Javier Caso Iglesias •  Opinión •  06/11/2016

Estamos ante un viraje de Podemos en las formas o en el fondo

Los que me conocen ya saben que suelo decir lo que pienso sin morderme la lengua, con mucho respeto y consideración hacia los demás pero sin dejar por ello de expresar lo que siento.

Y en esta exteriorización de mis opiniones he de manifestar que estoy un poco desencantado con el proceso de primarias que se está viviendo en Podemos, en especial con el que se está desarrollando en Podemos Extremadura; pues se percibe como anodino y algo «Lampedusiano», idea esta que tan bien expresó el escritor Giuseppe Tomasi di Lampedusa en la famosa novela El Gatopardo: «Que todo cambie para que todo quede igual».

Ahora mismo no sabemos si estamos ante un viraje de Podemos en las formas o en el fondo. ¿Verdaderamente se desea transcender la forma de partido para convertirse en un movimiento ciudadano y popular o tan solo se trata de un cambio retórico y formal en el discurso?

En Extremadura seguimos en la inopia, pues el proceso de primarias no ha servido para conocer si de forma cierta las candidaturas en liza representaban un cambio empírico, real y demostrable en los procedimientos y metodologías a la hora de hacer las cosas. Los debates entre candidaturas han sido escasos por no decir que casi nulos. Que yo conozca solo uno se ha producido previo a la Asamblea Ciudadana Presencial Regional, debate que se ha producido gracias a la iniciativa de un círculo.

Y siendo esto así cabe preguntarse ¿sobre qué van a decidir las personas inscritas a Podemos en Extremadura? Pues a un inscrito de a pie no se le ha ofrecido otra posibilidad que la de conocer las fotos y cuatro líneas de la biografía y motivaciones de los/as candidatos/as, y con esos escasos elementos de juicio poco discernimiento se puede hacer. No se ha respondido, como organización, a las personas inscritas a la gran pregunta que repito de nuevo, esto es: ¿Verdaderamente se desea transcender la forma de partido para convertirse en un movimiento ciudadano y popular o tan solo se trata de un cambio retórico y formal en el discurso?

Para llevar a cabo este cambio de la forma tradicional de partido para convertirse en un movimiento ciudadano y popular hace falta cambiar radicalmente de procedimientos y metodología, pues, como decía en uno de mis últimos artículos, para representar a la gente sin suplantarla hemos de dejar atrás las prácticas «bolcheviques», esto es, la imposición de criterio de una parte sobre otra, pues eso es el bolchevismo, confundir poliarquía con democracia.

Insisto, la democracia es consenso, la democracia no es bolchevismo, pues el bolchevismo es poliarquía; es confundir, como se indica, el criterio de la mayoría con el criterio de todos y todas. Que se excluya de las decisiones al 49% de un grupo es bolchevismo. Que se integren las opiniones del 100% de las personas que conforman un proyecto en las decisiones que se adopten es democracia. Por todo ello es importante que en este proceso de primarias de Podemos demos pasos importantes para que la exclusión de una parte de la organización en la toma de decisiones sea algo propio del pasado y no del presente o del futuro de Podemos.

En Podemos ya estamos entendiendo que toda decisión que no incluye excluye y que, como solía decir el filósofo José Ortega y Gasset: «Cualquier verdad ignorada prepara su venganza». Y en Podemos no queremos ni venganzas ni vendettas, queremos transparencia, queremos inclusión, queremos cooperación, queremos entendimiento, queremos confraternización, encariñamiento y empatía. Para ello, algo fundamental, es dejar de confundir democracia con poliarquía (bolchevismo). Pues al criterio de la mayoría lo llaman democracia y no lo es. El parecer de la mayoría no es otra cosa que la imposición del criterio de una parte (51%) sobre otra (49%).

Dice sobre esto Don Durito de la Lacandona en su entrevista paródica y alegórica a Pablo Iglesias que «uno de mis escuderos, y también amanuense, escribió un artículo titulado ‘Sobre la praxis política de la vota-botacracia (poliarquía)’, en el que explica las diferencias antagónicas existentes entre poliarquía y democracia, que la poliarquía o policracia se asienta sobre la praxis política de la vota-botacracia, esto es, utilizar el mecanismo del voto para botar (excluir). Esta, como es obvio, es una mala praxis. Tengamos en cuenta que no es lo mismo una democracia que un gobierno de la mayoría. Los gobiernos de la mayoría, y ejemplos a lo largo de la historia existen muchos, terminan trasformados en ‘la dictadura de la mayoría’ (dictaduras bolcheviques, del ruso Большевик, Bolshevik o Bolševik, ‘miembro de la mayoría’), que puede ser peor que una dictadura abierta, porque se presenta con la careta de la democracia. Pero arrasa los derechos de la minoría, y puede terminar usando la fuerza, el ostracismo o la exclusión, para lograr sus propósitos. De lo que se trata es de buscar el consenso, no imponer el criterio de una parte. Además, toda fracción que se hace vasta termina convirtiéndose en facción (camarilla) y lo vasto (extenso) transformándose en basto (burdo e inapropiado).».

(*) Para conocer la biografía y motivación del candidato pulsa sobre el siguiente enlace:
https://podemos.info/procesos-autonomicos-extraordinarios/candidaturas/84407/

* Candidato al CCR de Podemos Extremadura por la lista Entre Tod@s Podemos (*)

Fuente:
http://javiercasoiglesias.blogspot.com.es/2016/11/estamos-ante-un-viraje-de-podemos-en.html


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