Una vecina de Alcalá •  Opinión •  06/02/2023

Ante la desatención en la Sanidad Pública en la Comunidad de Madrid

La situación del sistema sanitario público en la Comunidad de Madrid se deteriora de forma acelerada. Valga como muestra el caso de una paciente, mi caso: en las últimas semanas, como paciente perteneciente al Centro de Salud María de Guzmán de Alcalá de Henares, fui valorada por un médico de familia (que no es el mío de referencia dado que no tengo desde su jubilación hace casi dos años) quien consideró necesaria una valoración por el servicio de Cirugía Vascular por lo que realiza el trámite de interconsulta para que sea atendida por el especialista. Días después, recibí una llamada del centro de gestión de citas de la Consejería de la Comunidad de Madrid, privatizado desde hace más de una década en manos de Indra, que me ofrece cita en un hospital privado que tiene el servicio concertado con el SERMAS a 40 km de distancia de mi residencia. Cuando reclamé ser atendida en mi hospital público de referencia, el Hospital Universitario Príncipe de Asturias, me informan que sólo me pueden dar cita en el hospital privado y que, si deseo ser atendida en mi hospital público de referencia debo acudir allí. Cuando acudí a Atención al Paciente del Hospital Universitario Príncipe de Asturias, me informan que ellos no pueden gestionar esa cita, ni desde atención al paciente ni desde ventanilla de citas porque el servicio de Cirugía Vascular de dicho hospital sólo atiende consultas urgentes procedentes de otros servicios del propio hospital, no de los centros de salud del área.

Esta actitud no sólo es vejatoria e indigna para con nosotros los pacientes de la Comunidad de Madrid, sino que revela las mentiras y contradicciones que la Consejería de Sanidad, como responsable del SERMAS, repite una y otra vez:

  • La tan cacareada “libertad para elegir médico y centro” que se inició con el Área Única Sanitaria hace ya 12 años ha resultado no ser tal. Tan sólo es una excusa para derivar pacientes a centros privados con los consecuentes contratos con dinero público de los que estos centros se vienen lucrando desde entonces. A la hora de la verdad, la única elección que tienen los pacientes es acudir al centro privado… o acudir al centro privado.
  • Como podemos constatar, la Atención Primaria no es el centro de nuestro sistema sanitario, por mucho que esta frase vacía se use una y otra vez para dar titulares con los que apaciguar los ánimos. La realidad es que cuando los pacientes somos valorados por un médico de familia y éste considera que precisamos pruebas adicionales o atención por otros especialistas, nosotros, sus pacientes somos pacientes de segunda que sólo servimos para ser trasladados a centros privados que ganan dinero a nuestra costa con una atención de dudosa calidad. Esto no ocurre cuando es el médico de un hospital quien solicita esa prueba o interconsulta: en ese caso su paciente sí merece ser atendido en el hospital público que le corresponde. ¿Son los médicos de familia menos médicos que sus compañeros de hospital? ¿Sus pacientes, que somos los mismos que también acudimos al hospital, no merecemos la misma atención y cuidado que todos los demás?
  • Los centros sanitarios públicos de la Comunidad de Madrid no disponen de capacidad de gestión. La privatización sanitaria ha supuesto de facto arrebatar a los centros la capacidad de gestionar sus propias citas, siendo una empresa privada cuya área de trabajo no es la gestión sanitaria quién decide dónde y cuándo van los pacientes. Ante la falta de capacidad de respuesta por parte de los centros públicos, el gasto sanitario público destinado a centros privados crece sin medida, creando una demanda artificial de más recursos debido a esta gestión negligente y orientada al lucro.

El incidente aquí relatado, y por el que ya he interpuesto las correspondientes reclamaciones para exigir mi derecho a ser atendida primero y por un especialista de la sanidad pública después, no hace sino demostrar que el modelo de gestión sanitaria de la Comunidad de Madrid no sólo no resuelve los problemas de salud de los madrileños, sino que los agrava. Un giro de timón es necesario, o de lo contrario nos vemos abocados al desastre.


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