Redacción •  Memoria Histórica •  10/06/2025

Las supervivientes del Patronato de Protección a la Mujer exigen verdad, justicia y reparación en el acto de petición de perdón de la Conferencia Española de Religiosos

  • La Conferencia Española de Religiosos (CONFER) realizó ayer un acto de reconocimiento y petición de perdón a las supervivientes del Patronato de Protección a la Mujer, una institución franquista que encerró a miles de mujeres por motivos vinculados a la moral sexual del nacionalcatolicismo y que funcionó hasta 1985.
  • Las mujeres supervivientes, representadas bajo el paraguas de la asociación Desterradas Hijas de Eva, recalcaron que más que perdón, lo que exigen es “verdad, justicia y reparación”, al tiempo que señalaron al Gobierno español y al Ministerio de Justicia como máximos responsables de estos crímenes.
  • Ecologistas en Acción se suma a las reivindicaciones de las mujeres víctimas, entre las que se encuentra Paca Blanco, integrante de la organización ecologista, activista antinuclear y por los derechos a la vivienda.
Las supervivientes del Patronato de Protección a la Mujer exigen verdad, justicia y reparación en el acto de petición de perdón de la Conferencia Española de Religiosos

La asociación Desterradas Hijas de Eva tiene como objetivo exigir a la Iglesia Católica Española y al Gobierno de España medidas de reparación y memoria histórica. Denuncian el olvido de las Administraciones y de las instituciones religiosas durante más de cuarenta años, y exigen medidas de reparación para las miles de mujeres de entre 16 y 25 años que durante el franquismo estuvieron recluidas en los centros adscritos al Patronato de Protección a la Mujer por razones vinculadas a la moral sexual del nacionalcatolicismo.

La asociación de mujeres víctimas celebra este paso dado ahora por la CONFER que ayer organizó un acto de reconocimiento y petición de perdón a las mujeres víctimas del Patronato, una institución que fue expresión de violencia machista en la que se encontraron el orden fascista y el patriarcal. Sin embargo, tal y como reivindicó la asociación en el acto, la violencia ejercida por Estado e Iglesia a estas miles de mujeres fue estructural (no fueron excesos puntuales) y no debe achacarse a ningún contexto concreto: “Hablamos de la mayor aberración del S.XX que duró hasta 1985. La democracia nos ha robado 15 años”, afirmó Consuelo García del Cid, superviviente del Patronato.

En el acto, al que asistió la ministra de Igualdad, Ana Redondo García, se pudo escuchar la declaración grabada de decenas de víctimas del Patronato, quienes relataron encierros forzosos, maltratos, vejaciones continuas, trabajo forzado, robo de bebés, y un largo etcétera, que han tenido secuelas de por vida en todas las mujeres que pasaron por los reformatorios. “El Patronato no tiene muertas en la cuneta, tiene muertas que se quitaron en la vida”, añadió García del Cid.

En su discurso, García del Cid recalcó que, además de la Iglesia, la máxima responsabilidad recae en el Gobierno y el Ministerio de Justicia, y añadió: “No nos hagan comulgar con ruedas de molino. Este perdón no debe ser un gesto ni se debe hablar de contexto (…) Lo que necesitamos es justicia, no condescendencia”. Y finalizó con palabras de agradecimiento “a las compañeras gitanas de quienes tanto hemos aprendido” y que sufrieron la violencia del Patronato, potenciado con el racismo endémico, histórico y estructural.

Tras el testimonio de las víctimas del Patronato, tomaron la palabra tres mujeres representantes de diferentes órdenes religiosas de la CONFER, quienes afirmaron dirigirse “con humildad y dolor” a todas las mujeres; dijeron reconocer el encierro forzoso y contra su propia voluntad de muchas jóvenes y mujeres adultas durante décadas; pidieron perdón a todas las víctimas; reconocieron ser conscientes de que el dolor causado no puede ser sanado con palabras; y se comprometieron a renovar su compromiso aplicable a todos sus centros y promover acciones orientadas a la reparación.

Sin embargo, para las mujeres víctimas asistentes, el enfoque del acto no fue suficiente, porque no reconocen como víctimas a la totalidad de mujeres que fueron encerradas y porque se limitan a hablar de excesos del franquismo y de algunas personas, no de toda la institución. Por ello, tras las palabras de las religiosas, el auditorio se levantó portando carteles donde se leía “No” (simbolizando que no aceptaban el perdón) y al cántico de “verdad, justicia y reparación”. Una acción protesta que duró cerca de una hora hasta que el acto tuvo que darse por concluido.

Necesidad de memoria y reconocimiento

Ecologistas en Acción se suma a las palabras expresadas por la asociación Desterradas Hijas de Eva y recalca que la recuperación de la memoria y el reconocimiento a las personas que sufrieron la represión de la dictadura (y parte de la democracia) y del machismo estructural es necesario para la construcción de una sociedad democrática, equitativa y justa, pilares del ecologismo social.

Además, la organización ecologista quiere reconocer la labor de todas las mujeres víctimas del Patronato de Protección a la Mujer, entre las que se encuentra Paca Blanco, miembro de Ecologistas en Acción desde su fundación y activista antinuclear, feminista, anticapitalista, pensionista y por los derechos de la vivienda y contra los deshaucios.

Blanco es una de las miles de mujeres que sufrieron en primera persona la represión del Patronato, quien relata lo que estar encerrada supuso en su vida: “Me fugué de todos los reformatorios del horror en los que estuve incluso embarazada; me fugué de Peña Grande y a punto estuve de entrar en la cárcel con la Ley de Vagos y Maleantes y perder a mi hija. Sin cometer ningún delito, solo por ser contestataria, rebelde y fugarme. Pero no pudieron conmigo y no me doblegaron, aunque sí afectó a mi vida: pude ser una abogada laboralista estupenda o una periodista increíble… y solo pude buscarme un marido para salir de horror. Yo ni olvido ni perdono”.

A pesar de todas las dificultades, Paca Blanco sigue hoy en día “luchando por cambiar esta sociedad, por un mundo mejor y, en Ecologistas en Acción, por cerrar las nucleares, contra el armamento, por la paz, y contra la emergencia climática”. En sus declaraciones, ha reconocido la labor de las asociaciones feministas que trabajan por recuperar la memoria: “Todo esto ha sido posible gracias a la asociación Desterradas Hijas de Eva, a su lucha, tenacidad, y dedicación; ya no estamos todas, pero las que quedamos, no las olvidaremos”.


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