, más de cuatro mil heridos y trece mil detenidos-, «la actuación de la policía turca con los refugiados» o «la actividad de la guardia costera libia -cómplice, además, de mercados de esclavos-, a la que financia Bruselas». «La Unión Europea que contribuye ahora al acoso a Bielorrusia -prosigue- «es la misma que patrocinó a Juan Guaidó», autoproclamado presidente que obtuvo el reconocimiento del PSOE, partido con el que el PCE gobierna en la actualidad.

Para los comunistas,  la posición que ha adoptado la UE representa «seguidismo y sumisión a Estados Unidos», lo que, a su juicio, «lleva a la irrelevancia y la vergüenza». Con el objetivo de que España no caiga también en esa dinámica seguidista, el PCE ha pedido al Gobierno -del que forma parte a través de los ministerios de Trabajo y Consumo- «que adopte una decisión propia, desvinculada de cualquier medida injerencista adoptada por Bruselas o Washington». En el mismo comunicado, el PCE insta a «los trabajadores, a los ciudadanos y a las organizaciones democráticas a expresar su rechazo» a lo que considera una «nueva aventura intervencionista contra Bielorrusia que aumenta la larga lista de países agredidos por la ambición imperial de Estados Unidos con el concurso de los países de la Unión».


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