Cubadebate •  Internacional •  09/02/2017

Editorial del New York Times sobre Trump: “El dedo en el Botón Nuclear”

Según expertos, Donald Trump aumenta el riesgo de una guerra nuclear.

Doomsday Clock (El Reloj del Apocalipsis) es un reloj simbólico ideado poco después del fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1947, por el Bulletin of the Atomic Scientists (Boletín de Científicos Atómicos) de la Universidad de Chicago en Estados Unidos.

Editorial del New York Times sobre Trump: “El dedo en el Botón Nuclear”

Los científicos evalúan los acontecimientos mundiales y en dependencia adelantan el reloj hacia la medianoche, que representa el fin de la humanidad, o lo atrasan, que significa algún logro en el desarme nuclear. Comenzó a las 23:50 y la hora que marca ha variado indistintamente según la situación global. Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, el tiempo hacia el día final ha avanzado hasta colocarse en las 23:57:30, a dos minutos y medio de la debacle.

A partir de esta alerta hecha por el experimentado grupo de científicos, The New York Times, uno de los medios más influyentes en EE.UU. ha publicado un editorial sobre el nuevo mandatario, la cantidad excesiva de armas nucleares que posee el país norteamericano y los riesgos de una catástrofe mundial.

El diario apunta que “Trump llegó al cargo con poco conocimiento del vasto arsenal nuclear y de los misiles, bombarderos y submarinos que tiene”.

El consejo editorial del periódico se muestra preocupado por las declaraciones del magnate “sobre el despliegue de este armamento contra los terroristas y la expansión nuclear de los Estados Unidos”. Trump ha dicho que valora la posibilidad de mantener a otras naciones ante la amenaza constante de un ataque nuclear. Aunque sus intervenciones públicas sobre el tema se contradicen. “Let it be an arms race” (que sea una carrera armamentista), dijo en una entrevista en diciembre, pero tres meses antes había declarado: “I would certainly not do first strike” (ciertamente no lanzaría el primer ataque).

Lo preocupante es que Trump podría romper con la política de los últimos presidentes, que han buscado asegurar que estas armas no se usen de forma precipitada o que simplemente no se usen, apunta la editorial titulada The Finger on the Nuclear Button (El dedo sobre el Botón Nuclear).

Los científicos del "Bulletin of the Atomic Scientists" ponen en marcha el Dooms Clock o Reloj del Apocalipsis en 1947.

Los científicos del “Bulletin of the Atomic Scientists” ponen en marcha el Dooms Clock o Reloj del Apocalipsis en 1947.

El temor por una imprudente acción del jefe de Estado, ha provocado que el senador Edward Markey de Massachusetts y el representante Ted Lieu de California, ambos demócratas, propongan una legislación para prohibir a cualquier presidente lanzar un ataque nuclear sin una declaración de guerra que pase antes por el Congreso.

El proyecto de ley cuenta con el apoyo de destacados defensores del control de armas, entre ellos el ex secretario de Defensa William Perry, pero es probable que no se apruebe en un Congreso dominado por republiacanos. No obstante, “envía un mensaje claro a Trump para que no sea el primero desde la Segunda Guerra Mundial en usar armas nucleares”, dice The New York Times. “El presidente podría desplegar más útilmente sus energías comprometiéndose con Rusia para reducir aún más los arsenales nucleares de ambos países y manteniendo el acuerdo nuclear de Irán”, explica.

Para colmo de males, un consejo asesor del Pentágono propuso recientemente que Estados Unidos considere la posibilidad de construir más armas nucleares de menor rendimiento. Esto sería para un “uso limitado” en un conflicto regional.

“La noción absurda de una guerra nuclear ‘limitada’, que podría facilitar a un presidente el uso de armas de menor rendimiento, debe ser rechazada. El país cuenta con suficientes armas convencionales avanzadas para defenderse de la mayoría de las amenazas”, asevera el medio de prensa.

La editorial termina con estas ideas:

Donald Trump tiene unas cuatro mil armas nucleares en su poder. Cualquier decisión sobre un supuesto ataque tendría que tomarse rápidamente. Estas decisiones de vida o muerte pondría a prueba a cualquier líder, incluso a aquellos bien educados en la doctrina nuclear (…) Pero ninguno de los asesores más cercanos a Trump es experto nuclear. El presidente aún tiene que elaborar una estrategia nuclear y, como advirtió el Boletín de la Junta de Ciencia y Seguridad el mes pasado, Trump ‘ha mostrado una preocupante propensión a rechazar rotundamente el asesoramiento de expertos’.

Con Donald Trump, la toma de decisiones acertada es todavía más difícil, dado su estilo perturbador e impulsivo. También asumió el cargo en un momento particularmente inestable (…) Este es un tiempo para la moderación y la reflexión cuidadosa, y para los líderes que entienden claramente que las armas nucleares son demasiado peligrosas para ser alzadas como un puñal.

(de izq. a der.) Lawrence Krauss, físico teórico, presidente del Consejo del Boletín de Científicos Atómicos; Thomas Pickering, co-presidente del Grupo de Crisis Internacional y David Titley, un conocido experto de los EE.UU. en esferas como cambio climático y seguridad nacional; develan la nueva hora del Reloj del Apocalipsis el pasado 26 de enero en Washington. Foto: AP/ Carolyn Kaster.

(de izq. a der.) Lawrence Krauss, físico teórico, presidente del Consejo del Boletín de Científicos Atómicos; Thomas Pickering, co-director del Grupo de Crisis Internacional y David Titley, un conocido experto de los EE.UU. en esferas como cambio climático y seguridad nacional; develan la nueva hora del Reloj del Apocalipsis el pasado 26 de enero en Washington. Foto: AP/ Carolyn Kaster.

(Lea el original en inglés en The New York Times)

 

Así son por dentro los lujosos búnkeres nucleares donde los millonarios esperan protegerse

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Estos reductos subterráneos proporcionan mucho más que seguridad; tienen piscina, sala de cine y no están al alcance de cualquiera
Fotos: Así son por dentro los lujosos búnkeres nucleares donde los millonarios esperan protegerse
Son mucho más que búnkeres: estas viviendas de lujo tienen piscina comunitaria y salas de cine, entre otras comodidades.
FOTO: BBC

Larry Hall me condujo al salir del ascensor hacia uno de los apartamentos que acaba de construir recientemente.

Está elegantemente amueblado. Hall dice que los acabados y la atención al detalle fueron recibidos con gran entusiasmo por parte de sus clientes. “He tenido varios clientes que, literalmente, lloraron de alegría cuando lo vieron“, dice el empresario. Pero hay algo muy inusual en estas viviendas.

Están situadas a muchos metros bajo tierra en un silo obsoleto de misiles subterráneos en el medio de Kansas, Estados Unidos.

Hall llamó a su urbanización Survival Condos (condominios de supervivencia). “Son búnkeres nucleares de lujo que están diseñados para proporcionar no sólo protección física, sino también bienestar mental”, explica.

Entrada al búnker
Larry Hall ya ha completado la construcción uno de los complejos y acaba de comenzar a trabajar en otro bloque.

A pesar de que cada uno de esos “apartamentos” cuesta millones de dólares -por lo menos, $1.5 millones- Hall dice que hay un fuerte aumento de la demanda por parte de los clientes más adinerados.

Parece extraordinario, entre otras cosas, porque las casas de los alrededores construidas sobre el terreno (que, por supuesto, no tienen protección contra bombas nucleares) pueden obtenerse por una pequeña fracción del coste de estos búnkeres.

Entonces ¿cómo ha logrado crear un negocio aparentemente exitoso construyendo “viviendas chic” de supervivencia?

El 11-S

Todo comenzó después de los ataques del 11 de septiembre en Nueva York, en 2001. En ese momento, Hall era un empresario y tenía un negocio online. También tenía experiencia en el diseño y construcción de centros de procesamiento de datos.

La demanda de servicios de emergencia informáticos creció luego de los terribles eventos del 11-S, dice Hall. Y esto le dio una idea: crear un centro de datos que pudiera resistir un ataque nuclear.

búnker por dentro
“Es como un crucero en miniatura” dice Larry Hall sobre los interiores de este búnker nuclear.

Algunos clientes potenciales mostraron interés en este tipo de construcciones. De ahí a ofrecer la construcción de búnkeres que pudieran proveer protección a los residentes contra guerras nucleares y otros desastres, había un paso corto. Al final, el lugar elegido fue Kansas.

Hay muchas bases similares de lanzamiento de misiles abandonadas en la mitad oeste de Estados Unidos, pero Hall dice que sólo un pequeño número estaba en un estado apto para convertirse en una perspectiva realista.

Además, los desafíos de construcción e ingeniería que implicaban el desarrollo del proyecto eran abrumadores.

Sin embargo, el silo de Kansas tenía una enorme ventaja: la protección incorporada contra bombas nucleares. Construir algo así hoy día costaría mucho dinero, dice Hall.

búnker por dentro
Estos búnkeres cuentan con pantallas de alta definición que hacen las veces de ventanas que proporcionan imágenes de lo que hay alrededor.
búnker por fuera
Su aspecto exterior no es tan sofisticado.

“Un crucero en miniatura”

Hall dice que gastó millones de dólares en dotar a estas viviendas de todas las características posibles para mantener a los residentes seguros no sólo ahora, sino por un período de tiempo indefinido, en caso de que ocurriera una catástrofe.

Entre ellas, sistemas de filtración de agua y aire, una serie de fuentes de energía (incluida eólica) y la capacidad de cultivar plantas y criar peces para el suministro de alimento. Y, por supuesto, guardas armados protegiendo la entrada.

Un guardia en frente del búnker
Guardias de seguridad armados patrullan la entrada del búnker.

También cuentan con sala de cine, piscina, sala de cirugía, campo de golf e incluso un muro de escalada. “Es como un crucero en miniatura”, dice Hall.

El promotor inmobiliario cree que esos lujos podrían ayudar a explicar algo que, en un principio, puede parecer sorprendente.

Al principio, dice, los clientes consideraban que tener su propio apartamento-búnker era como “un seguro de vida”, algo que podrían usar en caso de emergencia. Pero ahora algunos compradores ven estos apartamentos como sus segundas casas y las usan en sus escapadas de fines de semana o en descansos más largos.

“Todo el mundo comenta lo bien que se duerme ahí”, añade.

panel de control dentro del búnker
El exterior e interior de los búnkeres está monitoreado todo el tiempo.

Pero Hall no es el único que ofrece búnkeres de supervivencia; tiene rivales que ofrecen instalaciones en distintos lugares en todo el mundo. Pero, al incluir elementos de lujo, está explotando una tendencia en auge.

“Hay un mercado ahora porque la idea tradicional de que, de alguna manera, uno tiene que vivir sin lujos por el bienestar espiritual está desapareciendo”, dice Peter York, asesor de varias marcas de lujo.

En este mercado, explica, “estás alcanzando a un grupo de gente rica que no valora la idea de austeridad ni siquiera de forma temporal. Quieren que todo sea lujoso siempre”.

Las dificultades

Pero Hall dice que se enfrenta a muchos retos, además de las dificultades obvias de la construcción.

Uno de los mayores problemas es cómo comercializarlos, pues muchos de sus clientes tienden a ser muy reservados sobre el asunto.

“Decir que eres propietario de un búnker, sea por el motivo que sea, es como decir que viste un OVNI. Mucha gente ha aprendido que no quiere que otros sepan que tienen un búnker”.

Y también está la cuestión de cómo se llevarán entre sí los residentes después de un evento catastrófico.

Larry Hall
“Es muy divertido construir estos búnkeres”, dice Larry Hall.

Hall dice que puso mucho esfuerzo en investigar los aspectos psicológicos para poder asegurar que la comunidad funcionaría bien en tiempos de calamidad.

Las medidas incluyen una iluminación especial y techos de diferentes alturas; los más altos para las áreas comunales y los más bajos para la zona médica “donde la gente puede sentirse vulnerable”.

En una situación a largo plazo bajo la cual el complejo esté asegurado contra el mundo exterior, los residentes tendrán varios trabajos e irán rotando mensualmente.

“Un mes puedes estar trabajando en los almacenes, el mes siguiente en los cultivos hidropónicos, cultivando plantas”, dice Hall.

El objetivo es mantener a la gente ocupada, pero también asegurar que, con el tiempo, “tienen una comprensión absoluta sobre cómo funciona la instalación”.

A pesar de los retos, Hall parece divertirse. Uno de los bloques ya está completado y otro está en camino. “Es muy divertido construir cosas como estas”, asegura.

– Neil Koenig

 


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