¿Qué es una universidad?

Los últimos años en El Bierzo han sido años de pérdidas y retrocesos. Las principales actividades económicas han ido muriendo con el beneplácito empresarial y los ERES son el pan nuestro de cada día, con la connivencia institucional. Hemos quedado aislados de la infraestructura ferroviaria moderna y nuestros servicios públicos se desmoronan.
En este caldo de cultivo de resignación surgen con facilidad oportunistas y reaccionarios que aprovechándose de las desgracias de la gente, tratarán de mantener los privilegios de las elites, y los suyos propios, vendiendo soluciones milagrosas para problemas que tienen una solución compleja, que no difícil.
Así hemos visto como Coalición por El Bierzo ha pasado de gastarse miles de euros -del erario público- en vallas publicitarias para abanderar la lucha por la llegada de una Facultad de Medicina de nuestra universidad pública en Ponferrada, a poner la alfombra para que se instale una universidad privada. El argumento es castigar a la misma universidad pública a la que le piden venir a El Bierzo, es decir, la manera de convencer a la Universidad de León de que amplíe su oferta en la comarca es orquestar una campaña contra ella. Para más desfachatez, el ataque de Iván Alonso a la pública, lo hace mientras ocupa un puesto en el Consorcio de la UNED de Ponferrada, también pública.
Al margen de la incoherencia política de un partido que ya ha demostrado pactar con el diablo por sus sueldos, se antoja necesario definir primero que es que una Universidad. Las universidades, no son sólo instalaciones donde se imparte docencia, también son catalizadores de generación de conocimiento y desarrollo. De las universidades parten pues los avances sociales, en medicina, transportes, infraestructuras… Sin embargo, el concepto de universidad privada cambia los objetivos pasando la obtención de beneficios a un primer plano. El desarrollo y el conocimiento pueden estar implícitos pero la razón de ser es un margen de beneficios económicos que se cobra en forma de matrículas y conciertos. Más aún, un centro universitario puede ser un catalizador del territorio, puede crear, pero también destruir. Una muestra de ello es que en los años 80 se gritaba el lema «el hijo del obrero a la universidad” porque entonces tener un título garantizaba unas mejores condiciones. Hoy ese supuesto ascensor social es anecdótico. A ello ha contribuido justamente la presencia de la privada, que en connivencia con las instituciones se han convertido en impresoras de diplomas. Un candidato a profesor o a psicólogo hoy tendrá que hacer un máster «habilitante» cuyas plazas son limitadas en la pública pero infinitas en la privada, dinero mediante. Traficando con diplomas de cartón han encontrado las nuevas hordas del Opus De su nicho de negocio.
Este es el gran negocio que quiere traer Coalición a Ponferrada. Lo justificarán desde el argumento derrotista comentado al principio «algo es algo» la piedra filosofal de la estigmatización de la clase obrera. Porque será imposible para un trabajador de la empresa asentada en El Bayo pagar los casi 12.000 euros anuales que cuesta un título como farmacia, o los 10.000 que cuesta Enfermería. En este panorama, la única solución para el hijo o la hija del mentado trabajador es marcharse del Bierzo o entrar a formar parte de un sector precario que de servicio a los futuros estudiantes de la privada. Así es como la iniciativa que pretendía «traer algo al Bierzo» se convierte en un instrumento que ahonda en las diferencias de clase. Porque la privatización de la educación, al igual que la de la sanidad, no están concebidas para generar oportunidades sino para desequilibrar aún más las diferencias de clase.