Justicia Alimentaria inicia el curso 2025/26 del proyecto “Emergencia climática” con un taller de cocina para alumnado de secundaria
- Este taller de cocina ayuda a chicos y chicas a preparar un menú con diferentes recetas en verduras que sean sabrosas, saludables y sostenibles para el planeta.
- La primera parte del proyecto, realizada en el curso 2024/25, involucró a 2 centros y 20 docentes; la segunda implica a cinco centros y más de ciento alumnos y alumnas.

València (18/11/2025).- Justicia Alimentaria inicia el segundo curso del proyecto “Emergencia climática”, una iniciativa destinada a reforzar la mirada crítica del alumnado y el profesorado de secundaria sobre los vínculos entre la crisis ecosocial y el modelo agroalimentario actual. En el curso 2025/26, el programa se amplía hasta cinco centros participantes: los IES Enric Valor (Picanya) y La Serranía (Villar del Arzobispo), que ya formaron parte de la primera edición, y tres institutos que se incorporan este año: el IES Benaguasil (Benaguasil), el IES Peset Aleixandre (Paterna) y el IES Serra de Irta (Alcalà de Xivert).
La primera actividad prevista para el alumnado es un taller de cocina impartido por Camí de l’Horta, productoras de fruta y verdura ecológica de Godella. El objetivo es acercar a la juventud a la preparación de un menú basado en verduras de temporada, demostrando que es posible cocinar platos sabrosos, saludables y ambientalmente responsables. El taller también pretende despertar conciencia sobre el potencial transformador de una alimentación de proximidad. La primera sesión ya se ha celebrado este mes de noviembre en el IES La Serranía, y se replicará en el resto de centros educativos a lo largo de todo el curso.
Durante el curso 2024/25, el proyecto formó a un grupo de veinte docentes de secundaria —el 60%, mujeres— que continúan vinculado a la iniciativa. A este equipo se incorporan este año nuevos profesores y profesoras de los centros de Benaguasil, Paterna y Alcalà de Xivert, que empezarán a incluir en sus currículums los materiales pedagógicos facilitados por Justicia Alimentaria. En total, se prevé que la intervención tenga un impacto directo en 150 estudiantes.
El proyecto mantendrá la colaboración con entidades sociales como Acció Ecologista-Agró, Per l’Horta o la Xarxa de Consum Solidari, que el pasado otoño —a raíz de la DANA y la reordenación de prioridades— no pudieron participar con la intensidad prevista. Todas las propuestas impulsadas por Justicia Alimentaria se alinean con los objetivos de la LOMLOE y facilitan la incorporación al currículum de contenidos sobre emergencia climática y alimentación.
A pesar de las dificultades del curso pasado —marcado por lluvias intensas, episodios meteorológicos extremos y cortes de luz que alteraron el calendario lectivo—, el 75% del profesorado que estuvo presente en la formación, aplicó en las aulas los recursos y materiales facilitados. Además, se organizó un encuentro entre docentes y organizaciones del ámbito agroalimentario, y el alumnado participó en talleres de sensibilización, visitas a iniciativas agroecológicas y en la Marxa d’Escoles per l’Horta, una actividad en red que pose en valor el patrimonio de la huerta como territorio productivo de vital importancia para alcanzar de alimentos en las poblaciones de su alrededor.
Asignaturas transversales para un cambio de mirada
Uno de los éxitos de la primera edición ha sido el desarrollo de dos asignaturas optativas anuales con programación propia sobre el impacto del modelo alimentario industrial y globalizado y su contribución a la crisis ecosocial que sufrimos. En Picanya se impartió la optativa Cantina S3 y en Villar del Arzobispo la asignatura Emergencia climática. Después de un año de acompañamiento, el profesorado será este año autónomo para llevarlas a cabo.
«La dedicación de dos horas semanales en estos grupos ha sido intensa y ha dado un resultado muy positivo porque el profesorado se ha convertido en agente de un cambio de valores y actitudes con una incidencia directa en sus centros», explica Doris Monrós, técnica del proyecto en Justicia Alimentaria. En total, se trabajó de manera continuada con 35 alumnos, una cifra que ascendió hasta los 120 estudiantes a través de campañas y acciones artísticas lideradas por otros seis docentes participantes. Según las evaluaciones finales, el profesorado valora muy positivamente la formación: el 93% afirma tener ahora una visión más crítica del sistema alimentario, y el 100% considera haber adquirido herramientas y bastante capacitado para convertirse en agente de cambio en su entorno educativo.
En última instancia, Emergencia climática continúa andando gracias a la mirada curiosa del alumnado, al compromiso del profesorado y a la complicidad de un territorio que defiende aquello que lo hace vivo. De la mano de todas estas voluntades, «el proyecto va tejiendo nuevas maneras de entender la alimentación y el clima: más conscientes, más próximas y más respetuosas con la tierra que nos sostiene. Un camino que, desde las aulas, ayuda a imaginar un futuro donde el que comemos y el que somos avanzan en la misma dirección», explican desde Justicia Alimentaria.
Sobre Justicia Alimentaria
Justicia Alimentaria es una organización ecologista, internacionalista, feminista y políticamente independiente, que desde 1987 trabaja por una alimentación saludable, justa y sostenible para las personas y el planeta. La necesidad de transformar el sistema agroalimentario actual y devolver a la ciudadanía el derecho a una alimentación saludable, con criterios de justicia social y sostenibilidad medioambiental es uno de los principales objetivos de la organización.
