Rafael Garzón •  Opinión •  24/06/2022

Tres grupos de poder se disputan la presidencia en las elecciones del Athletic de Bilbao

Tres grupos de poder se disputan la presidencia en las elecciones del Athletic de Bilbao

Las elecciones del 24 de junio a la presidencia del Athletic de Bilbao son una confrontación entre tres facciones de capitalistas vascos, lo cual no es ninguna novedad al tratarse de la institución social más importante de Vizcaya. Gane quien gane con toda probabilidad será peor presidente que Aitor Elizegi, un cocinero que ganó las elecciones de 2018 con unos planteamientos mucho más sencillos que los que propagan los tres candidatos de ahora y que dijo que su mandato estaría bien empleado si servía para hacer una grada de animación en el nuevo San Mamés. Tras muchos palos en las ruedas, críticas e impedimentos injustificados, Elizegi ha cumplido su propósito fundamental. Gracias al empuje de los grupos organizados de aficionados en “San Mamesen Orroa” que han vencido las múltiples resistencias.

Elizegi no era directamente hostil a una idea del Athletic como baluarte del fútbol-deporte frente al fútbol-negocio. No es el caso de Jon Uriarte, Barkala y Arechabaleta quienes de una u otra forman aspiran a una mayor adaptación del Athletic al fútbol-negocio, si bien dentro de los márgenes de la filosofía del club de jugar solo con jugadores nacidos o formados en Euskal Herria, que afortunadamente todos dicen defender como una fortaleza.

Jon Uriarte lleva como entrenador a Ernesto Valverde y no tiene director deportivo después de que se viera obligado a dejar de contar con el mexicano Carlos Aviña el mismo día de su presentación, tras difundirse tuits suyos de hace una década en los que mostraba posiciones machistas, racistas y homófobas. Fue el último en presentarse y el que consiguió más avales ya que irrumpió como la opción pretendidamente más innovadora. Entre sus aspectos positivos fue el único que apoyó públicamente la reforma de los estatutos impulsada por la presidencia de Elizegi. Y en lo negativo, junto a Arechabaleta, abandera la realización de contratos por objetivos. Representa un capitalismo tecnológico en lo discursivo, pero inmobiliario en la práctica, de rostro amable, a la par que implicado fuertemente en la turistificación de las ciudades a través de su empresa All Iron.

Barkala lleva como entrenador a Ernesto Valverde y director deportivo a Ramón Planes. Fracasó en su intento de traer a Pochettino. Es alguien que se ha revelado como voluble en cuestiones muy básicas: en un principio dijo que no tenía por qué abandonar su cargo como presidente del Puerto de Bilbao y después manifestó que sí lo haría; dijo estar abierto a hablar con el fondo de inversión CVC, para después decir rotundamente que no. Como aspecto muy negativo ha expresado su disposición a endeudar al club si fuera necesario para hacer fichajes, y como punto positivo es el único que descarta la profundización en la vía de los contratos por objetivos para los jugadores. En el ámbito sociopolítico Barkala representa el intento del PNV por recuperar el control de la presidencia del Athletic después de cuatros años fuera de Ibaigane, y para ello ha pactado el apoyo de Jone Gorizelaia, portavoz de EH Bildu en el Ayuntamiento de Bilbao. Lleva en su candidatura a Asier Zarraonandia, alto ejecutivo de Befesa, una de las empresas más sucias del Estado español, responsables de la nefasta gestión del vertedero de residuos peligrosos de Nerva (Huelva), del que se deshizo en 2016.

Arechabaleta lleva como entrenador a Marcelo Bielsa y como director deportivo a Óscar Perarnau. Fue el primero en plantear públicamente el nombre de su apuesta para el banquillo. Se muestra favorable a cambiar el nombre del estadio para introducir en él la marca de una empresa. Como Uriarte, quiere promover los contratos por objetivos en los jugadores. Es un hombre con puestos de máxima relevancia en el grupo Vocento, representando de forma clara a la derecha españolista vasca.

La campaña se ha destacado por situar los datos más relevantes -como los nombres de los entrenadores- al final de la misma. Y en general, todos se han caracterizado por vender humo, principalmente en cuestiones económicas y acerca de la aplicación de nuevas tecnologías y big data en la vida cotidiana del club. Pocas ideas positivas sólidas se han puesto encima de la mesa para mejorar la situación del Athletic, si bien a este respecto es justo destacar las propuestas similares de Jon Uriarte y Arechabaleta dirigidas a conseguir una mayor afluencia de público en San Mamés mediante entradas con precio variable en función de las características del partido (rival, día, hora, etc.).

Es preciso destacar que las candidaturas de Jon Uriarte y Arechabaleta tienen un origen común, desatándose desavenencias a comienzos del año 2022, que han llevado a la formación de dos grupos diferenciados sin que ninguno de los dos candidatos hayan explicado con claridad la situación.

Tres grupos de poder se enfrentan y uno obtendrá la victoria. No hay ningún candidato que represente un mal menor. Pero son los socios y socias quienes eligen. Y eso, en el fútbol de hoy, sigue siendo un patrimonio democrático a defender frente a las Sociedades Anónimas Deportivas.


Opinión /