Eduardo Montagut Contreras •  Memoria Histórica •  13/12/2016

El affaire Dreyfus

En la Tercera República Francesa estalló uno de los mayores escándalos que se han dado en la Historia Contemporánea de Francia y de Europa, y que demuestra el alto grado de antisemitismo en la sociedad occidental en aquellos momentos de cambio de siglo. Estamos hablando del affaire Dreyfus.

En septiembre de 1894 se descubrió que se habían vendido secretos militares franceses a la embajada alemana, el principal enemigo de Francia desde la derrota de Sedán y la pérdida de Alsacia-Lorena. Se inculpó a un oficial del ejército francés y que era judío, Dreyfus. Fue juzgado y desterrado a la Isla del Diablo en la Guayana Francesa. Pero dos años después un alto funcionario de Estadística, llamado Picquart, descubrió un documento con la misma letra de los anteriores papeles y que demostraba que el verdadero culpable era otro oficial llamado Esterhazy. En consecuencia, se solicitó la revisión del proceso judicial al que se había sometido a Dreyfus, pero el Estado Mayor consideró que eso podía empañar el honor del tribunal militar y de todo el Ejército, y presentó nuevas pruebas incriminatorias para mantener su condena. Las pruebas presentadas eran falsas. Además, hasta se encarceló a Picquart.

El novelita Émile Zole publicó en el diario L’Aurore su famosísimo artículo, «Yo acuso» donde se descubría todo el asunto a través de la fórmula de acusar en cada párrafo a los protagonistas en todo el proceso. El escándalo fue mayúsculo, y se decidió abrir un nuevo proceso. En dicho juicio se aminoró la condena a Dreyfus, pero éste era inocente, y tuvo que abrirse un tercer juicio donde fue absuelto.

Francia vivió en un debate intenso todo esta affaire. El país estaba dividido, entre la derecha con un discurso político que destilaba antisemitismo y un acusado nacionalismo y que era contrario a Dreyfus, y una izquierda que defendía al oficial y acusaba a las autoridades de corrupción. Las consecuencias electorales fueron claras: la izquierda ganó las elecciones. Otro efecto de este asunto fue el resurgimiento de un fuerte anticlericalismo, ya que la Iglesia no tuvo una postura clara contra los procesos injustos que sufrió Dreyfus.


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