Juan Cejudo Caldelas •  Opinión •  28/08/2021

18 de agosto, 74 aniversario de la explosión de Cádiz

Un año más celebramos  el aniversario de la Explosión de Cádiz (este año, el 74).

Una fecha especialmente importante para mí pues ese día murió mi padre a unos 15 o 20 metros del lugar donde explotaron las bombas. Un suceso que cambiaría la vida de mi madre, mi hermana y la mía, desplazándonos a vivir con un tío mío a San Roque durante varios años y sintiendo siempre el vacío de un padre en nuestras vidas. Mi madre, muy joven, viuda. Mi madre tuvo que ejercer con nosotros de madre y de padre.

La lectura del libro de José A. Aparicio «El amanecer de un Cádiz desolado» me abrió los ojos para comprender mucho mejor por qué explotaron esas bombas, que nunca tenían que haber estado en medio de la ciudad, como así lo afirmó categóricamente el comandante Bescós al redactar el informe que le encargaron sus superiores sobre la situación de los arsenales de la Bahía de Cádiz y que ya expuse el pasado año en este mismo blog (se puede recordar aquí: http://juancejudo.blogspot.com/2020/08/18-de-agosto-explosion-de-cadiz-una.html)

Expongo de nuevo unas importantes frases de aquel informe del año 1943, cuatro años antes de la tragedia:

«Estas consideraciones mueven al Jefe que suscribe a aconsejar el urgentísimo traslado del depósito de Defensas Submarinas que, en caso de voladura, originaría una catástrofe de carácter nacional. Mientras subsista, debe extremarse la vigilancia militar y naturalmente la técnica, dando las órdenes oportunas» (José A. Aparicio «El Amanecer de un Cádiz desolado»).

No les hicieron caso y ocurrió la tragedia que conmocionó a Cádiz y a España. Una tragedia anunciada.

Por eso, para mí, esta fecha es una fecha para la indignación y la reivindicación.El comandante Bescós, señalaría incluso unos terrenos idóneos para ello en El Berrueco.

Fue la Marina y subsidiariamente el Estado, los responsables de aquella tragedia que ocasionó la muerte de 150 personas, 5.000 o 10.000 heridos y la pérdida de sus viviendas para centenares de personas.

Pero ni la Marina ni el Estado han reconocido en ningún momento su responsabilidad, por lo que no se ha hecho justicia con las víctimas y sus familiares ni con la ciudad de Cádiz. Ni siquiera han tenido la gallardía de pedir disculpas públicas a las víctimas y sus familiares. Sólo el silencio.

No se ha construido un monumento funerario digno y amplio en el lugar de la Explosión, donde puedan estar puestos todos los nombres y apellidos de las víctimas.

El actual monolito es muy pequeño y ridículo. Las víctimas se merecen otra cosa.

Tampoco he visto que ni el anterior Ayuntamiento ni el actual, ni la Diputación Provincial, se hayan preocupado por ello. Para mí, que hayan pasado 74 años, no quiere decir que tenga  que aceptar lo que hay, porque no me parece justo. La Explosión de Cádiz ha sido, sin duda, una de las mayores tragedias ocurridas en España después de la guerra civil.

La Marina debería contribuir a los gastos de este monumento funerario amplio y digno, que debería estar dentro del Instituto Hidrográfico, pues deberían ceder a la ciudad al menos una parte de sus actuales instalaciones, para que el Museo de la Explosión, que se encuentra en Sta. Catalina provisionalmente, pudiera estar allí, donde por lógica debería de estar.

También  la Marina debe autorizar la desclasificación de los archivos de Madrid sobre la Explosión, para que los investigadores puedan trabajar y dar a conocer todo lo que hasta ahora se desconoce porque ni la Marina ni el Estado lo permiten.

En este sentido hay que agradecer a José A. Aparicio su contribución en estos últimos años a la investigación y esclarecimiento de los hechos, pese a las trabas burocráticas con que se encuentra para que no se pueda esclarecer la verdad.

Estas contribuciones, que  la Marina debería hacer, son de justicia para, al menos, intentar reparar de algún modo su responsabilidad en la tragedia.

Este año no se han organizado visitas al lugar de la Explosión. Desconozco los motivos. Me consta que otros años los organizadores tuvieron sus dificultades para conseguir esas visitas guiadas. No he podido este año acceder a la visita guiada los días 17-18 y 19 pues estaban ya todos los turnos cubiertos, pese a haberlo solicitado al poco de haberlo publicado la prensa local.

Lo quiero volver a visitar con mi nieta mayor cualquier otro día, pues allí está el retrato en grande de mi padre y su compañero, también fallecido.

Una fecha sin duda para no olvidar y para reivindicar.Desde aquí expresar mis sinceras condolencias para todas las familias que sufrieron en sus carnes las consecuencias de la Explosión.

 

Cádiz, agosto de 2021


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