Albino Hernández •  Opinión •  15/05/2022

Fátima Diame y el movimiento antitaurino

Fátima Diame y el movimiento antitaurino

Hace unos días la atleta valenciana Fátima Diame, afincada en la ciudad de Guadalajara, fue invitada a ‘La Resistencia’, el programa de David Broncano. En aquella entrevista, reconoció que no sabía nada de Guadalajara y que su impresión es que sólo había ‘personas mayores’.

La entrevista prosiguió con la intervención de dos espectadoras entre el público, oriundas de Sacedón, que le dieron la razón. En un intento de reconducir el programa, el presentador y su equipo señalaron el Alto Tajo, o los pantanos (diezmados desde hace décadas por el Trasvase Tajo-Segura), como fuentes de atractivo nacional.

Los comentarios en redes no se hicieron esperar, afeando a la joven atleta y al mismo programa por su desconocimiento sobre la riqueza cultural, histórica y natural de la provincia. Tampoco tardaron mucho los líderes políticos en subirse a ese carro, compartiendo en redes el abanico de actividades y eventos socioculturales de nuestra región: el Fescigu, el Maratón de Cuentos, las Ferias y Fiestas… entre otros. Pero una notable ausencia en ese alarde de orgullo alcarreño, es que no hubo mención alguna al férreo apoyo económico y promocional que hacen a la tauromaquia.

Cuesta comprender, que los principales promotores de tauricidios en la provincia, obviaran esta fea práctica.

Supongo que es por la mala prensa que genera. Sin exagerar, nuestra querida Guadalajara compite por ser la más sádica con los toros, y sin embargo, nuestros representantes pasan por alto estos crueles ‘festejos’ mientras se vanaglorian en imponernos su tradición. ¿Porque perseguir toros por el campo con todoterrenos se considera tradición? Se supone que cuando un evento se mantiene en el tiempo, se le llama así. Se podría afirmar, pues, que atropellar animales por las calles de los pueblos es su tradición.

Desde el movimiento antitaurino tenemos claro que si las ingentes cantidades de dinero público que se regalan a la tauropatía, se invirtieran en fines éticos, pocas críticas sobre la calidad del ocio y la cultura en Guadalajara se podrían hacer. Si en lugar de acosar y matar toros, se hiciera cualquier otra cosa, nos iría mucho mejor. Será por cosas. Pero prefieren decir que esta miserable tradición atrae turismo, que estas subvenciones públicas se destinan en mantener vivo el medio rural y que el nivel de vida de los ciudadanos es el mejor de España.

La realidad es que la mayoría de jóvenes de la provincia tenemos que emigrar, por no decir llanamente que las condiciones nos echan a patadas.

Una pensada vendría bien, a ver si entre todes somos capaces de avanzar hacia algún sitio, porque la situación estando como está, parece que muy bien, precisamente muy bien, no anda.


Opinión /