La Superliga cambia el paisaje del fútbol
El panorama del fútbol ha cambiado. O lo hará. Es algo irremediable tras la sentencia del TJUE. El Tribunal Europeo de Justicia entiende que, tras la denuncia de la Superliga contra UEFA y FIFA, hay monopolio de sendos organismos. Es sencillo, para que una nueva competición (Superliga) entre en juego, necesita la aprobación de FIFA y/o UEFA. Los litigios no han terminado, clubes como Real Madrid y Barcelona celebran la victoria, los contrarios a la Superliga señalan que nada es definitivo, pero la realidad es aplastante: el horizonte apunta a cambiar.
En la fase inicial, los citados Madrid y Barça apenas cuentan con apoyos (Juventus, Nápoles). La mayoría de los equipos presentes en el anuncio inicial de 2021 se han colocado de manera frontal ante el proyecto que tiene a Florentino Pérez como cabeza visible (los grandes de la Premier, el Atleti, los clubes de la Bundesliga…). No obstante, el reconocimiento del TJUE de ese abuso de poder por parte de UEFA y FIFA son el pistoletazo de salida que necesitaba la Superliga.
En cuanto la sentencia vio la luz, los mecanismos se pusieron en marcha. «Es un gran día para la historia del deporte y el fútbol», celebraba Florentino Pérez en un contundente mensaje institucional. Joan Laporta, máximo dirigente del Barcelona, tendía la mano a UEFA, FIFA y a LaLiga española para negociar. Eso sí, posicionado claramente en favor a una Superliga que, minutos después, compartía su nuevo formato. A través de A22 Sports se detalló el modelo: de los 12 clubes iniciales a los 64 actuales, de una división única a tres, ascensos y descensos donde la meritocracia dinamizaría la competición… y, sobre todo, la gratuidad de la emisión a través de Unify, una plataforma en desarrollo.
Mucha certeza, pero también dudas. De ahí que quede un amplio camino por recorrer. Resulta quimérico pensar en una competición de enjundia sin los equipos de la élite. De entre los grandes favoritos en las casas de apuestas deportivas para ganar, por ejemplo, la venidera Champions League, apenas dos (Real Madrid y Barcelona) aparecen como adalides del nuevo torneo. La llave, claro está, es la Premier League. Los Manchester City, United, Liverpool… También los Bayern Múnich (Bundesliga), Inter de Milán (Serie A)… Encontrar esos apoyos es el objetivo primordial de la Superliga, de A22 Sports y de Bernd Reichart.
Reichart, la cara visible
Reichart, CEO de A22 y portavoz de la competición, entró en escena después de la presentación precipitada en primera instancia del proyecto. Se buscaba una mayor profesionalización y normalización de la competición, alejarla de la imagen elitista del modelo primigenio. De ahí los cambios en el número de equipos, en la inclusión de los meritos deportivos y el resto de modificaciones.
No obstante, como decimos, la labor principal es que el resto de grandes de Europa se suban al barco. Así peligrará realmente la Champions League de la UEFA. Reichart se paseó por los principales medios de comunicación de España para defender el proyecto y dulcificarlo, reconociendo incluso que algunos clubes que se habían posicionado en contra de la Superliga públicamente le habían llamado. Un acercamiento entre bambalinas en el que Reichart mostraba el optimismo respecto a la puesta en marcha del proyecto. Hay mucha tela que cortar en 2024 y puede que no cristalice la Superliga, el tiempo dictará sentencia, pero es una evidencia que el paisaje futbolístico, con el reconocimiento de monopolio por parte de UEFA y FIFA, ha cambiado para siempre.
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