Andrés Figueroa Cornejo •  Opinión •  07/10/2022

Bolivia avanza a pasos agigantados a la producción y comercialización soberana de litio a escala mundial

El ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina, informó que el Gobierno del Estado Plurinacional ha programado la edificación de dos plantas para extraer litio directamente, lo que significará la elaboración de 50 mil toneladas del mineral al año.

De acuerdo al jefe de la cartera energética, la estatal Yacimientos de Litio Bolivianos, YLB, tiene la tarea de fiscalizar los proyectos y después sus propios trabajadores se ocuparán de las operaciones y mantenimiento de las fábricas mediante los beneficios productivos de la transferencia tecnológica.

Asimismo, Molina indicó que está construyéndose una factoría de carbonato de litio capaz de producir 15 mil toneladas métricas anualmente, obra que está completada en más de un 90 por ciento y que comenzará sus labores a comienzos del 2023.

Con los tres diseños industriales, YLB ha planificado arribar a 2025, celebrando el bicentenario de la independencia del país con una producción de alrededor de 40 mil toneladas métricas de carbonato de litio, cantidad que irá incrementándose paulatinamente. De este modo, la venta de semejantes volúmenes de carbonato de litio, de acuerdo a los precios presentes en el mercado, retornarán ingresos por aproximadamente 2 mil millones de dólares para las arcas fiscales, las cuales, según la política económica de beneficiar a las mayorías sociales emanada del mandato del Vivir Bien, se emplearían en fortalecer el proyecto liberador y soberano en curso en Bolivia.

El país andino cuenta con reservas calculadas en 21 millones de toneladas del mineral blanco, acaso las más grandes del planeta, concentradas hasta ahora en el salar de Uyuni y Pastos Grandes, departamento de Potosí.

La industrialización del litio es uno de los proyectos cardinales que se ha impuesto el proceso de revolución cultural y democrática que vive Bolivia. De hecho, el país ya tiene funcionando fábricas de sales de cloruro de potasio y una piloto de carbonato de litio.

En igual sentido, actualmente el precio internacional de la tonelada de carbonato de litio aumenta a pasos agigantados, llegando incluso a más de 70 mil dólares, equivalente a un incremento del mil por ciento en apenas dos años, a causa de su creciente demanda y oferta limitada. Sólo en lo que va de 2022, el mineral blanco procesado ha cobrado un alza de un 84 por ciento, debido a su papel sustantivo en la fabricación de baterías eléctricas para coches y otros artículos que hacen parte de la denominada transición energética para la sustitución de vehículos que hasta ahora usan petróleo, combustible fósil altamente contaminante y finito, de acuerdo a la publicación especializada Trading Economics.


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