Ramaris Vásquez •  Opinión •  08/06/2023

DD.HH. Ácido: Asesinato social de mujeres

Las agresiones con ácido perpetradas contra miles de mujeres en el mundo, cada año, lleva la carga implícita del deseo profundo de asesinarlas socialmente, de desdibujarlas, de dejarlas marcadas para que nadie más las vuelva a ver, a contratar, a invitar, a hacerlas partícipe de cualquier oportunidad para superarse…para que se quede sin respuestas, escondida, aislada y sola, llena de dudas y sospechas sobre sí misma. (1).  

Ese ácido carcome por fuera y mata por dentro. Llena a la víctima de arrepentimientos inútiles acerca de la confianza puesta en la buena fe de una persona perversa y egoísta, que deseaba poseer y controlar, pero no amar…y que en un acto criminal deforma una parte de ella, para desfigurarla y someterla a la mofa de los demás. (2).

Esto viola  derechos humanos, delineados en la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, también llamada Convención de Belem Do Pará (1994), instrumento que acoge México, Estado que hizo justicia a Carmen Sánchez, víctima de agresión con ácido, tras reclamarla por casi 10 años. (3)

 Este documento internacional, que vino a poner forma expresa al modo como debe protegerse a las mujeres, en su artículo 4, numerales a, b,c y d, establece:  el derecho a que se respete su vida; su integridad física, psíquica y moral; su libertad y seguridad personales; el no ser sometida a torturas; y derecho a que se respete su dignidad de persona y se proteja a su familia. (3).

Pero es difícil que se concreten estas garantías en sociedades donde no se previenen ni se condenan estos hechos. El Fondo Internacional de Sobrevivientes al Ácido, ASTI, sostiene en su web que “un 80% de los ataques son hacia mujeres” y que “un 60% de los ataques cada año no se denuncian”. (s/n) (4).

Pero más allá de los números, tal como lo señalan en la web del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, de México, la gravedad de estas agresiones con ácido es que tienen “una altísima carga simbólica. Pretenden marcar de por vida. Dejar en el rostro desfigurado y en el cuerpo de la víctima la estampa de su crimen, de sus celos, de su odio. Una huella imborrable y dramática”. (conapred.org.mx, 2023, s/n). (5).

Esto sucede, porque tal como plantea Villalobos, C. (2017), citando a Castro (2016) en su artículo científico “los ataques con agentes químicos como forma de violencia extrema contra las mujeres en Colombia”, las agresiones con ácido deshumanizan a la víctima cuando al destruir una parte de su cuerpo, “denigra el espíritu” y reprime sus emociones,  dado que la mutilación física genera indefensión. (p.20). (6).

Más explícitamente, la investigadora aduce con base en Cavarero (2009) que “los crímenes que implican actos de violencia extrema son puestos en escena como una ofensa intencional a la dignidad ontológica de la víctima” pues  no se trata de “a quién matar, sino a quién deshumanizar, ensañarse sobre el cuerpo en cuanto cuerpo, destruyéndolo en su unidad simbólica y desfigurándolo”. (p.22). (6).

Explica que el cuerpo viene a condensar “la existencia y la moral” y por tanto “su destrucción, más allá del acto de quitar la vida, constituye el acto más radical de la deshumanización, porque a su vez implica denigración del espíritu, represión de las emociones, destrucción del otro: el cuerpo mutilado queda reducido a pura indefensión”. (p.20). (6).

Es mucha perversidad de un alma contra un ser humano y, hay que destacar, que su abordaje en el espectro educativo, pero también mediático, viene a ser clave, en tanto que, como plantea la Giraldo, S. (2018) en su artículo científico Impactos normativos y mediáticos de los casos de agresiones con ácido a mujeres en España y Colombia 2010-2017: “Los medios de comunicación deben contemplarse como un instrumento de educación informal que permita el acceso a la información y que haga posible la participación y el acceso a la justicia”. (p.47). (7).

En muchos casos se pueden observar informaciones donde se enarbola la capacidad de recuperación de las víctimas y logros excepcionales de acceso a una justicia que debe ser cotidiana. Pero es necesario visibilizar el tema masivamente,  avizorar formas de prevención ante este delito, que si bien puede producirse fortuita e inesperadamente, en muchos casos se presenta paulatinamente mediante señales no identificadas por la víctima, que naturaliza el maltrato físico o emocional, o la posesividad de la pareja, hasta que se produce la agresión con ácido.

Este tipo de agresión debe constituir una alerta para los Estados, que están obligados no sólo a legislar para castigar el delito, sino a hacer campañas informativas para proteger a las mujeres frente a una impunidad que degrada, deforma y minimiza la condición femenina; que borra de un tajo sus deseos de vivir y la condena al escarnio estético en un mundo que les hace creer que la belleza es un recurso para asegurar el éxito de las relaciones sociales y amorosas. #noalácido

Referencias:

1.       https://www.elespectador.com/judicial/la-lideresa-patricia-cardozo-victima-de-un-ataque-con-acido-por-ser-mujer/

https://www.milenio.com/politica/comunidad/en-guanajuato-son-cada-vez-mas-las-mujeres-atacadas-con-acido

2.       https://ladiaria.com.uy/feminismos/articulo/2023/5/mexico-condenaron-por-tentativa-de-femicidio-a-un-hombre-que-ataco-con-acido-a-una-mujer-en-una-sentencia-inedita-en-la-region/

https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/2023/05/12/justicia-para-carmen-sanchez-condenan-a-su-agresor-a-46-anos-de-carcel/

3.       https://www.cidh.oas.org/basicos/Spanish/Basicos7a.htm

4.       https://acidviolence.org/spanish/about-us.html

5.       https://www.conapred.org.mx/index.php?contenido=noticias&id=2568&id_opcion=&op=447

6.     https://www.google.com/url?sa=t&source=web&rct=j&url=https://repository.unab.edu.co/handle/20.500.12749/8296&ved=2ahUKEwit8JuBkbP_AhU0n4QIHVaEABkQFnoECBEQAQ&usg=AOvVaw3HkOGDDuy8ZZn-8Yw0G1ne7

7.       https://www.google.com/url?sa=t&source=web&rct=j&url=https://repository.usta.edu.co/handle/11634/37451&ved=2ahUKEwjAzqydkrP_AhXXgIQIHUyQAtYQFnoECB8QAQ&usg=AOvVaw0Qx0QYGcWbfzUJyrw_w0VI

*Ramaris Vásquez, periodista especializada en Derechos Humanos.


Opinión /