Declaración por un Estado Andaluz como base del 4 de diciembre Día Nacional de Andalucía

Un 4 de diciembre de 1977 el pueblo andaluz, ante la clara intención por parte del Estado español de dejar marginada a Andalucía con respecto a otros territorios, salió de forma espontánea a las calles en pueblos y ciudades para reclamar sus plenos derechos como pueblo. Millones de andaluces dieron un ejemplo de sentimiento nacional, civismo y democracia que fue respondida con la represión policial y la muerte del andaluz Manuel José García Caparros. Andalucía exigió su derecho a decidir y lo logró.
Cuatro décadas después, aquellos aires de libertad y reconocimiento nacional e identitario han quedado machacados por los intereses partidistas de los partidos estatalitas, siempre puestos por encima de los del pueblo andaluz.
Queda por tanto demostrado que el actual modelo autonómico español, es incapaz de responder a las necesidades y expectativas de autogobierno. No ha querido respetar la identidad cultural, social e histórica de Andalucía, y mucho menos desarrollar el estatuto. Ha creado unas estructuras sociales, culturales, administrativas y económicas contrarias a los legítimos derechos de Andalucía, y dejando a la luz la prepotencia y centralismo del actual modelo de Estado. Una situación en la que los intereses andaluces y españoles caminan en sentido contrario.
Tras varias décadas de una verdadera paralización autonómica, el pueblo andaluz se ha visto perjudicado, de forma muy grave, en sus posibilidades de salir de la pobreza endémica que padecemos, a pesar de contar con los recursos propios para ser una Nación rica. Esta clara situación, que, sin duda, podemos considerar de colonial, al tiempo que crece el sentimiento de pertenecer a un sistema caducado, que solo potencia el alejamiento entre la sociedad y la administración, al tiempo que desacredita los valores democráticos, hace que la población andaluza este cansada, y comience a ver en el Estado español la causa de sus problemas, en vez de la solución de los mismos.
A pesar de todo, el pueblo andaluz ha demostrado su profundo respeto por la Ley y la Constitución del 78. Ello denota una gran madurez civil y democrática. Esa misma madurez es ahora la que respalda una decisión, clara y rotunda, de apostar por un verdadero proceso hacia una plena soberanía social, política y económica.
Ha llegado por tanto el momento de crear una organización popular, unitaria, plural y democrática, la Asamblea Nacional Andaluza (ANA) para despertar la consciencia de la población de Andalucía y recuperar, de forma pacífica y mediante el respeto a la Ley, la soberanía política mediante la constitución de un Estado Andaluz, republicano, democrático y social.
Para ello la ANA propone acceder a la Soberanía mediante el ejercicio de autodeterminación, a la que todos los pueblos tienen derecho reconocido y proclamado por los pactos internacionales de los derechos humanos de las Naciones Unidas de 1966, y por todos los demás instrumentos y jurisprudencia dictadas en este sentido por los diferentes instancias europeas e internacionales.
Ayudar a formar una mayoría parlamentaria en el Parlamento de Andalucía para acceder al Gobierno de la actual Junta de Andalucía, que exija la celebración de un plebiscito de autodeterminación nacional con el amparo y garantías tanto del propio Estado español, como de instituciones europeas e internacionales. Si en dicha consulta el pueblo andaluz, de forma clara e indiscutible se manifestara de forma favorable, proclamar la soberanía nacional y constituir el Estado Andaluz soberano.
La ANA se define por tanto como un movimiento basado en la democracia de base y la unidad de acción, y constituida por asambleas comarcales y sectoriales. La participación en los distintos órganos de la ANA será siempre a nivel personal. Cualquier organización podrá mostrar su apoyo manifestando de forma clara que comparte los fines y objetivos de la ANA.
La ANA promoverá las acciones necesarias para conseguir el apoyo social mayoritario para conseguir los objetivos definidos, siempre desde posiciones pacíficas, democráticas al amparo y respeto a la Ley. Actuará, en todo momento, con transparencia y a favor de la máxima participación interna de sus miembros. Del mismo modo, y por su carácter unitario, la ANA no presentará candidatura propia, ni participará en ninguna otra, en elecciones políticas a ningún nivel.
La ANA trabajará para definir la organización de un Estado Andaluz que permita conseguir un futuro más próspero, justo, democrático y participativo de acuerdo con las aspiraciones del pueblo andaluz.
Por todo ello se llama a la participación de la ANA a todos/as los andaluces/as, de cualquier origen, adscripción política o ideológica de cada individuo a incorporarse al proceso iniciado por la Asamblea Nacional Andaluza, como primer paso para una Nación Andaluza, libre, justa y avanzada.