Chile. El Ministro del Tribunal Constitucional que escribía columnas para revista neonazi
Durante la semana pasada han causado noticia los “alegatos Jurídicos” frente al Tribunal Constitucional. Es en ese contexto que a uno de los jueces del TC, fue acusado de escribir columnas para una revista de seguidores de Hitler. Se trata de José Ignacio Vásquez Márquez, ministro que asumió su cargo en octubre del 2015, quién escribió diversos artículos y fue parte del Consejo de Redacción por aproximadamente siete años de la revista “Ciudad de los Césares”, considerada dentro de la producción política y cultural neonazi por organismos de inteligencia, ligada a movimientos nacional-socialistas y skinhead.
Dirigida por el historiador Erwin Robertson ex miembro de Ofensiva Nacionalista de Liberación, un grupo de ultraderecha anterior a Patria y Libertad donde compartía con Enrique Arancibia Clavel, ex colaborador de la DINA (policía política de la dictadura pinochetista) y condenado por el crimen del general Carlos Prats y subdirigida por su hermano, el exdirigente de Patria y Libertad José Agustín Vásquez.
El medio se ha defendido de la acusación y de ser ferviente seguidor de Hitler, aunque tienen registrados varios homenajes a Miguel Serrano y otros autores afines al Tercer Reich.
Consultado por diversos medios sobre su vinculación con la revista, señaló que hace mas de 20 años que salió, “Mi última colaboración creo que fue en el año 2004 o 2005 y eran artículos relacionados con la ciencia política, etología hispanoamericana, principalmente“.
Cabe destacar que en uno de sus artículos del año 1998 se refiere a la detención del Dictador Augusto Pinochet en Londres, a propósito de la competencia de tribunales internacionales y la “inmunidad de soberanía”. En ella el abogado habla sobre la posibilidad de un Estado de Derecho Internacional, donde el proceso podría terminar siendo “una auténtica tiranía universal y el surgimiento de un nuevo y más efectivo Leviathán”.
Vásquez ha señalado que no se arrepiente de haber colaborado en la revista, incluso aunque siguieran apareciendo portadas con apologías nazi. “No me arrepiento, pero creo que no dio como resultado el motivo original por el que surgió. La idea original era ser más pluralista, aportar con otras ideas. Como no se dio de esa forma hay cierta insatisfacción por lo que podría haber sido. El objetivo inicial no se cumplió”.
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