Christian Zampini •  Internacional •  20/02/2021

El temporal Uri evidencia el fracaso de las políticas «libertarianas» en Texas

  • 30 millones de personas se enfrentan al peor temporal de nieve en décadas sin suministro eléctrico ni gas.
  • El estado liberalizó por completo el sistema eléctrico, desconectándolo del resto de los Estados Unidos para evitar sus normativas en materia de seguridad.
El temporal Uri evidencia el fracaso de las políticas «libertarianas» en Texas

30 millones de personas hacen frente al peor temporal que se recuerda en Texas en las últimas décadas sin luz eléctrica, agua ni gas. El modelo totalmente privatizado de estos servicios de primera necesidad, combinado con un sistema desconectado de las redes federales para evitar sus regulaciones y normativas, han llevado a un colapso de los servicios mientras los termómetros marcan temperaturas bajo cero. Aunque aún es imposible evaluar el daño total generado, la dureza de la tormenta combinada con la ausencia de suministros ya ha provocado decenas de muertos en un estado nada acostumbrado a este tipo de incidencias climáticas.

La ausencia de energía resulta particularmente paradójica en Texas, productor del 41% de los hidrocarburos de los Estados Unidos. Una política de desregulación total introducida por el anterior gobernador Rick Perry en 2002, que incluyó la desconexión de la red eléctrica federal para evitar regulaciones y normativas establecidas por Washington, han provocado que la actual vaguada de energía no pueda ser suplida con suministros de otros estados. Las empresas productoras y generadoras de energía tampoco disponen de sistemas de reserva de energía, una infraestructura no rentable y de la que prescindieron tras la regulación.

Es de prever que la tormenta deje secuelas a largo plazo en el estado, dados los daños registrados en tuberías y gasoductos, agravando los problemas de la población.

«Las tan amadas palabras de “libre mercado” nos han dejado en el frío, sin agua y a oscuras. La capital energética de Estados Unidos ahora es el hazmerreír de todos, y con justa razón», denuncia el cometarista político texano Dave Lieber desde su columna en The Dallas Morning News. «Se necesitó una tormenta monstruosa, pero por fin la farsa se acabó», advierte.

Facturas desproporcionadas

Por si no fuese suficiente con los apagones, el sistema completamente liberalizado ya ha generado otro daño a la población. El incremento de la demanda ha disparado los precios del megavatio/hora, generando facturas de hasta 4000 dólares a los usuarios. Los consumidores, acostumbrados a pagar unas facturas ya de por sí considerablemente elevadas de en torno a 200 dólares al mes, ven ahora como las empresas eléctricas les reclaman cifras totalmente desproporcionadas amparándose en los precios fijados por la oferta y la demanda.

El lunes, la agencia de noticias Reuters dio a conocer que los precios de la electricidad al por mayor habían subido 10,000% el 15 de febrero, en medio de la tormenta de invierno que provocó nevadas y heladas en todos los condados del estado. El precio en el mercado mayorista de electricidad, que está operado por el Consejo de Fiabilidad Eléctrica de Texas (ERCOT), superaba los 9.000 dólares por megavatio/hora. Antes de la tormenta, el precio de megavatio/hora era de 50 dólares.

La mayoría de contratos con tarifas flexibles verán llegar facturas absolutamente desproporcionadas, que ya han despertado la alarma entre miles de consumidores de todo el estado.

Los cargos públicos se desentienden

Ante esta sucesión de despropósitos, tal y como era de esperar, las protestas contra el gobierno estatal y las administraciones locales no se han hecho esperar. El gobernador Greg Abbott ha responsabilizado al Consejo de Confiabilidad Eléctrica de Texas, el conglomerado de empresas eléctricas encargado de la gestión de la red. Por su parte, el ex gobernador Rick Perry ha insistido en la idoneidad del modelo que introdujo, afirmando que «los tejanos renunciarían a más de tres días de electricidad con tal de impedir que Washington meta las manos en sus asuntos», mientras millones de personas se enfrentaban a la tormenta sin este servicio esencial.

Por su parte, el senador Ted Cruz se encuentra en el punto de mira, tras huir del estado a Cancún en mitad de la tormenta.

Pero el paroxismo del colapso lo ha alcanzado el alcalde del pequeño municipio de Colorado City, Tim Boyd, que ha afirmado que «solo los más fuertes sobrevivirán». El sueño libertariano hecho realidad.


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