Redacción •  Memoria Histórica •  03/11/2022

Exhumados los restos del «carnicero de Andalucía», Queipo de Llano, uno de los perpetradores del golpe de Estado contra la II República en 1936

A las dos y veinte de la madrugada, ante un sepulcral silencio tan solo interrumpido por tímidos aplausos, se sacaron de la basílica de la Macarena, en pleno centro de la ciudad española de Sevilla, los restos del general franquista Gonzalo Queipo de Llano, su mujer, Genoveva Martí, y el auditor militar Francisco Bohórquez.

Exhumados los restos del «carnicero de Andalucía», Queipo de Llano, uno de los perpetradores del golpe de Estado contra la II República en 1936

En un acto que ha querido evitar la difusión mediática de la exhumación del dictador Francisco Franco en 2019, los cuerpos fueron desenterrados en cumplimiento de la ley de Memoria Democrática.

Esta ley, que entró en vigor en octubre, establece la retirada de los elementos contrarios a la memoria democrática ubicados en edificios de carácter privado o religioso, pero con proyección a un espacio o uso público.

Entre las acciones de represión que se le atribuyen a Queipo de Llano, figura la orden de asesinar a Federico García Lorca. «Dadle café, mucho café», dijo el militar franquista sobre el poeta español más traducido de la historia, según su biógrafo, el hispanista irlandés Ian Gibson. También llamó desde Unión Radio Sevilla al exterminio de la población civil en zonas republicanas, a la violación de las mujeres, y ordenó el bombardeo desde buques en el mar contra decenas de miles de civiles que huían desde Málaga a Almería, en la «desbandá».

Lorca fue solo uno de los 45.000 asesinatos que se atribuyen al general español. El 18 de agosto de 1936, el poeta fue detenido en su casa y poco después fusilado en un pelotón, acusado de socialista y masón. El poeta de 38 años no estaba afiliado a ningún partido. Se cumplía justo un mes del golpe de Estado contra la Segunda República Española, en el que Queipo de Llano tuvo un papel fundamental.

Líder del Golpe de Estado y de la represión en el sur de España

Apodado el «virrey de Andalucía» o el «carnicero de Andalucía», Queipo de Llano fue considerado la mano derecha del dictador Francisco Franco y autor de una sanguinaria represión en el sur de España. También se hizo popular por sus frecuentes intervenciones en la radio de Sevilla en las que lanzaba amenazas a los que consideraba disidentes ideológicos, llamando a violar a las mujeres republicanas.

“Nuestros valientes legionarios y regulares han demostrado a los rojos cobardes lo que significa ser hombres de verdad. Y de paso también a sus mujeres.  Esto está totalmente justificado porque estas comunistas y anarquistas practican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres y no milicianos maricones. No se van a librar, por mucho que berreen y pataleen”, dijo en una de sus intervenciones en la Unión Radio Sevilla.

En la capital andaluza, fueron asesinadas 3.028 personas solo en el primer año de la guerra civil, según las estimaciones del secretario del Juzgado de Burgos, entonces franquista, Antonio Ruiz Vilaplana.

El marquesado de Queipo de Llano

Queipo de Llano falleció de una insuficiencia cardiaca el 9 de marzo de 1951, en pleno franquismo, con el título de marqués, con el que Franco quiso premiar sus labores para la dictadura. Entonces fue enterrado en la basílica de la Macarena.

La Hermandad de la Macarena ya había anunciado que la exhumación se llevaría a cabo en noviembre pero no indicó la fecha exacta.

De hecho, la basílica permaneció abierta al culto con normalidad y a las nueve de la noche, ya cerrada, fue cuando llegaron los operarios y los familiares de Queipo de Llano y de Bohórquez, además del forense y de algún representante gubernativo.

Cuando se empezó a conocer a través de las redes sociales y de los medios de comunicación que se estaba produciendo la exhumación ya era noche cerrada y poco a poco fueron llegando los periodistas, con las puertas del templo completamente cerradas.

Al filo de la medianoche del miércoles salió una furgoneta fúnebre de color blanco y a las 2.20 horas del jueves las puertas se volvieron a abrir y salieron en esa furgoneta los restos del general Queipo de Llano, enterrado en la Macarena hace 71 años, y su cónyuge Genoveva Martí.

Poco antes habían salido por un lateral del templo una veintena de familiares de Queipo, que no quisieron hacer declaraciones a los periodistas, y que aplaudieron cuando salieron los restos del general, y un coche con miembros de la Hermandad de la Macarena que también habían asistido a las exhumaciones.

«Una vez cumplida la Ley escrupulosamente -tal y como venía aseverando desde hace años-, nadie la utilice con intereses partidistas, políticos o ideológicos», señaló la Hermandad de la Macarena, en un comunicado, que ha cubierto el hueco de las tumbas con una alfombra roja.

A partir de ahora Sevilla «es una ciudad más limpia de simbología del franquismo», dijo Paqui Maqueda, presidenta de la asociación memorialista Nuestra Memoria.

Mientras el furgón abandonaba el templo, Maqueda, muy emocionada, comenzó a gritar «honor y gloria a las víctima del franquismo», «contra la impunidad» y a pronunciar los nombres de sus familiares víctimas de la represión.

«Nos ha costado muchos lloros y gente que se ha quedado por el camino», dijo en declaraciones a los medios, y recordó la fosa común de Pico Reja en el cercano cementerio de Sevilla, de donde se están desenterrando los restos de cientos de represaliados.

El siguiente en la lista de exhumaciones es José Antonio Primo de Rivera, fundador del partido fascista de la Falange. Sus restos mortales aún están enterrados en el Valle de los Caídos, donde también se encontraban los de Franco, y sus descendientes ya han pedido que el traslado de los restos se realice «de forma íntima y privada».

*Con información de Agencias.


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