Ex alto mando del ejército pide a los «poderes del Estado» impedir la investidura de Sánchez
Con las negociaciones con ERC » pone en peligro la legitimidad institucional del Estado y quiebra el orden constitucional».
El general Fulgencio Coll Bucher no es un militar cualquiera. Y no sólo por el sesgo nítidamente derechista de su trayectoria biográfica, sino también por las altas funciones militares que ha desempeñado a lo largo de su trayectoria castrense.
Coll Bucher, ¡casualidades del destino!, nació en una fecha que posiblemente en su familia acogieron como memorable: un 18 de julio de 1948, en Palma de Mallorca. Su padre fue un general de infantería franquista, que como era frecuente en la época, concluiria su biografía política como un entusiasta procurador en las Cortes de la dictadura de Franco .
En el año 1966, Coll Bucher, siguiendo la tradición familiar, ingresó en la Academia General militar de Zaragoza, y cuatro años después, saldría de la misma con el flamante cargo de teniente.
Como militar, las responsabilidades desempeñadas a lo largo de su biografía profesional han sido variadas, pero todas ellas muy intensas y significativas. Encabezó la compañía de los Grupos de Operaciones Especiales en Barcelona y, también, Regimiento de Infantería Mecanizada Asturias. En el año 2001 fue ascendido a general, desempeñando el cargo de Jefe del Estado Mayor en el Mando Pirenaico. Posteriormente ocuparía la Jefatura de la Brigada de Infantería Mecanizada Extremadura XI
Más adelante, Coll Bucher dirigió la emblemática División Mecanizada Brunete, aquella agrupación armada que el 23 de febrero del año 1981, trató de desempeñar un papel clave en el desarrollo de la intentona golpista de Tejero.
Más adelante, fue destinado Herzegovina, en la antigua Yugoslavia, hasta finales de 2003. Y en el 2004 se le encargó de dirigir la retirada de las tropas españolas de Irak. Finalmente, otro 18 de julio de 2008 – ¡de nuevo las fechas históricas se cruzan en el camino de este militar derechista! – ocupó el importantísimo puesto de la Jefatura de Estado Mayor del Ejército de Tierra. Como puede observarse, la carrera militar de Coll Bucher fue brillante, llena de reconocimientos y medallas, en la que prestó similares servicios a los gobiernos del PP y del PSOE. Al fin y al cabo, eran la misma cosa, sin entre ellos existieran graves diferencias ideológicas .
PROCESAR A SANCHEZ E IMPEDIR SU INVESTIDURA
En la actualidad, Fulgencio Coll es el portavoz de la formación ultraderechista Vox en el Ayuntamiento de Palma de Mallorca. Hace unos días, concretamente el miércoles de la pasada semana, en calidad de no se sabe qué, pidió desde las páginas del periódico «El Mundo», que lo que él denominó como “poderes del Estado”, procedieran a impedir la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, si ésta se produjera como resultado de un acuerdo con la formación política Esquerra Republicana de Catalunya.
Asimismo, el ex alto mando ultraderechista del Ejército español, solicitó en el citado artículo, que Pedro Sánchez fuera sometido a un proceso judicial pues personalmente estimaba que tales negociaciones constituian «un problema para la seguridad nacional», al poner «impunemente en peligro la legitimidad institucional del Estado», con el objetivo de «quebrar el orden constitucional».
Este incendiario y críptico llamamiento a los «poderes del Estado» (?) a la intervención en la vida política del país, fue realizado por parte del aguerrido centurión en un artículo publicado en «El Mundo», de Baleares, bajo el título “Pedro Sánchez, un problema para la seguridad nacional”. Según ha podido detectarse en las redes sociales, el artículo en cuestión ha circulado profusamente en los ámbitos castrenses, que era donde objetivamente se pretendía que corriera.
Según el ex alto mando militar y ahora portavoz de la ultraderechista Vox, “el comportamiento del presidente en funciones ni es legítimo, ni se puede consentir en un presidente del Gobierno”, escribía refiriéndose a las negociaciones que una comisión del PSOE mantiene con otra de ERC, para lograr su abstención en la investidura.
“Pedro Sánchez busca una satisfacción personal sin reparar en que el daño institucional es evidente, pues va a negociar una reforma del Estado de contenido y alcance desconocidos con una minoritaria representación para quebrar el orden constitucional. Y ese es un comportamiento que no es legítimo, ni se puede consentir, de un presidente del Gobierno”, aseguraba el concejal y ex general ultraderechista.
En opinión de este militar, que un día llegara a ostentar nada menos que un puesto clave en Jefatura del Estado Mayor del Ejército, Sánchez ha confundido
«una situación de insurgencia organizada con una alteración del orden público», poniendo «en peligro a los miembros de la seguridad del Estado para no caer en riesgos políticos y de considerar opcional su promesa de defender la Constitución».
Con la terminología típicamente guerracivilista que con tanta frecuencia usan militares y políticos de la derecha cuando los valores heredados de la pasada dictadura son socialmente cuestionados, este militar llega sugerir que «con la iniciativa de la cuarta parte de los diputados y por mayoría absoluta del Congreso, que el presidente del Gobierno sea acusado ante el Tribunal Supremo … por traición o cualquier otro delito contra la seguridad del Estado”.
No es esta una situación nueva en la atribulada historia de la España contemporánea. Se ha reproducido, además, de forma reiterada a lo largo de las cuatro últimas décadas. En realidad, con este tipo de intrusiones y «materiales» se han construido las vigas maestras de la arquitectura de un régimen político que como cada vez queda más en evidencia, dista mucho de ser realmente una democracia ni siquiera formal.
No obstante, no deja de llamar la atención el hecho significativo y también reiterado, de que un militar ultra haya gozado de igual confianza por parte de los gobiernos del PSOE y del PP para el desempeño de un puesto tan importante como es el de la Jefatura del Estado Mayor del Ejército. Fue el expresidente psocialista Rodríguez Zapatero quien le otorgó tan alta función. Todo un aviso para navegantes sobre la clarividencia de aquellos que conducen la nave del Estado en este país.
Fuente: http://canarias-semanal.org/art/26486/ex-alto-mando-del-ejercito-pide-a-los-poderes-del-estado-impedir-la-investidura-de-sanchez