Pepe Mejía •  Actualidad •  19/06/2016

Laboratorios en manos del Opus Dei manipulan los perfiles genéticos para evitar identificar a bebés robados durante el franquismo

Actualmente existen miles de personas con sus nombres y apellidos cambiados y que no lo saben. Madres que buscan a sus hijos y no tienen apoyo del Estado. Y muchos se acuestan preguntándose si sus padres les han dicho la verdad o les ocultan mentiras. Algunos lo saben cuando sus padres lo cuentan cuando entran en agonía.

Laboratorios en manos del Opus Dei manipulan los perfiles genéticos para  evitar identificar a bebés robados durante el franquismo

El robo de bebés fue una acción impulsada desde el aparato de Estado del franquismo y la Iglesia católica. Hoy, laboratorios en manos del Opus Dei manipulan perfiles genéticos para evitar la identificación de los bebés robados durante la dictadura de Franco. El robo de bebés es una de las tantas aberraciones que se realizaron con todas las bendiciones legales y de la propia iglesia católica. El régimen franquista aprobó la ley del 4 de diciembre de 1941 sobre inscripción de niños repatriados y abandonados (BOE n. 350 de 16/12/1941, pág. 9819­ 9820).

En un acto celebrado en la Plaza de los Comunes ­situado en el madrileño barrio de Embajadores corazón del Madrid más castizo­ el pasado viernes 17 de junio, la periodista y autora del libro «Niños robados, de la represión franquista al negocio», María José Esteso subrayó que «Esta es un crimen que forma parte de la memoria histórica». Un crimen ideado desde la dictadura y que la iglesia ha gozado y sigue gozando de impunidad.

«Muchos médicos no han sido juzgados por estos hechos. Los laboratorios están en manos del Opus Dei y custodian la prueba clave. La responsabilidad del Estado español es tremenda porque no ha hecho sus deberes. No existe justicia en este tema».

Para Esteso ­periodista de larga trayectoria en diversos medios, miembro del Colectivo Editorial del periódico Diagonal y que actualmente coordina la revista de Ecologistas en Acción­ es imprescindible «crear una Fiscalía específica sobre el robo de bebés, abrir los archivos públicos y de la iglesia católica y que las pruebas de ADN se hagan en instituciones públicas».

EL CURA COBRABA POR AVALAR EL PROCESO

Para José Luis Gordillo autor del libro «Los hombres del saco», que también asistió al acto «El robo de los bebés en el Estado español: presente, pasado y futuro», la práctica aberrante del robo de niños empieza en 1941. «Con la ley de desapariciones infantiles se hizo legal quitar niños primero a los considerados como rojos, después a las madres solteras y finalmente a las familias sin recursos o empobrecidas. En toda esta trama la figura central es el cura que avalaba todo el proceso con dinero de por medio». Gordillo, que es periodista y trabaja en diversos medios de Andalucía y fue co fundador de Sur Press, «los bebés robados durante medio siglo en España son hoy, en su inmensa mayoría, adultos con identidad falsa.

Siguen sin conocer a sus verdaderos padres y hermanos, que los buscan desesperadamente, porque desde muy diversos ámbitos se está impidiendo el reencuentro familiar. Hoy hay manipulación indebida de los perfiles genéticos. De nuevo se cierne sobre las víctimas una especie de conspiración».

Para el periodista andaluz, «nadie busca esos niños al margen de los propios familiares. El Defensor del Pueblo pasa del tema así como los gobiernos regionales y la misma Casa Real se niega a recibir a las víctimas. La justicia actúa como tapón con el argumento de la prescripción. Algunos arrepentidos no se atreven a testificar. Hoy se sigue produciendo la manipulación de perfiles genéticos en los laboratorios. A mí me ha llegado la información de que diversos organismos públicos se han reunido para ver de qué manera esquivan las responsabilidades en el robo de bebés».

En el acto también intervino Soledad Luque, representante de la Asociación «Todos los niños robados son también mis niños». Recalcó la impunidad que existe no sólo en el tema del robo de bebés sino con los crímenes del franquismo. Denunció que existe una ausencia total de voluntad política para investigar. «Muchas mujeres han terminado en el psiquiátrico por denunciar la desaparición de sus hijos».

EL BEBÉ CONGELADO DE LA CLÍNICA SAN ROMÁN

Señaló como un hito la denuncia hecha por María Antonia Iglesias desde Interviu y la fotografía de un bebé congelado en la clínica San Román en 1980 y la implicación del doctor Vela. «Nadie entró a la cárcel. Muchas denuncias han sido archivadas como la de las cinco madres en Barcelona que denunciaron que sus bebés habían desaparecido».

Según Luque, cuando en 2010 hubo la explosión mediática «el PP no investigó sino que se encargó de iniciar el archivo de los casos. Con los actuales ayuntamientos del cambio y en la Asamblea de Madrid existe cierta voluntad política. Pedimos que se investigue y se defienda los derechos humanos».

Por su parte, Ángel Casero, representante de la Asociación «Adelante bebés robados» destacó «la campaña de sensibilización social que empezamos en 2015. En todo este tiempo hemos realizado presentaciones de libros, teatro, un spot informativo y hemos recibido el apoyo de las Abuelas de Mayo y de la Asociación Pro Derechos Humanos (APDH). Exigimos la apertura de los archivos de la iglesia católica, los públicos y privados. Consideramos que el robo de bebés es un crimen de lesa humanidad. No tenemos el apoyo de la prensa ni de los medios de comunicación y existe un manto de silencio».

Finalmente, intervino Chato Galante, representante de La Comuna, asociación de presxs del franquismo. Para Galante «Existen dos dimensiones: la humanitaria, referida a los derechos humanos, y la política. El robo de bebés son crímenes de lesa humanidad. Porque son hechos que se han cometido contra los principios básicos de la humanidad».

En otro apartado de su intervención el representante de La Comuna denuncio el nefasto papel de la iglesia católica. «Con el pretexto del derecho divino y del nacional catolicismo no había crimen». «Existe otro tema ­según Galante­ que tampoco se toca o se toca muy de refilón es el referido al trabajo esclavo durante el franquismo. Muchos han sido los que han trabajado para empresas que hoy cotizan en el Ibex y han metido en sus activos esos trabajos realizados y que nunca han reconocido».


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