IU pide al alcalde de Sanlúcar que medie con la nueva gestora del Hotel Arizón para que subrogue la antigua plantilla

La portavoz de IU Sanlúcar y diputada provincial, Carmen Álvarez, celebra que el Hotel Arizón reabra sus puertas en el mes de agosto pero deja claro que “la nueva empresa que se encarga ya de la gestión del hotel debe subrogar la plantilla de trabajadores/as que, tras la apropiación de las fincas que incluyen el hotel Palacio Arizón por parte de la SAREB (Sociedad de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria) en los primeros meses de este año 2022 pasó a situación de ERTE transitorio y, posteriormente, a despido en abril de de este año por cierre de actividad”.

Para Álvarez es lamentable que el alcalde, Víctor Mora, se haya reunido con representantes del Grupo Hotusa, que se va a hacer cargo de la gestión del Hotel Arizón y no se haya preocupado por la situación de la plantilla de trabajadores/as, que tenían toda la ilusión puesta en que se contara con ellos cuando se procediera a la reapertura de las instalaciones. “Esta falta de interés demuestra la nula la empatía del alcalde con los ciudadanos/as, que tienen que ver cómo su alcalde les da de nuevo la espalda, mientras se echa fotos sonriendo como si todo fuera bien, ignorando el sufrimiento de la plantilla”. En este aspecto, Álvarez insiste en que el deber del alcalde es el de mediar con la nueva empresa para que cuente con los trabajadores/as despedidos. Además, para Álvarez “es muy triste que Mora ni siquiera se haya reunido con la plantilla para conocer su situación actual y preocupaciones, ignorando el drama social que están atravesando estas familias trabajadoras sanluqueñas”.

Álvarez mantuvo ayer un encuentro con la plantilla, junto a junto a los concejales de IU, David González y Antonio González y al representante de IU en el sector empresarial, José Luis Hurtado, en la que pudieron comprobar  la desesperación de los antiguos trabajadores/as del hotel que esperan que la nueva empresa reconsidere la decisión y tenga en cuenta la profesionalidad y experiencia que tienen y puedan formar parte, de nuevo, de la plantilla del hotel. Ante ello, la edil les ha mostrado “el apoyo total de IU” e incluso, en el caso de que sea necesario, les ha brindado “los servicios jurídicos de IU para que puedan defenderse ante esta situación tan injusta”.

Los propios trabajadores/as han explicado que la nueva sociedad que ha adquirido el hotel, incluso les solicitó la información curricular de cada uno de los trabajadores, por lo que existía un hilo de esperanza que desapareció, totalmente, al comprobar que en una conocida central de reservas, se publicita el hotel ya para el inicio del mes de agosto y, sin embargo, nadie ha contactado con los trabajadores.

Álvarez recuerda que todo lo referente a esta casa de cargadores de indias ha sido un fiasco en lo económico, en lo político y en lo patrimonial. Así, en el terreno económico, al edil recuerda que “se ha destinado mucho dinero público en el proyecto, en expropiaciones, así como la realización de una plaza a través del Profea, o la construcción de un parking en suelo público y, en definitiva, se han puesto todas las herramientas desde la administración para que sacar adelante un proyecto que ha sido un fiasco”.

Además, en el terreno patrimonial, lamenta que “el equipo de Gobierno no ha hecho nada para proteger el patrimonio de los sanluqueños y ha permitido este atentado sobre la Casa de Arizón, que ya había sufrido las consecuencias de rehabilitaciones y fragmentaciones desastrosas y pérdida de materiales nobles con un alto valor histórico”.

Y en el ámbito político, Álvarez le pregunta directamente al alcalde, Víctor Mora, si ya no recuerda los motivos por los que participó en encadenamiento humano, junto con Irene García y Juan Marín, organizada por Aula Gerión en 2007, para exigir entonces a la empresa Casa Grande Arizón que cumpliera con su deber de conservar integralmente el Conjunto.

Hay que recordar que La Casa de Arizón es una casa de cargadores a Indias construida en los siglos XVII y XVIII y declarada Bien de Interés Cultural en 2001. A pesar de ello, el inmueble ha sufrido desde su compra a la familia Arizón el abandono de sus nuevos propietarios y un progresivo deterioro.