José Enrique Centén Martín •  Opinión •  27/05/2020

Me cuesta reconocer el día de hoy

Me pregunto si tal vez nuestros hijos, ahora entre 30/45 años, son conscientes o, nosotros somos los culpables por haberles dado todo lo que no tuvimos sin decirles que nuestros padres subsistieron con la dictadura, algunos lucharon y algunos de sus hijos siguieron hasta que consiguieron muchos logros, pero muchos de ellos y gran parte del resto no supieron transmitir el valor de las cosas o el amor a sus mayores, siento vergüenza propia y ajena, porque ahora muchos de sus hijos solo viven el momento para gastar en cosas superfluas e innecesarias la mayoría de las veces, están inmersos en la sociedad de consumo, no en la nuestra, la de las reivindicaciones.

¿Dónde están ahora?, es necesaria su presencia ¿no somos capaces de decirles?, sal, enfréntate a los que enarbolan una bandera que reivindica la Dictadura, para restablecer aquellos principios que llevaron a la muerte a cientos de miles de españoles desde 1936 hasta con los fusilamientos del 27 de septiembre de 1975, firmada el genocida F. Franco, ejecuciones sin garantías judiciales, o los 9 con el método del garrote vil (entre 1963 y 1975, conocidos como Julián Grimau o Salvador Puig Antich), sin olvidar la violencia sexual y la degradación humillante contra las mujeres, pero no cesaron los asesinatos por el fascio español, basta recordar la frase del fundador de AP y posteriormente PP, «el demócrata de toda la vida» Manuel Fraga Iribarne (1922-2012), cuando en 1944 dijo en la «Revista General de Legislación y Jurisprudencia» durante la posguerra «La ley es algo así como un cañón de largo alcance», para el duró hasta 1981, que se sepa. Pero esa frase sirvió al fascio para seguir actuando impunemente durante lo que llamaron la Transición, fueron 591 personas las asesinadas por la extrema derecha, el 24 de enero de 1977, horas antes de la matanza de los abogados de Atocha, un bote de humo lanzado por la Policía impactó en la frente de la estudiante Mariluz Nájera, causándole la muerte en la calle de la Estrella de Madrid, mi hermano Abdón y yo estábamos allí. Nos encontrábamos en la manifestación protesta por el asesinato del estudiante un día antes, Arturo Ruiz, tiroteado en esa misma calle por un grupo de extrema derecha en la manifestación que pedía la amnistía para los presos políticos aún encarcelados (también estuvimos los dos en esta, con mi pareja embarazada de 6 meses). Dos años después un joven de 16 años, militante de las JERC en 1978, y el doble asesinato en 1980 de Juana Caso y José Muñoz, de Miquel Grau militante del MC en la Comunidad Valenciana, su asesino fue indultado por el Gobierno de UCD al cabo de 4 años, de los 12 de la condena (llegando a ser posteriormente procurador de los tribunales de Valencia), también Yolanda González asesinada en 1980, sin olvidarnos de otros muchos por distintas facciones como de extrema derecha, Triple A, BVE, GAL…

Hoy en el 2020, desde que las urnas eligieron democráticamente a nuestros representantes y se formó un gobierno de coalición, partidos escondiéndose y utilizando a los fallecidos por la Pandemia y el confinamiento para evitar su propagación, están actuando de manera similar a aquella extrema derecha asesina, aún sin llegar a la barbarie del asesinato, aunque se les podría acusar de intento de asesinato si en esas localidades que se manifestaron contrajeran y falleciesen algunos de ellos por el COVID-19, debido a su comportamiento miserable en el periodo de confinamiento dictado por el Gobierno para la no propagación de la enfermedad. Lo triste de esas manifestaciones es que los engañados por el supuesto partido al que siguen está mantenido y financiado por la Banca, y grandes corporaciones (se destapará no muy tarde), empresas españolas que solo cotizan el 1%, porque el grueso de sus operaciones y sedes se hayan en paraísos fiscales, ven a su enemigo en UP miembro del partido co-gobernante, por su apuesta al Salario Mínimo, Renta Básica, Derogación de la Reforma Laboral 2012 (la del despido libre, trabajo por horas, días o fines de semana a gusto de la patronal), impuesto a los más ricos. Partido de clara tendencia fascista con jóvenes pudientes o hijos de pudientes, pero también, en menor medida, trabajadores, parados y gente madura que se han sumado en algunos barrios periféricos, muchos de ellos enarbolando la enseña inconstitucional a modo de bandera que instituyó el Dictador. Esos jóvenes que posiblemente sus mayores sufrieron la Dictadura y tuvieron los mismos problemas que tienen ahora sus hijos o nietos, no les han/hemos explicado cual fue su/nuestra historia, no como represaliado político, sino como persona anodina con solo un arma, las manos, teniendo que hacer lo mismo que hacen sus nietos, trabajar 12 o 14 horas diarias casi todos los días y casi llegar con lo justo a fin de mes. Hay que recordarles cómo fue la Dictadura, cuando se trabajaba también los sábados, sólo se libraba el domingo, y durante muchos años después del 39 con la obligación de ir a misa bajo sanción económica. Esto último solo lo saben los abuelos, los que dieron a sus hijos aquello de los que ellos carecieron, sin explicarles nada y sus hijos disfrutaron. Ahora los nietos están en la misma y precaria situación que los abuelos, pero ciegos por el consumo y sin la memoria histórica de sus ancestros. Debemos de animarles para que salgan contra la barbarie, que escuchen a los mayores, que se reforme la Constitución del 78 por inadecuada, con privilegios para los de siempre y sus descendientes, aquel puente de Paz que se creyó sólido está siendo dinamitado por los herederos que se sublevaron en 1936, también contra un Gobierno elegido por el pueblo en 1931, y ante su protestas irracionales, nuestra cordura democrática y firme para seguir avanzando en la consecución y retorno de lo que entregaron a manos privadas como la Sanidad, Educación, Derechos Sociales y Laborales, eso es luchar por España, eso es hacer Patria.

Ser pobre o trabajador votante del PP-VOX, es como ser negro y votar al Ku-Klux-Kan


Opinión /