Misión Verdad •  Opinión •  26/10/2020

Leopoldo López, el factor Madrid y el fracaso de la «estrategia Guaidó»

Leopoldo López, el factor Madrid y el fracaso de la «estrategia Guaidó»

Leopoldo López es el principal protagonista de la trama opositora extremista en Venezuela, haciendo del partido que fundó, Voluntad Popular (VP), una organización terrorista, gestora de múltiples ofensivas antipolíticas lesivas a la esencia de la República Bolivariana.

Formado en la Kennedy College de la Universidad de Harvard, era el elegido por cierto sector interesado del establishment de los Estados Unidos para gestionar a una hipotética Venezuela arrodillada a los pies de Washington.

Este centro formativo en el corazón de la academia de élite norteamericana reúne y prepara a las figuras que luego agenciarán y dirigirán instancias e instituciones de control global, detrás del capitalismo neoliberal globalizado, que modelan el totalitarismo financierista que opera desde Wall Street, el complejo militar-industrial y las firmas petroleras estadounidenses. De ahí salen los directivos del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional, la ONU, Goldman Sachs, los principales bufetes, los bancos más importantes, las primeras compañías petroleras, la industria armamentista.

Su partido Voluntad Popular (VP), fundado en 2011, es una expresión de la estrategia trazada por el círculo de López, auspiciada por la National Endowment for Democracy (NED), organización dependiente del Departamento de Estado norteamericano (curiosidad: López recibió el 2015 Democracy Award de la NED). Se podría decir que VP es hijo de la política exterior estadounidense, y asimismo López.

Su gestión como alcalde de Chacao (2000-2008) avala la forma de hacer política a la americana. Esas agencias de publicidad llamadas medios de comunicación independientes vendieron a un joven alcalde graduado en Harvard y lo convirtieron en un candidato presidenciable, que hace «activismo de calle» y se muestra líder en defensa de la democracia y los derechos ciudadanos.

Su convocatoria de «La Salida» en 2014, a sólo meses de la primera elección de Nicolás Maduro, dio pie a escenarios de violencia organizada en enjambre y en escalada, que volvió a manifestarse con mayor fuerza en 2017.

El modelo de revolución de color violenta había sido trazado por la maquinaria de VP, conocida por un prontuario terrorista, por usar las pocas cuotas de poder público a favor de los bloqueos guarimberos y la desestabilización institucional, con vínculos narco-paramilitares, al mismo tiempo que sus dirigentes son los más cercanos al establishment estadounidense.

Su prisión quiso venderse como una especie de «Mandela venezolano», sin embargo fue un fetiche nunca logrado mediáticamente, salvo para la repetición de los medios cartelizados en la exaltación de su figura impoluta.

Ya con 49 años, había estado escondido en la residencia del embajador luego de que fracasara rotundamente un intento de golpe militar liderado por él mismo y Guaidó en abril de 2019 contra el presidente Nicolás Maduro. Ha estado encarcelado en Ramo Verde (estado Miranda), bajo arresto domiciliario y en una embajada extranjera durante los últimos seis años.

Su relevancia mediática sólo es momentánea, sin embargo es el referente directo de Guaidó, su principal consejero y titiritero.

López, al parecer, goza del favoritismo de un sector neoliberal y neoconservador del establishment estadounidense, pero quizás no teniéndolo en cuenta como el modelo presidencial para una hipótetica Venezuela sin el chavismo en el poder. Trump, hasta donde se sabe, no parece muy interesado personalmente por él (menos por Guaidó).

Es posible que la «consulta popular» a la que llama VP haya sido idea de López, como una manera de seguir captando recursos y estelaridad en la estrategia estadounidense.

Pero ya no es posible sostener por mucho tiempo más ese parapeto. La huida de López, planificada por Estados Unidos y España, constituye un síntoma mayor y quizás la cereza sobre el postre al fracaso de la agenda opositora liderada por VP. Es tanto así que también hay sectores venezolanos en Estados Unidos que quieren arrebatarle el protagonismo al niño de Harvard.

Que López reencontrado con su privilegiada familia en Madrid sea un espejo de la situación en la que se encuentra la oposición venezolana no es sólo opinión de buena parte del chavismo y de esta tribuna, sino también de otros como Raúl Gallegos, analista de la consultora Control Risks en Colombia: «Probablemente sea la señal más clara de que el esfuerzo continuo de la oposición para derrocar a Maduro ha fracasado que un líder comprometido en la permanencia en Venezuela como López haya decidido irse finalmente».

De hecho, está muy bien documentado cómo la figura de López estaba enmarcada en la «lucha por Venezuela desde Venezuela», con sus subordinados de VP en diversas instancias estratégicas en Washington (Carlos Vecchio) o en Latinoamérica (Lester Toledo), pero él siempre controlando todo desde Venezuela.

Otra mentira de Tintori que encubría la verdadera maniobra que era sacar a Leopoldo López de Venezuela y llevarlo a Madrid donde podría tener «otro impacto» desde la Unión Europea. Concertado con Estados Unidos (el tránsito por Colombia era una obviedad, tomando en cuenta que el vecino país es una plataforma para el relanzamiento de la Doctrina Monroe).

Ahora el factor Madrid

Su padre Leopoldo López Gil es clave para entender la trama completa, quien desde que llegó a Madrid ha sido agazajado, a quien el gobierno de Mariano Rajoy concedió en diciembre de 2015 la nacionalidad española por carta de naturaleza, lo que fue suficiente para la institucionalidad española para ser incorporado por el Partido Popular (PP) como candidato número 12 de su lista para las elecciones al Parlamento Europeo de mayo de 2019, ocupando una vacante dentro de la lista del PP.​

López Gil resultó elegido diputado, obteniendo 12 escaños la candidatura del partido.​ Desde entonces López Gil ha estado involucrado en la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, tratando los temas de Venezuela, Nicaragua y Cuba.

Es muy posible que López asuma algún papel en la nomenclatura partidista del PP, al menos de manera encubierta, siendo el PP una organización conectada con lo más neoconservador del establishment estadounidense y europeo: el apoyo de Aznar a la invasión de Irak es la evidencia más clara.

Sin duda seguirá al mando de lo que Guaidó se involucre (con cargo fake incluido), y tendrá recursos para vivir privilegiadamente y conspirar contra Venezuela Bolivariana en el exterior. Lo que no tendrá es el apoyo definitivo de una dirigencia opositora que decidió quedarse en el país y participar en el campo político, mucho menos de una población que resiste los embates del bloqueo que él mismo propuso, y que ve en el chavismo a un claro victorioso frente a la debacle de la estrategia estadounidense.

Fuente: Misión Verdad


Opinión /