Redacción •  Actualidad •  16/11/2021

Por segundo año consecutivo, la contaminación por ozono cae en Madrid, un 17% en 2021

  • Según el informe hecho publico hoy por Ecologistas en Acción, la reducción de la movilidad, al igual que sucediera en 2020 por la crisis de la COVID-19, ha provocado una mejora sin precedentes de la calidad del aire, en relación al ozono troposférico. No obstante, los 6,8 millones de habitantes de la Comunidad de Madrid han seguido respirando aire contaminado por ozono durante el verano de 2021.
  • El informe anual sobre la contaminación por ozono de Ecologistas en Acción concluye que la totalidad de la población y del territorio madrileños han estado expuestos un año más a unos niveles insalubres de este contaminante.
  • El Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid siguen sin adoptar medidas eficaces sobre el transporte y la industria que eviten los episodios puntuales y reduzcan los elevados niveles de fondo del contaminante más ligado al cambio climático.
Por segundo año consecutivo, la contaminación por ozono cae en Madrid, un 17% en 2021

El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos entre el 1 de enero y el 31 de octubre de 2021 en 480 estaciones oficiales de medición de ozono repartidas por todo el territorio español, entre ellas 37 situadas en la Comunidad de Madrid.

En lo que respecta a la Comunidad de Madrid, entre sus principales conclusiones, destacan:

– El ozono es un contaminante muy complejo, que no tiene una fuente humana directa sino que se forma en la superficie terrestre en presencia de radiación solar por la combinación de otros contaminantes denominados precursores, emitidos por el transporte (en especial los vehículos diésel), las centrales termoeléctricas, ciertas actividades industriales o la ganadería intensiva. Se trata por tanto de un contaminante secundario que en verano afecta a las áreas suburbanas y rurales influenciadas por la contaminación urbana e industrial.

– El ozono troposférico sigue siendo el contaminante atmosférico que año tras año afecta a más población y territorio, y el más estrechamente ligado al cambio climático, por su relación con las altas temperaturas. Como en 2020, durante 2021 sus niveles se han reducido de forma importante, interrumpiendo la tendencia estacionaria o al alza de los últimos años, como consecuencia de la drástica disminución de las emisiones de sus contaminantes precursores en la industria y el transporte, por efecto de la crisis de la COVID-19.

– El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia el valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de acuerdo al cual el aire contaminado por ozono ha afectado en 2021 a la totalidad de la población y del territorio madrileños.

– Si se considera el valor objetivo establecido por la normativa, más laxo que la recomendación de la OMS, la población que ha respirado aire contaminado por encima del estándar legal sería de 1,2 millones de personas, con arreglo a los criterios del informe, en las zonas Corredor del Henares, Sierra Norte, Cuenca del Alberche y Cuenca del Tajuña, la cifra más baja de personas afectadas desde la entrada en vigor del objetivo legal, en 2010.

– La frecuencia de las superaciones de los estándares de la OMS y legal ha sido muy inferior a la de los años previos a la pandemia, con descensos de respectivamente el 17 % y el 34 % en relación al promedio de las registradas en el periodo 2012-2019, en el conjunto de la región, si bien las superaciones del umbral de información han repuntando en 2021.

– La mejoría de la situación ha sido en especial relevante en la zona Urbana Noroeste, con una reducción del número de días con mala calidad del aire del 46%. No obstante, dieciséis estaciones en las zonas citadas y la ciudad de Madrid, con 4,6 millones de habitantes, han seguido incumpliendo el objetivo legal en el trienio 2019-2021.

– La contaminación por ozono debe abordarse como un problema sanitario de primer orden. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, causa cada año entre 1.500 y 1.800 muertes en el Estado español. Las personas más afectadas son niñas y niños, personas mayores, mujeres embarazadas y quienes padecen enfermedades cardiorrespiratorias crónicas.

– El coste sanitario y laboral de la contaminación por ozono fue de 5.000 millones de euros en 2013, un 0,33 % del PIB español, según el Banco Mundial, sin considerar los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.

– Los planes autonómicos de calidad del aire para reducir la contaminación por ozono son obligatorios, según la legislación y el Tribunal Supremo. Pero el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid siguen sin elaborarlos en las zonas donde resultan preceptivos. Ecologistas en Acción ha denunciado judicialmente la inactividad del gobierno madrileño, con un recurso visto para sentencia.

– El Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid siguen sin contar con protocolos de actuación frente a las puntas de contaminación por ozono, que contemplen medidas de limitación del tráfico en episodios de elevada contaminación como los ocurridos el 16 de julio y el 16 de agosto, cuando se registraron diecinueve superaciones del umbral de información mientras las autoridades se limitaban a informar rutinariamente a la población sensible.

– Las principales vías de actuación para reducir la contaminación del aire por ozono son la disminución del tráfico motorizado, la adopción de las mejores técnicas industriales disponibles, la sustitución de los disolventes orgánicos por agua, el ahorro y la eficiencia energética y el apoyo a las energías renovables. También es necesario penalizar a los vehículos diésel y una moratoria para las grandes explotaciones ganaderas intensivas.

– La crisis de la COVID-19 ha demostrado que la reducción estructural del transporte y la descarbonización de la industria son las mejores herramientas para mejorar la calidad del aire que respiramos, en las ciudades y en las zonas rurales, también en el caso del ozono. La dramática situación creada por la pandemia viene a corroborar que la reducción de las emisiones de precursores sí es efectiva para combatir la contaminación por ozono.


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