Análisis de las elecciones catalanas: Parlamento más a la derecha y más españolista
El PSC gana las elecciones.
Sin olvidar el 1,2M de personas que viven en Catalunya y no han podido votar, la participación del 57’95%, un leve aumento de las del 2021 con pandemia y muy lejos de las 2017 con el 155, ha activado el voto menos independentista.
Aprovechando el rebufo de la polarización de Sánchez en los primeros cinco días de campaña, el PSC gana con un aumento de 218.000 votos hasta los 873.000, con los mejores resultados junto a los de Maragall, subiendo de los 33 escaños a los 42. Pero las condiciones actuales difieren sustancialmente de las que permitieron a Maragall gobernar con el tripartito, y ERC, en caída libre, ya ha advertido que esta vez no lo hará.
Una parte del voto Illa aprovecha la crisis que sigue afectando a Comuns (como parte de Sumar). Comuns pierde 13.500 votos y 2 diputados y queda con 6. Lo más significativo es el Prat de Llobregat, gobernado por Comuns (que tomó el relevo histórico de ICV y el PSUC) y sede de la ampliación del aeropuerto, una de las banderas de Comuns contra los macroproyectos, donde el PSC ha arrasado. Illa toma votos también de ERC, pero sobre todo logra nuevos electores, sieno quien más abstencionistas ha seducido, 125.000.
Los grandes macroproyectos que quiere la patronal, tienen en el PSC, junto a un Puigdemont que comenzaba la campaña con foto con la plana mayor de Foment, y el apoyo de PP y Vox, los avalistas necesarios para salir adelante. Y las pocas medidas pseudo-socialdemócratas como la Renta Básica, el PSC ya ha dicho las eliminará.
El eje independentista en crisis.
Del 52% de voto popular a favor de las opciones llamadas independentistas en 2021 se ha pasado al 43,6% de los votos, y de los 2.079.330 votos en las elecciones de 2017 a los 1.355.733 de este año, según valora en un comunicado la Assemblea Nacional Catalana (ANC). Y continúa, con razón: los partidos independentistas, «Han desactivado deliberadamente el proceso hacia la independencia y han bloqueado hacer efectiva la independencia en el Parlamento.» La crítica de la ANC se extiende a los tres, también la CUP-UNCPG, aunque la responsabilidad de ERC o JXC no es comparable. La Assemblea Nacional Catalana critica el apoyo al gobierno español y acusa a los partidos de desactivar el proceso hacia la independencia. La asamblea pide nuevas elecciones en octubre,
Junts gana el pulso a ERC, crece 104.000 votos y 3 escaños, pero si Junts avanza ERC no es tanto por el efecto Puigdemont sino por el derrumbe de ERC. ERC ha perdido 178.000 votos, un 30% y 13 diputados. Han pasado de tener 33 escaños a sólo 20, Pere Aragonès abandona la política, pero todo el mundo mira a Junqueres, tan responsable como Aragonès del rumbo de ERC. La maniobra de la convocatoria de elecciones les ha resultado un fracaso estrepitoso. Hay movimientos del Col·lectiu 1 Octubre de ERC exigiendo un Congreso extraordinario y la dimisión de toda la dirección. Puigdemont -lejos de los resultados que pedía- agota las posibilidades de llegar a ser presidente recordando la necesidad que Sánchez tiene de los votos de JXC.
Se termina la recomposición de la derecha españolista.
El PP gana 233.000 votos y pasa de 3 a 15 escaños y se traga a Ciutadans, que se deja 160.000 votos y pierde los seis diputados que tenía. Recordemos que no hace ni 7 años, en las elecciones del 2017, fue el partido más votado, obteniendo 36 diputados. C’s desaparece, pero el anticatalanismo desacomplejado que impulsó, ha impregnado toda la política.
Probablemente el PP también rasca votos en el ala más españolista del PSC que hace que Illa no suba todo lo esperado, así como también de VOX. Es a destacar cómo PP recupera barrios como Sarrià-Sant Gervasi que arrebata a Junts.
La extrema derecha.
Vox queda con los 11 escaños pues, aunque pierde hacia PP, gana casi 30.000 votos. Lo hace con abstencionistas y nuevos electores, algo especialmente preocupante ya que representan a sectores de juventud. Por otro lado, y también preocupante es la tendencia que se consolida en comarcas obreras como las del cinturón tarraconense -Tarragonès y Baix Penedès- que superan el 12%, o las de Barcelona -Baix Llobregat, Vallès Occidental y Anoia- que quedan entre el 9 y 10%.
La entrada de Aliança Catalana (AC) en el Parlament con 118.000 votos y dos diputados es otro de los datos relevantes de los resultados. El partido xenófobo independentista los ha conseguido concentrados en Girona y Lleida. En la circunscripción de Girona es cuarta fuerza por delante de PP, Vox, CUP y Comuns, con un 9% de los votos.
Estos votos son expresión del empobrecimiento de un sector del pequeño campesinado que, asustado, busca a un salvador. La extrema derecha incidió en sectores de la movilización campesina. Pero también responde al fracaso de los partidos “independentistas”. AC toma fuerza mayoritariamente en municipios conservadores y catalanistas donde gana Junts, de donde también provienen buena parte de sus votos, a pesar de la copia de elementos del discurso xenófobo por parte de Junts para retenerlos. El resto, como Vox, los saca especialmente de abstencionistas y sectores jóvenes.
Es el mismo proceso que refleja Vox, aunque la cuestión nacional les opone. De modo que en las comarcas donde Aliança Catalana obtiene más votos es donde Vox tiene los peores resultados y viceversa. Pero ambos han hecho bandera de la lucha contra la inmigración, dejando al descubierto la urgencia que tiene una respuesta coherente de izquierdas a esta cuestión, y la enorme responsabilidad de los partidos del régimen en la pervivencia de la ley de extranjería y sus consecuencias.
No queremos dejar de mencionar aquí, la formación roji-parda del Frente Obrero, que ha obtenido 10.000 votos, pero que hay que seguir teniendo presente por su persistente intento de insertarse en los movimientos.
Mª Esther del Alcázar Fabregat.
Lucha Internacionalista.
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Análisis de las elecciones catalanas: La CUP en la irrelevancia
La CUP no sólo no es capaz de recoger muchos votos que se van de ERC, sino que no retiene ni los suyos –sólo consigue un 56% de fidelidad de voto, frente a los 90% de PSC o Junts-. Ha logrado 127.850, perdiendo 62.000 votos, uno de cada tres, y más de la mitad de los escaños, conservando tan sólo 4 de los 9 escaños, al pasar del 6,68% a 4,09%. Sigue el ciclo de hundimiento de las últimas elecciones, tanto estatales como municipales. En pleno debate de Garbí que debía decidir el rumbo, la dirección de la CUP ha precipitado un giro a la derecha que nuevamente ha sido castigado por su electorado: volviendo a proponerse dentro de un bloque “independentista” con ERC y JXC que sólo existe en la mente de la dirección de CUP y sin dar ningún peso sustancial a la lucha por las condiciones de vida de la clase obrera y los sectores populares ni a una política claramente anticapitalista, adaptándose a unos Comuns en caída libre.
Esta deriva ya había provocado el año pasado la ruptura sobre todo de la juventud, hacia el Movimiento Socialista –hoy Organización Juvenil Socialista, OJS- que, ante las elecciones, que califica de “farsa electoral”, llamaba a la abstención, afirmando “No hay ninguna fuerza parlamentaria que no esté completamente doblegada a las consignas generales de la burguesía, o bien que no tenga ningún plan efectivo de contingencia para oponerse, nada más allá de la retórica.” La CUP habría cedido electores a Junts (22.000) y Comuns (18.000) y a la abstención.
Girona, la «joya de la corona» para la dirección de la CUP con el ayuntamiento de la mano de JxC y ERC, ¡¡pasa del 10,82% al 6%!! Y de conjunto en la demarcación pierde 1 diputado pasando del 9,04% al 4,94%. Es la circunscripción donde más puntos porcentuales se pierden, y los votos van directamente a Puigdemont. Como en Lleida, quedan por detrás de AC.
En Barcelona pasan de 5 diputados a 3, perdiendo 40.000 votos, y quedando con 93.256, el 3,98% frente al 6,3% de 2021. En Tarragona, habiendo situado el centro de la campaña en el “No al Hard Rock”, pierden el diputado que tenían -como los Comuns, con fortalecimiento del PSC…- y 6.000 votos quedándose con el 4,05% del 6,79% que tenían. En esta demarcación destaca sólo el Priorat con 9,77%. Lo mismo ocurre en Lleida con una caída de 4.000 votos, que los deja con un 4,24% del 7,4% que tenían, y aquí también, como hemos dicho, superados por AC. En la demarcación destacan, aunque sean menos pobladas, con porcentajes superiores las comarcas pirenaicas, como el Pallars Sobirà con un 9,83%, que seguramente tiene que ver con la campaña contra los Juegos de Invierno.
También en feudos tradicionales de la CUP, como Berga, se pasa del 12,2% al 7,91 Similar pasa en barrios de Barcelona, como Gràcia, Ciutat Vella o Sants-Montjuic: en los tres se pierden entre 2 y 3 puntos porcentuales, aunque los tres están por encima de la media (casi 8 el primero y alrededor del 6 en los otros dos). No se puede olvidar el efecto de la llamada al voto de OJS señalado, especialmente en Ciutat Vella.
En los cinturones industriales, como era de esperar después de darles la espalda toda la legislatura y ahora olvidándolos absolutamente en los 10 puntos centrales de programa, los resultados ya habían sido escasos, pero ahora, la pérdida de una media del 2% en cada una de las comarcas, llega a puntos tan bajos como al 2,73% del Baix Llobregat o el 3,37% del Tarragonès.
Los resultados que reflejan la irrelevancia política de la CUP, ¿ayudarán a los y las militantes de la CUP en el proceso Garbí a dar un giro a la izquierda alejándose de los Comuns, y rompiendo con ERC y JXC para proponerse como una alternativa de clase al autonomismo de ambos?
Mª Esther del Alcázar Fabregat.
Lucha Internacionalista.