Redacción •  Actualidad •  12/02/2021

“Los salarios tienen que subir, especialmente los más bajos, como el SMI, para afrontar precios más altos”

La subida de la electricidad en enero y la de los alimentos, que se viene produciendo desde el inicio de la pandemia, explica la subida de los precios que recoge el Índice de Precios al Consumo (IPC) del mes de enero.

“Los salarios tienen que subir, especialmente los más bajos, como el SMI, para afrontar precios más altos”

“Subida que perjudica a las familias sin ingresos y con menos rentas, que han aumentado su número durante la pandemia”, señala Carlos Gutiérrez, secretario de Juventud y Nuevas Realidades de Trabajo. Para afrontar esta situación, “desde CCOO defendemos que ahora sí toca que el Ingreso Mínimo llegue a los hogares más vulnerables, ahora sí toca que se suba el SMI y derogar la reforma laboral pensada para devaluar los salarios y precarizar el empleo”, subrayó.

PRECIOS, RENTAS DEL TRABAJO Y POBREZA. ENERO 2021
Gabinete Económico Confederal de Comisiones Obreras
12 de febrero de 2021.
Más hogares pobres enfrentados a precios más altos y sin ayudas públicas
La pandemia ha aumentado los hogares sin ingresos de origen laboral, que además soportan la subida de bienes básicos, como los alimentos o la electricidad, mientras que el ingreso mínimo vital sigue sin llegarles a la mayoría y el subsidio extraordinario de desempleo es insuficiente. En enero los precios suben el 0,5% interanual, 1 punto por encima del dato de diciembre. En esta subida destaca la mayor subida de los precios de la electricidad, muy superior este año a la del año pasado. También influye la mayor subida en enero de 2021 del precio de alimentos y bebidas
no alcohólicas, del gas y una menor bajada de los paquetes turísticos y un menor efecto de las rebajas de invierno sobre ropa y complementos.
Los precios bajaron tres décimas en media anual en 2020. La bajada del índice general está encubriendo una subida de precios en bienes y servicios básicos para los hogares durante la pandemia. Se puede hablar de una inflación dual en el caso de los hogares más vulnerables, ya que los bienes y servicios que concentran su cesta de la compra suben desde el inicio de la pandemia. La electricidad, el gas y otros suministros básicos acumulan en los últimos años subidas muy superiores a la media, erosionando el poder adquisitivo de los hogares.
Aumento de los hogares pobres durante la pandemia
La pandemia y la crisis asociada han incrementado las cifras de paro y de hogares sin ingresos de origen laboral (salario, pensión o prestación por desempleo) que es la variable coyuntural que mejor aproxima la pobreza y que proporciona la EPA. En el segundo trimestre de 2020, durante la primera ola, el número de hogares sin ingresos se situó en 671 mil hogares, 104 mil más que antes de la pandemia. La recuperación de la actividad y el empleo redujeron la cifra de hogares sin ingresos laborales en el tercer trimestre, que ha vuelto a repuntar en el cuarto y se sitúa en 610 mil los hogares en el cuarto trimestre. El número de hogares sin ingresos laborales sigue por encima del nivel previo a la pandemia que, a su vez, ya era muy alto, debido a que todavía no se habían recuperado los niveles anteriores a 2008, antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, como se observa en el gráfico #1.
Las ayudas públicas no están llegando a los hogares pobres
Las medidas de protección social extraordinarias adoptadas por el gobierno no solo no han conseguido rebajar el alto volumen de hogares pobres del que se partía antes de la pandemia, sino que tampoco han conseguido evitar su aumento de manera importante. En particular, el ingreso mínimo vital que inicialmente estaba programado que llegara a 850.000 hogares solo beneficia de momento a unos 160.000, como consecuencia del alto grado de exigencia en la justificación administrativa para conseguirlo, que contrasta con el aligeramiento de trámites burocráticos que el gobierno prepara para hacer llegar los fondos europeos a las empresas.
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