Redacción / FesP •  Actualidad •  19/01/2022

El secretario general de la FeSP denuncia a los dirigentes políticos que utilizan una información manipulada para criticar por intereses partidistas a sus adversarios

«Cogen un pueblo de la España despoblada, meten 4.000 cabezas de ganado allí, o 5.000 o 10.000, contaminan los suelos, contaminan el agua y después normalmente se exporta… Es una carne de peor calidad, es un maltrato animal, además, lo que se produce y es un impacto ecológico descomunal y desproporcional», declaró Garzón a The Guardian según la transcripción textual de la grabación de la entrevista.

El secretario general de la FeSP denuncia a los dirigentes políticos que utilizan una información manipulada para criticar por intereses partidistas a sus adversarios

Al ministro de Consumo y coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, le han convertido desde primeros de año en el eje central de una polémica política y periodística que, desde entonces, viene ocupando mucho tiempo y espacio tanto en los actos de la precampaña electoral de las próximas elecciones autonómicas de Castilla y León como en los medios de comunicación y en numerosas tertulias periodísticas.

Este caso es una prueba más de la polarización de la actividad política en España y, también, de que esa polarización ha contagiado a los medios de comunicación y a muchos de sus profesionales. Los dirigentes del PP, Vox y Ciudadanos han utilizado unas declaraciones manipuladas del ministro Garzón, y distintos medios de comunicación y periodistas se han hecho eco de ellas sin cumplir la principal regla del periodismo: contrastar la información, para comprobar su veracidad antes de difundirla.

En relación con este asunto, el secretario general de la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP), Agustín Yanel, ha publicado un artículo en el digital Encastillalamancha.es, titulado Una polémica sustentada en una manipulación, en el que explica el origen de esta polémica. Algunos medios también han informado sobre cómo se han manipulado las palabras del ministro para acusarle de haber criticado a todo el sector ganadero español, algo que él no ha dicho.

«Para los políticos que actúan movidos únicamente por sus intereses electorales y de su partido, y los hay, lo más fácil es pedir casi a diario la dimisión de ministros y cargos públicos por cualquier motivo, difundir por las redes sociales cualquier información publicada en la prensa que critique a sus adversarios, enviar muchas declaraciones en vídeo a los medios de comunicación para salir en ellos… Es una pobre y lamentable manera de dedicarse a la vida pública, pero hay quien la elige porque es la más fácil», escribe Agustín Yanel.

«Pero es más lamentable aún que, en esa peculiar manera de dedicarse a la política, hay quien no tiene inconveniente en manipular, contradecirse con lo que ha dicho o ha hecho antes y servirse de bulos o informaciones falsas para emprender campañas de desprestigio contra algún miembro del Gobierno o cargo público. Esto es lo que vienen haciendo algunos desde primeros de año con el ministro de Consumo, Alberto Garzón».

El secretario general de la FeSP explica en el artículo que la entrevista fue realizada el 14 de diciembre pasado, el diario británico “The Guardian” la publicó el día 26 -con el título Los españoles deberían comer menos carne para limitar la crisis climática- y no fue hasta el 3 de enero cuando una revista dedicada al sector cárnico difundió una parte de esa entrevista, que ha sido utilizada por políticos y por distintos medios de comunicación contra el ministro de Consumo.

En esa entrevista «el ministro defiende la ganadería extensiva, esas pequeñas explotaciones sostenibles en las que el ganado se alimenta con pastos naturales y a veces combinándolo con pienso. Y critica la ganadería intensiva, la industrial, esas macrogranjas propiedad de grandes empresas y fondos de inversión con miles de animales hacinados en sus instalaciones, sin terreno para pastar y alimentados con pienso y medicamentos».

«Al ministro de Consumo se le debe criticar -como a todos los políticos y cargos públicos- por su gestión si se considera mala, por las promesas que haga y no cumpla, por las medidas que no adopte siendo de su competencia, por sus declaraciones cuando sean desafortunadas o inoportunas y por cualquier otra razón que justifique la crítica. Pero lo que no deberían hacer los políticos, ni con él ni con nadie, es utilizar una información manipulada para emprender una campaña de desprestigio como ésta».

«La ciudadanía agradecería mucho que quienes se dedican a la vida pública, tanto desde el Gobierno como en la oposición, fueran más serios en lo que dicen y lo que hacen. Y que hicieran las críticas fundadas en hechos ciertos, no en manipulaciones, exageraciones o mentiras, como ocurre con demasiada frecuencia».


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