Redacción •  Actualidad •  14/11/2020

Una cadena de pancartas unirá la sede del gobierno autonómico con la Consejería de Sanidad de Madrid mañana en defensa de la sanidad pública

  • La movilización, convocada por la FRAVM, buscar reivindicar la sanidad pública y denunciar su maltrecho estado en la Comunidad de Madrid.
Una cadena de pancartas unirá la sede del gobierno autonómico con la Consejería de Sanidad de Madrid mañana en defensa de la sanidad pública

550 metros separan las sedes de los dos órganos gubernamentales que rigen los designios de la sanidad pública madrileña, la presidencia de la Comunidad de Madrid y la Consejería de Sanidad. La primera se encuentra en la Puerta del Sol. La segunda, en el número 29 de la calle Aduana. Dos lugares con enorme carga simbólica que la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) tratará de unir con pancartas en defensa de nuestro maltratado sistema público de salud mañana domingo 15 de noviembre a las 12:00.

Para la realización de esta peculiar cadena, la federación vecinal ha invitado a sus asociaciones federadas a acudir a la cita con las demandas específicas más urgentes de sus barrios y municipios, que se sumarán a una reivindicación genérica que hemos repetido una y otra vez durante todos estos meses de pandemia: un refuerzo de la Atención Primaria y Hospitalaria acorde a la actual crisis sanitaria.

Demandas específicas como la apertura de un centro de especialidades en Villa de Vallecas, que a pesar de contar con más de 115.000 habitantes no tiene ninguno, o de la reapertura de los Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) de lugares como Alcalá de Henares, Tres Cantos, San Fernando de Henares, Coslada o San Sebastián de los Reyes, que llevan cerrados desde el pasado mes de marzo, cuando se puso en marcha el hospital de campaña del IFEMA. Las asociaciones vecinales y plataformas por la sanidad pública de este último municipio se movilizan desde hace años por otros dos motivos: la puesta en marcha de un centro de salud en el barrio de Dehesa Vieja y de la Torre 4 del Hospital Universitario Infanta Sofía. Resulta incomprensible que tras ocho meses de pandemia este centro mantenga cerradas 16 camas de UCI y las tres plantas de hospitalización de esa torre, mientras el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso se afana por inaugurar, con prisas, a medio gas y sin personal extra, el “gran hospital” de emergencias Isabel Zendá. Proyecto que, por cierto, va a costar a las arcas públicas en torno a 100 millones de euros, el doble de lo presupuestado inicialmente.

En la acción simbólica del domingo no faltarán las asociaciones de Madrid Centro, que desde hace meses reclaman el traslado del viejo y deteriorado centro de salud de la calle Alameda al inmueble municipal que hasta hace un año albergaba el Centro Social La Ingobernable, o los colectivos de Latina, que hoy demandan cosas tan básicas como la reapertura de los centros de salud de Cebreros y Pascual Rodríguez y del SUAP de la Avenida de Portugal. Tampoco faltarán las gentes de Leganés, Puente de Vallecas, Usera o Carabanchel, estas últimas, con su añeja reivindicación de apertura de tres nuevos centros de salud en Carabanchel Bajo.

La cadena de pancartas es la primera de las acciones simbólicas que, con carácter mensual, la FRAVM tiene la intención de realizar hasta conseguir un verdadero refuerzo en nuestra Atención Primaria y hospitalaria, lo que ha de traducirse en más recursos materiales pero sobre todo humanos.

En sintonía con la mayoría de los sindicatos y colectivos sanitarios, pedimos la contratación de más personal, y rechazamos fórmulas como la derivación de profesionales de centros en funcionamiento a nuevos establecimientos, tal es el caso del nuevo hospital de Valdebebas. En la misma línea, y por séptimo jueves consecutivo, con el apoyo de la FRAVM, colectivos vecinales organizaron el pasado jueves concentraciones ante una veintena de centros de salud.

Noticias como la desvelada por El Diario, que da cuenta de la adjudicación de 70.500 euros sin concurso ni publicidad a una empresa para la que trabaja el hermano de la presidenta Isabel Díaz Ayuso por labores de mantenimiento de dos centros hospitalarios públicos no hacen sino avivar nuestra indignación ante una gestión desastrosa de la pandemia, que ya se ha cobrado más de una decena de ceses y dimisiones en departamentos clave del Gobierno regional.


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