Redacción •  Actualidad •  14/01/2021

Anticapitalistas Extremadura exige la dimisión de José María Vergeles, vicepresidente segundo y consejero de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta

Desde Anticapitalistas Extremadura exigimos que José María Vergeles asuma sus responsabilidades y dimita como vicepresidente segundo y consejero de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta de Extremadura por su nefasta gestión en los últimos meses de la crisis sanitaria derivada de la COVID-19.

Anticapitalistas Extremadura exige la dimisión de José María Vergeles, vicepresidente segundo y consejero de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta

COMUNICADO ANTICAPITALISTAS EXTREMADURA

Desde que en marzo del año 2020 se registraran los primeros positivos por COVID-19 en Extremadura, la incidencia acumulada en nuestra región ha ido variando a lo largo de los meses. Sin embargo, desde finales de septiembre hasta nuestros días, la curva de casos positivos, incidencia acumulada, brotes, hospitalizaciones y fallecidos han aumentado exponencialmente hasta situar Extremadura como la comunidad con peores datos registrados de todo el Estado Español.

Aceptamos la responsabilidad individual de la ciudadanía en la evolución de la pandemia, pero existe una causalidad que señala a quienes deciden qué medidas han de cumplirse para doblegar la curva de casos y paliar la crisis que vivimos. La explicación política a este ininterrumpido crecimiento estadístico se debe a una nefasta, contradictoria e indigna gestión por parte del consejero de Sanidad José María Vergeles, quien en los últimos meses, con el apoyo del PSOE de Extremadura, ha sumido en el caos a toda la región.

En septiembre de 2020, Vergeles relativizó la incidencia de la segunda oleada del coronavirus en Extremadura y se autofelicitó por las medidas que la Junta estaba llevando a cabo. En octubre, con la incidencia aumentando sin control, sólo se redujo la movilidad nocturna “con todo el respeto posible a toda la actividad económica” —actividad económica como eufemismo para los beneficios de las grandes empresas, puesto que mientras las pequeñas y medianas empresas se veían obligadas a cerrar, las grandes superficies se mantuvieron abiertas— haciendo que, a finales del mes, el propio consejero anunciara “semanas duras», en las que «habrá que tomar medidas». Entretanto, Vergeles fue noticia nacional por increpar a un sindicalista de la Sanidad (“tened cuidado, se puede pasar de héroes a villanos en un segundo”, le dijo) en el marco de una huelga convocada por parte del personal sanitario para exigir una Sanidad pública de calidad y mejoras laborales para los trabajadores. No era la primera vez que Vergeles cargaba y señalaba al personal sanitario: en verano dijo que “los profesionales médicos solicitaban material de protección por encima de los protocolos durante los primeros días de la pandemia” y, en el inicio de la segunda ola, señaló de nuevo a los trabajadores y trabajadoras sanitarias diciendo públicamente que más de la mitad de los mismos se habían contagiado fuera de su lugar de trabajo.

Del 1 de noviembre al 1 de diciembre casi 8.000 nuevos casos situaban a Extremadura en una cifra de fallecidos que, consecuentemente, incrementaban a la par (de 748 a 971) y hacían saltar todas las alarmas. Aun así, Extremadura fue la única comunidad que no se cerró perimetralmente en los puentes de la primera semana del mes de diciembre. Vergeles, teniendo la Navidad como horizonte próximo, dijo que “ser muy restrictivos en el puente de diciembre no asegura una mejor Navidad”, y que era “prematuro solicitar nuevas medidas”. Cabe recordar que a quienes solicitaban endurecer las medidas los calificó como “los grinch de la Navidad”. En el mes de diciembre la región pasó de 218 a 551 de incidencia acumulada, acrecentando de 28.607 casos a 37.302, un 30% más.

Ahora, como indican los datos e informan medios y profesionales de la información, Extremadura lleva sufriendo en los últimos días una incidencia acumulada de más de 1.000 casos por 100.000 habitantes y la peor cifra de ingresados de toda la pandemia. Ayer, un día más, Extremadura registró el récord de positivos por Coronavirus con 1.381 nuevos casos. También tenemos el dato más alto de fallecidos diarios notificados de los últimos 2 meses: 15 muertes. La región ha superado el récord de hospitalizados de toda la pandemia y 108 brotes están en activo. Seis localidades de más de cinco mil habitantes superan los

    1. contagios y 14 municipios de más de 5.000 habitantes superan la incidencia acumulada a 14 días de la región.

Ante esta situación, lejos de asumir su responsabilidad, José María Vergeles cree que “es necesario que todos nos concienciemos de que tenemos que poner de nuestra parte”, eludiendo una vez más sus responsabilidades en la drástica situación. Cualquier excusa es buena. El mismo Guillermo Fernández Vara que justificaba no cerrar la región porque «no se pueden poner fronteras dentro de un país», ayer mismo reconocía que “el virus tiene un gran aliado, que es la movilidad». Los extremeños y las extremeñas no nos merecemos gobernantes como los del PSOE de Extremadura.

Es indignante seguir escuchando a nuestros representantes públicos culpabilizar en cada declaración a la ciudadanía, echar balones fuera, lavarse las manos y desentenderse de su directa responsabilidad en la evolución pandémica. La improvisación de la Junta es intolerable: obliga que la Educación Secundaria sea online, pero los exámenes de la Universidad y la Educación Infantil y Primaria —desoyendo a profesionales, consejos y colectivos estudiantiles— presenciales; decide cerrar tiendas, pero mantiene abiertas las grandes superficies; cierra perimetralmente media Extremadura, pero no impide los desplazamientos del estudiantado, etc. Este desastre, unido a las inverosímiles justificaciones del presidente Vara a su aciaga gestión (decir siendo médico, como dijo ayer el Presidente en rueda de prensa, que las vacunaciones van lentas premeditadamente porque había que ver «cómo reaccionaban los primeros vacunados» debería ser motivo de dimisión inmediata), son la prueba de que este Gobierno está superado, sobrepasado e inhabilitado para reconducir la situación.

Urge subvertir este descontrol y abordar la contención del virus a través de la vacunación, reforzar el sistema de atención primaria, mejorar la accesibilidad de los recursos sanitarios en las zonas más aisladas de la región y atajar, protegiendo a los y las más vulnerables, la lamentable situación sanitaria a la que nos han conducido con tan infame gestión.

Por los motivos expuestos, exigimos y proponemos que:

      1. José María Vergeles asuma sus responsabilidades y dimita o que, en caso de no hacerlo, sea cesado inmediatamente.

      2. Los y las responsables sanitarios de la Junta de Extremadura constituyan un equipo de trabajo con los y las profesionales de la Sanidad, técnicos, personal sanitario, trabajadores y trabajadoras, colectivos, sindicatos y organizaciones sanitarias para trabajar conjuntamente en la subsanación de los efectos de la pandemia.

      3. Refuercen el sistema de atención primaria y mejoren la accesibilidad de los recursos sanitarios en las zonas más aisladas de la región.

      4. Se trasladen mensajes claros, sin contradicciones, simples y coherentes a la ciudadanía, priorizando la salud a la economía.

      5. La Junta de Extremadura, como Administración pública, proteja a las personas más expuestas al virus, con especial atención a las residencias de mayores y los hospitales públicos, así como a la población más vulnerable, blindando y garantizando sus derechos más básicos (vivienda, luz, agua, gas, etc.)

      6. El porcentaje de las vacunas administradas se acelere y aumente hasta alcanzar la cabeza de los territorios con mayor inmunización de su población.

      7. No se reanude la vuelta a las aulas sin garantizar la seguridad de la Comunidad Educativa; al igual que en Sanidad, acucia crear espacios donde todos los colectivos educativos de la región participen de las decisiones que se toman.

      8. Se ejecuten ayudas a las pequeñas y medianas empresas y que se presione al Gobierno de España para que, como sucede en otros países, las ayudas se liberen de las trabas burocráticas y se otorguen a fondo perdido.

      9. La Renta Básica Universal se ponga en marcha inmediatamente para que todas las familias de Extremadura satisfagan sus necesidades más elementales, mucho más si cabe en una situación de extraordinaria dificultad económica.

      10. La inversión en Sanidad no sea objeto de recortes presupuestarios (imposibilitando, así, un modelo sanitario precario que va camino de la privatización) y se blinde el que es, junto a la Educación, uno de los pilares básicos de nuestros servicios públicos.


Anticapitalistas /