FeSP •  Actualidad •  05/02/2017

«Tertulianos con licencia para hablar de todo»

“En un plató de televisión, un tertuliano cobra 400 euros por cada programa en los que habla de la crisis de refugio sin haber estado nunca en el terreno.”

«Tertulianos con licencia para hablar de todo»

“A Helena le van a pagar 80 euros por un reportaje de 9000 caracteres de los campos de refugio en Grecia. En un plató de televisión, un tertuliano cobra 400 euros por cada programa en los que habla de la crisis de refugio sin haber estado nunca en el terreno. Tiene necesidad de pronunciarse sobre cualquier tema y cree que su opinión de varón blanco heterosexual de clase media-alta representa el sentido común.”

Así dibuja la periodista Hibai Arbide Aza la penosa discriminación profesional que ejercen algunos medios; lo hace en el artículo “Reporteras y tertulianos, una historia de odio merecido”, publicado por ‘pikaramagazine.com’.

Hibai describe el trabajo del periodista a la pieza en determinadas zonas y su trabajo en torno a la crisis humanitaria de los refugiados y, al tiempo, describe con cierta sorna y tristeza la manipulación informativa por la que cobran  algunos de esos tertulianos.

“Hace un año, pocos días después de la nochevieja de la que hablan en la tertulia, cuando todos los telediarios repetían lo que acaba de decir el tertuliano con un tono más neutro, Lara pilló un tren y se plantó en Colonia. Entrevistó a mujeres que habían estado en la plaza del ayuntamiento la última noche del año. Escuchó a feministas y a mujeres migrantes. Trató de verificar el titular ‘Grupos de refugiados siembran el terror con ataques sexistas a mujeres alemanas’ con el portavoz de la policía local, que le dijo lo siguiente: de los 58 hombres identificados como presuntos agresores, 55 son alemanes. Por ese reportaje, a Lara le pagaron 50 euros. El tertuliano se embolsó 350, como cada semana.”

Concluye: “los tertulianos y la tertuliana debaten en un plató acerca del presente y el futuro del periodismo. Los tres coinciden en el peligro que suponen las redes sociales para la credibilidad. alertan del peligro de los populismos y se comprometen a seguir defendiendo la libertad de prensa, pilar fundamental para una sociedad libre. A Raquel, Lara y Helena nadie les pregunta nunca sobre el presente y el futuro del periodismo. Ellas seguirán escribiendo cuanto puedan y haciendo malabares para pagar la cuota de autónomos mientras cobran 50 o 100 euros por crónicas que tienen que escribir antes de saber si serán publicadas”.


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