Suponemos demasiado

Como funcionamos de alguna manera, no reparamos en algunas cosas que deberían preocuparnos. No advertimos que mantenemos cierto tipo de creencias sin necesidad de ponerlas a punto. Pienso, siguiendo la filosofía de Donald Davidson (1985), si tiene el lenguaje algún cometido. Lo digo porque andamos confiados pensando que representamos algo con él, o que nos sirve para la creación de algo inédito. Tenemos demasiados pájaros en la cabeza que nos convierten en seres suicidas.

Admitamos, al menos, que hay lenguaje y no lenguaje, admitamos que hay significados y hechos. Pero, claro, qué nos garantiza lo que admitimos. ¿Acaso hay cosas no lingüísticas como los significados y los hechos? A qué nos referimos con “significado” y a qué nos referimos con “hechos”. Es más, somos lo suficientemente frívolos como para asumir que además hay un yo que forma triángulo con los otros dos.

Suponemos demasiado -> un lenguaje como herramienta con la que accedemos a la realidad y de ella extraemos información destinada a un yo-tal-que somos nosotros. Y como los demás hacen lo mismo, pues lo único que debemos evitar es el conflicto entre interpretaciones, aunque toda nuestra vida sea un caminar sobre arenas movedizas. Puede ser que así sea.