Lic. José A. Amesty R •  Opinión •  14/03/2022

Colombia se encamina, ¿hacia su liberación o hacia más de lo mismo?

Según el itinerario electoral de Colombia, próximo a las elecciones legislativas colombianas, el viernes 11 de marzo pasado, se cerró el periodo de inscripción de candidaturas y promotores del voto en blanco.

Y el domingo próximo (13 marzo) se harán las consultas inter partidistas y las elecciones legislativas. Quienes, resulten elegidos en las consultas del domingo, tendrán cinco días hábiles tras la declaratoria de los resultados para inscribir su fórmula vicepresidencial.

A su vez, en esta semana (14 al 18), tendrá lugar el periodo de modificación de candidatos inscritos.

En los comicios legislativos, participan 16 partidos y/o movimientos políticos y entre 15 y 22 precandidatos, cifra que quizás disminuya tras la consulta del domingo.

¿Cuál es el contexto de estas elecciones?

a) Un descontento social ante el incremento de los precios de los productos de la canasta básica, en especial de los alimentos, y, por tanto, un crecimiento exorbitante de la inflación que ha sorprendido incluso expertos en finanzas. Asimismo, más de 21 millones de personas están en situación de pobreza y el desempleo ronda el 11,8 por ciento de la población económicamente activa.

b) Estas legislativas ocurren luego del paro nacional de 2021 que generó el estallido social más fuerte de los últimos 70 años en el país, marcado por una amplia participación de la sociedad colombiana, y al mismo tiempo por un desborde de la violencia y la represión de la fuerza pública contra los manifestantes.

c) Por otra parte, el actual presidente Iván Duque, se encuentra en un bajísimo nivel de popularidad y su partido de gobierno no tiene un líder que arrastre a las masas en este escenario electoral.

d) El Acuerdo de Paz es otro de los elementos que están sobre el tapete y puede influir en el voto de los electores, ante su insuficiente cumplimiento expresado sobre todo en el asesinato de líderes sociales y exguerrilleros reincorporados a la vida civil, así como los persistentes problemas de la tenencia de la tierra.

Durante los comicios se desarrollarán las consultas inter partidistas para elegir a los candidatos presidenciales, de tres coaliciones políticas que competirán en las presidenciales del 29 de mayo venidero:

  1. El Pacto Histórico, en la cual participan Gustavo Petro (Colombia Humana); Francia Márquez (Polo Democrático); Arelis Uriana (Movimiento Alternativo Indígena y Social); Camilo Romero (Unión Patriótica y Alianza Democrática Amplia), y el líder religioso Alfredo Saade (Alianza Democrática Amplia).
  2. También, la Coalición Centro Esperanza, en la cual compiten Sergio Fajardo (Alianza Social Independiente); Juan Manuel Galán (Nuevo Liberalismo); Jorge Enrique Robledo y Carlos Amaya (Partido Dignidad); y el exministro de Salud Alejandro Gaviria.
  3. Por último, la derechista Coalición Equipo por Colombia participan Federico Gutiérrez (Creemos Colombia); el exalcalde de Barranquilla Alejandro Char (Cambio Radical); Enrique Peñalosa (Partido de la U); David Barguil (Partido Conservador); y Aydeé Lizarazo (movimiento MIRA).

Posibles tres convergencias y tres candidaturas

– Una, la del “pacto histórico” (PH) que aglutina a partidos de izquierda y progresistas, y a movimientos sociales. Ellos intentan canalizar la inconformidad mostrada durante el estallido social, y en medio de ese esfuerzo, atraer a la juventud, a las clases medias y a sectores del liberalismo “popular”.

– Dos, la “coalición de la esperanza” (CE) que se autocalifica de “centro”. Tiene como soporte partidario a la Alianza Verde, a un sector separado del Polo Democrático hoy denominado “Dignidad”, a una agrupación sin personería jurídica liderada por Sergio Fajardo (compromiso ciudadano), e intenta aglutinar también a sectores liberales y otras fuerzas «moderadas».

– Tres, una convergencia que todavía no asume una forma visible, pero que (sin duda) se va a presentar. Estará conformada por partidos políticos tradicionales. Serán todas las derechas juntas. Por ahora se expresa con “amagues” y acuerdos entre exalcaldes, exgobernadores, candidatos conservadores y el uribismo. Es un proyecto a la defensiva; su único objetivo es derrotar a Petro.

Cada una de esas convergencias va a escoger candidato (a) único. El PH tiene a Gustavo Petro como su principal carta; la CE parece inclinarse por Alejandro Gaviria («santista») ante el desplome de la imagen de Sergio Fajardo; y las derechas no tienen otro más que a Germán Vargas Lleras.

De acuerdo con la Registraduría Nacional colombiana, 38 millones 819 mil 901 colombianos están habilitados para elegir este domingo, a 108 senadores, de los cuales cien son de circunscripción nacional, dos de circunscripción especial indígena, cinco que representan al partido Comunes, y un senador restante quién será el candidato a la Presidencia.

También escogerán ese día a 188 parlamentarios, de los cuales 161 corresponden a los 32 departamentos y al Distrito Capital, dos por la circunscripción de las comunidades afrodescendientes, uno por la circunscripción de las comunidades indígenas, uno para los raizales de San Andrés y Providencia, y uno por la circunscripción internacional.

La cámara se completará con 16 representantes de las víctimas del conflicto, y un último escaño se otorga a la fórmula vicepresidencial que ocupe el segundo lugar en las elecciones presidenciales.

En este camino que inicia Colombia, apostamos por el Pacto Histórico, en este sentido deseamos seguir abordando algunos elementos del mismo, para esclarecer e informar.

Antecedentes del Pacto Histórico

Durante gran parte del siglo XX en Colombia se hicieron intentos de lograr (o forzar) un “Pacto Histórico”. Se intentó movilizar a las grandes mayorías para derrotar a la oligarquía dominante (colonial, capitalista y mafiosa). Fueron gestas políticas dirigidas a superar el régimen autoritario y excluyente que es soporte de la inequidad y la injusticia existente. Se trataba de develar y superar la dictadura criminal que aparenta y posa de ser la “democracia más antigua de América Latina”.

  1. A) Esos intentos fueron encabezados por Jorge Eliécer Gaitán en los años 40, quien logró mostrar la brecha entre el “país nacional” y el “país político”.
  2. B) en la década del 60 fue el sacerdote Camilo Torres quien se echó al hombro la construcción del “Frente Unido del Pueblo”.
  3. C) y Jaime Bateman Cayón en los años 80, propuso el “Sancocho Nacional” para presionar un Diálogo Nacional e iniciar un proceso de refundación de la Nación en democracia y en paz.

Todos esos intentos lograron momentos sublimes de participación y movilización popular, dejaron huella en la memoria de nuestro pueblo, pero fueron abortados por la acción criminal de la oligarquía y el imperio. No obstante, desde el campo popular y de sus dirigentes también tuvimos falencias y cometimos errores que le facilitaron la tarea a la casta dominante.

Es innegable que el país vive hoy, un auge democrático que recoge el acumulado de luchas sociales de la última década: el Paro Agrario de 2013, la firma del acuerdo de paz con las FARC (2016), las movilizaciones ciudadanas de 2019 y el gran paro nacional de 2021.

Por otro lado, el Pacto Histórico impulsa y desarrolla tres procesos complejos de “Unidad” que son:

a) El encuentro “de hecho” y “no formal” de movimientos sociales y de gentes sin partido. En lo social, se presenta una confluencia de pueblos indígenas, comunidades negras, sectores campesinos, trabajadores urbanos y “clases medias”. Todos ellos se expresaron de diferentes formas en el pasado estallido social. Los productores agrarios y el “precariado” están cerca, pero todavía indecisos y deben ser ganados con propuestas viables (“no sueños”).

b) La coalición “formal” de sectores políticos específicos y variados. En lo político electoral, se están aglutinando vertientes políticas que (una vez superado el tema de la “paz chiquita” desarme y desmovilización de las FARC)- están encontrando puntos programáticos de acción en común. Ellos son: las izquierdas, los verdes y los liberales.

c) El pacto entre contrarios históricos (dinámico y conflictivo) como manera de reconciliar a la sociedad y avanzar. Las izquierdas se centran en consolidar la paz y la democratización de la tierra; los verdes se entusiasman con el cambio de la matriz energética; y los liberales más independientes retoman la propuesta de la industrialización de nuestras materias primas y la reforma política. El encuentro entre “contrarios históricos” genera algunos roces y debates en curso.

Retos del Pacto Histórico

– Construir en verdad un “proyecto histórico” de transformación de Colombia (y el mundo) pero, a la vez, responder con sentido de oportunidad a la necesidad urgente de derrotar en las elecciones de 2022, al uribismo y a la oligarquía reaccionaria y guerrerista (apoyada por los neoconservadores estadounidenses e iberoamericanos).

– Construir un pensamiento de carácter histórico (teórico-práctico) que sirva de referente para avanzar con cierta coherencia tanto en la «gestión del Estado heredado» como en la construcción de un movimiento social y político que se coloque -en verdad- tareas transformadoras frente a los retos que hoy enfrenta la humanidad a nivel planetario.

Para alcanzar la victoria el PH debe tomar en cuenta que existen unos sectores sociales en disputa:

  1. Los pequeños y medianos productores agrarios y los “nuevos trabajadores” precariados de las ciudades, especialmente los «profesionales precariados». Son los sujetos sociales que requieren con urgencia cambios en el modelo productivo y van a pujar por lograrlos.
  2. Los segundos, desde la “ola verde” que lideró Mockus se habían expresado tímidamente. A lo largo de la segunda década del siglo XXI se alimentaron de nueva y combativa sangre juvenil (paros universitarios) e irrumpió con masivas movilizaciones en 2016 y 2019 en defensa del proceso de paz. En 2021 lo hicieron con una posición más elaborada frente a los problemas que vive la nación.
  3. El resto de sectores sociales (campesinos y colonos, indígenas y afros, clases medias y empresarios de diverso nivel, etc.), de acuerdo a sus intereses y anhelos, se identificarán y alinearán con las fuerzas políticas que logren estar a la altura de sus expectativas. Mujeres y juventudes están activas y atentas, y hoy son grandes protagonistas no solo de la protesta sino de la acción política.

Para ir finalizando, el PH es una propuesta importante y viable para el momento, que debe tener en cuenta que:

– Se necesita un esfuerzo y una acción extraordinaria que rompa con la práctica tradicional.

– La sola unidad de los partidos, movimientos y grupos políticos existentes, así fueran todos los llamados alternativos, no alcanza para garantizar ese triunfo.

– Lo inédito de la situación debe llevar a revisar las debilidades de nuestros procesos políticos.

– Ser más conscientes de lo difícil que será derrotar a las castas dominantes en el terreno electoral.

– Enfrentaremos la más descarada compra de votos, el chantaje, la mentira y la manipulación.

– Se requiere un triunfo contundente y mayoritario para derrotar el fraude electoral del CNE.

– Se necesita un esfuerzo descomunal que logre movilizar al pueblo abstencionista, que es aquel que no cree en partidos políticos ni en la misma institucionalidad.

– Se hace urgente volver a entusiasmar a miles de activistas sociales que se defraudaron con las prácticas burocráticas y aspiraciones individuales que se apoderaron de los pequeños grupos denominados “partidos alternativos”.

– Hay que aterrizar el programa del Pacto Histórico en cada departamento y municipio.

– Se debe aprovechar la división de los partidos tradicionales. Hay que atraer a todos los sectores que acompañaron la lucha por la paz y están en la tarea de derrotar a Uribe.

– Es indispensable desarrollar una acción muy amplia, con nuevos sectores de la sociedad “no organizada” pero que se expresa políticamente en las calles y en la vida diaria, en la producción, cultura, educación, salud, ambientalismo, lucha de género, etc.

Finalmente, estamos planteando que Colombia ha entrado en un nuevo momento político. No significa que esté asegurado el triunfo de las fuerzas progresistas y de izquierda. Es solo una ventana de oportunidad. Si no se es consciente que se está frente a esa inédita situación, los colombianos/as no serán capaces de transformar su forma de pensar y de actuar. Entonces, repetirán la historia de sus últimas décadas.

Les agregamos las fechas restantes del calendario electoral:

– 29 de marzo, se cerrará el proceso de inscripción de ciudadanos para votar, por cambio de lugar de domicilio o residencia, se hará el corte para la conformación del censo de colombianos que votan en el exterior e inician los espacios gratuitos en los medios de comunicación que hacen uso del espectro electromagnético.

– 18 de abril comienza la contratación de propaganda electoral con los concesionarios y operadores privados de televisión.

– 29 de abril es el límite para la revocatoria de una inscripción por causas legales o constitucionales, inhabilidad sobreviniente o evidenciada después de la inscripción.

– 23 de mayo, se dará comienzo al periodo de votación en el exterior, que se extenderá por una semana, hasta el día de la elección general.

– El 27 finalizan los espacios gratuitos en medios.

– El sábado 28 a las 6:00 p.m. arrancará la ley seca. Recientemente, desde Asobares pidieron a la Corte Constitucional revisar la implementación de esta medida en el nuevo código electoral.

– Finalmente, la primera vuelta de las elecciones presidenciales se celebrará el domingo 29 de mayo y, en caso de que haya segunda vuelta, esta será tres semanas después el 19 de junio.


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