Pensionistas Complutenses •  Opinión •  29/05/2023

Vivimos con máxima preocupación, incluso con angustia, ver cómo está la política en nuestro país

Alcalá de Henares, 29 de mayo de 2023.

En una democracia, las elecciones son el eje en torno al cual gira todo. Son un rito, nos ponemos ropa de domingo para ir a votar, y son un acto fundamental: elegimos, y elegir es escoger conscientemente, una sobre varias opciones.

Pero, al mismo tiempo, con los resultados no terminará nada, más bien son un primer paso de algo que empieza. Y, además, en un año electoral como es este 2023, estas elecciones son el aperitivo de las generales que se celebrarán dentro de unos meses.

No obstante, sus efectos no serán palabras que se lleve el viento, sino que se traducirán en políticas, en decisiones, negociaciones y acuerdos que determinarán lo que ayuntamientos y comunidades autónomas vayan a hacer en los próximos cuatro años.

Como personas que conformamos Pensionistas Complutenses vivimos con máxima preocupación, incluso con angustia, ver cómo está la política en nuestro país: la campaña electoral es una muestra clara de ello. Y no nos fijamos solo en cómo actúan los políticos, sino que nos centramos, sobre todo, en cómo está la política, en general, en ¿por qué calan en los ciudadanos y ciudadanas los mensajes de los partidos?

Las campañas electorales han sido un fraude. Pocas intervenciones de los partidos nos han informado de lo que van a hacer en ayuntamientos y autonomías, que es para lo que íbamos a votar sino que, por unas razones u otras, los debates se han dedicado a temas que, en esta ocasión, no venían a cuento, privándonos de elementos de juicio que nos ayudaran a escoger sabiendo lo que hacíamos.

Es posible que, a más de una, se le haya pasado por la cabeza que, al no saber lo que podía escoger, lo mejor era quedarse en casa y no ir a votar pensando, además, que con ello les daba una lección a los políticos. Pero la abstención a los políticos no les afecta directamente, no es una protesta que sirva para algo, no produce ningún efecto, no incendia las urnas y no calma, por tanto, las ganas, a veces legítimas, de quemar un contenedor. Lo que sí produce la abstención es que, no votando, dejamos en manos de otros la administración de nuestros anhelos e intereses.

Se suele justificar el no ir a votar diciendo que todos los políticos son iguales, que todos nos prometen lo mejor en relación con lo que soñamos. Pero no todos son iguales cuando toman y adoptan decisiones en relación con lo que vivimos. Una cosa es lo que cada partido piense y diga, y otra lo que haga. Tener una idea propia es legítimo y respetable. Tomar decisiones que afecten a los demás, a las personas, a la población, en general, no puede ser el resultado de lo que cada cual piense, sino que las decisiones deben atender al bien general. Y en eso, no todos los partidos son iguales.

En esta campaña electoral se ha cubierto, con varias cortinas de humo, aquello que necesitábamos saber para votar: lo de EH Bildu, la compra de votos, o la rifa del presidente Sánchez, sacando ahora conejos de su chistera, cuando podía haberlo hecho a lo largo de la legislatura, han impedido que fuésemos a votar sabiendo lo que escogíamos.

Podíamos llenar este comunicado enumerando los cientos de bulos y engaños, insultos, palabras malsonantes, fraudes, compra generalizada de votos y otras matracas que se han empleado para machacar al adversario político y arañar un puñado de votos. Hasta ha habido quien se ha sumergido en la máquina del tiempo para volver a épocas pasadas, como si eso fuese a influir en lo que su ayuntamiento o comunidad va a decidir a partir de ahora. Todo un triste espectáculo.

Se ha extendido una gran alfombra, bajo la que esconder toda la basura producida en los años anteriores: muertos en residencias, residencias y comedores escolares con comida basura, atención sanitaria sin médicos, favores a familiares, exaltación de personajes que no han trabajado en su vida, que viven y han vivido de los presupuestos del estado, al tiempo que defienden que los impuestos desaparezcan: ruido, mucho ruido, con el apoyo de los medios de comunicación y la ayuda de jueces y policía.

Y enfrente, silencio, en muchos casos, cobardía… y una única preocupación: votos, votos, arañar votos, sea como sea. No hace falta dar nombres, tampoco es nuestro cometido, todo eso ha pasado a la vista de todos y todas nosotras, de trabajadores, mujeres, jóvenes, desempleados y pensionistas.

Cambiar esta situación es cosa de todas y todos, de políticos y ciudadanos, de las instituciones y de acción en la calle. Transformar esta basura de política en otra, en la que impere la razón, la transparencia y la responsabilidad es tarea que a todos nos concierne y nos interesa.

POR LA ELIMINACIÓN DE TODA LA BASURA POLÍTICA QUE ENSUCIA NUESTRA SOCIEDAD

POR QUE ASUMAMOS, SIN PREJUICIOS NI ESCRÚPULOS, QUE NUESTRO VOTO PUEDE SER UN VOTO DE CASTIGO PARA AQUELLOS QUE NOS HAN DEFRAUDADO, NO CUMPLIENDO CON LO QUE NOS PROMETIERON

POR QUE APROVECHEMOS EL TIEMPO QUE NOS QUEDA PARA LAS PRÓXIMAS ELECCCIONES, ORGANIZÁNDONOS PARA EXIGIR CLARIDAD, TRANSPARENCIA Y COMPROMISO A QUIENES SE PRESENTEN

POR LA DEFENSA DEL SISTEMA PÚBLICO DE PENSIONES

POR UNA PENSIÓN MÍNIMA IGUAL AL SALARIO MÍNIMO

GOBIERNE QUIEN GOBIERNE, LAS PENSIONES DE DEFIENDEN


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