Derecha de Brasil y Colombia apoya sanciones de EEUU contra su propio país: ¿les suena a Cuba?

En Cuba, existe un límite de diez años para ejercer la presidencia del país, según la Constitución de 2019, aprobada en referéndum por el 86 % del voto popular (1).

En contraste, en El Salvador, el Congreso acaba de aprobar la posibilidad de la reelección presidencial indefinida , a favor del actual presidente Nayib Bukele (2). Pero ¿cuál de los dos países será, para los grandes medios, una “dictadura” (3) y cuál una “democracia” (4)?

En las cárceles de El Salvador han fallecido ya 427 personas , desde la imposición de un régimen de excepción, en 2022 (5). Pero donde se violan los derechos humanos, recuerden, es… ¡en Cuba! (6).

En República Dominicana, ocho personas morían y decenas siguen desaparecidas, tras el naufragio, en julio, de una embarcación con migrantes dominicanos y haitianos (7). Pero, al contrario que las notas sobre los balseros cubanos, siempre adornadas con los verbos “huir” y “escapar” (8) y con todo lujo de detalles sobre la situación económica y política en la Isla, en este caso las noticias son escuetas y asépticas. Como informes de hospital (9).

En Panamá, en junio, morían dos personas por la represión policial contra las protestas sociales (10). Un mes después, en Perú, un hombre fallecía en las movilizaciones mineras (11). Nada que haya pasado de un breve en la prensa internacional. Pero ¿se imaginan cómo ganarían en relevancia dichas muertes de haber ocurrido en Cuba? Por cierto, la presidenta golpista de Perú, Dina Boluarte, ha cumplido su mandato sin responder por las 54 muertes por represión (12), tras el golpe que derrocó y encarceló al presidente electo Pedro Castillo (13).

En Brasil, el Tribunal Supremo ha ordenado la prisión domiciliaria del expresidente Jair Bolsonaro , por su participación en el intento de golpe del 2022 (14). En respuesta, Donald Trump ha prohibido la entrada a EEUU al juez del caso, Alexandre de Moraes (15), y ha impuesto un arancel del 50% a los productos brasileños (16), medida que -oigan bien- es apoyada en las calles por la ultraderecha bolsonarista (17). En Colombia, más o menos lo mismo. El expresidente Álvaro Uribe ha sido condenado a 12 años por soborno (18), y la maquinaria mediático-política de la ultraderecha colombiana ya maniobra para que Trump imponga sanciones a su propio país (19).

Es, a un nivel más pequeño, la misma estrategia que golpea a Cuba y Venezuela, países que sufren medidas de bloqueo económico total, que fueron diseñadas por una supuesta “oposición” aliada de EEUU (20). En esto consiste la democracia según la derecha latinoamericana y la Casa Blanca: en castigar, empobrecer y chantajear, siempre -eso sí- en nombre de la “libertad” (21). Como la Mafia.

Una mafia que, hace unas semanas, sancionaba también a la Relatora Especial de Naciones Unidas, Francesca Albanese (22), por su denuncia del genocidio en Gaza y por la complicidad en él de 48 empresas e instituciones internacionales (23). EEUU es un estado mafioso y totalitario que da protección a otro estado mafioso y totalitario, Israel, para llevar a cabo con impunidad un genocidio a la vista del mundo. Más de 60 mil personas inocentes han sido asesinadas en Gaza. 28 niñas y niños mueren, cada día, por las bombas, el hambre, la desnutrición y las enfermedades asociadas (24).

Y esto sigue y sigue por la cobardía de la clase política, por ejemplo, de la Unión Europea, cada día más arrodillada ante quienes protegen y amparan el holocausto del pueblo palestino (25).

Relacionado